Venezuela tuvo una inflación de 81% durante diciembre en curso y cierra el año con un acumulado de 2.735%, según una estimación preliminar difundida por la empresa de análisis financiero Ecoanalítica.
Los datos marcan el proceso inflacionario sin freno del país caribeño, inmerso en una profunda crisis institucional, económica y política, ya que el alza de precios en 2016 fue de 525%.
El Gobierno y el Banco Central venezolanos no publican datos sobre la inflación u otros indicadores económicos desde 2015, por lo que son consultoras privadas como Ecoanalítica o Econométrica las que mesuran estos fenómenos, de los que también ofrece cálculos el Parlamento, único poder del Estado en manos de la oposición.
Según datos de estas fuentes, Venezuela entró técnicamente en hiperinflación hace semanas, al superar el umbral del 50% mensual. Todo esto se suma a la falta de alimentos y de insumos básicos, como comida, papel higiénico y hasta fiambre para celebrar las fiestas.
En un informe presentado ante la Comisión de Valores de Estados Unidos. requerido para poder comercializar bonos en ese país y publicado en diciembre por esta institución estadounidense, el Gobierno chavista cifra la caída del PIB en 2016 en 16,5%, y admite una inflación acumulada del 274,4% para ese año.
Según datos del Fondo Monetario Internacional (FMI), Venezuela es el único país del mundo que cerrará 2017 con una inflación anual de cuatro cifras, seguido desde muy lejos por Sudán del Sur, con el 111%, y República Democrática del Congo, con 50%.
El Gobierno venezolano habla de una "inflación inducida" por los Estados Unidos, el sistema financiero internacional, la oposición y algunos empresarios y comerciantes locales.