Suave, fresco, refinado… El Pinot Noir demanda mucho a los sentidos de quien se dispone a disfrutarlo, pero también ofrece grandes recompensas a los que logran atrapar su naturaleza exquisita. Ello explica por qué esta variedad cosecha fanáticos, cuyo número crece sin parar en la Argentina y en el mundo. A la vez, las bodegas locales amplían su oferta con propuestas sorprendentes aprovechando los suelos y climas propicios de nuestro país, principalmente en la Patagonia y en Mendoza, pero también en Salta y en la costa bonaerense.
Lo cierto es que los enólogos más experimentados no dudan en afirmar que hoy los Pinot Noir argentinos no tienen nada que envidiar a los de las regiones más famosas del mundo, como Borgoña y Champagne, en Francia.
La delicadeza del Pinot Noir también se observa en el cultivo. “Es una variedad muy sensible. Su racimo es pequeño, sus granos bien apiñados poseen piel fina. Es muy propensa a la podredumbre ya que el agua y la humedad de las lluvias se quedan en el interior de los racimos, afectándolos. El sol excesivo también la deshidrata fácilmente. Por eso es muy importante el suelo, la orientación y la densidad de plantas”, explica Leonardo Puppato, enólogo de Familia Schroeder, una bodega que se especializa en esta cepa emblema de la Patagonia.
También la elaboración exige muchos recaudos: es clave el momento justo de cosecha y realizar la recolección y el transporte sin dañar los racimos. “Es una variedad muy proclive a la oxidación. Su proceso debe ser muy cuidado y con un seguimiento estricto en cada movimiento”, destaca Puppato, y cuenta que en la bodega tienen un sector exclusivo para Pinot Noir.
Más o menos concentrados, con aromas y sabores entre frutales, florales y terrosos, de cuerpo y color mediano, estos vinos se distinguen por despertar sensaciones placenteras y por su versatilidad. Blancos, tintos, rosados, espumantes, jóvenes y también fermentados en roble, nuestros Pinot Noir reflejan delicadamente la esencia de los distintos terroirs. Descubrir esas sutilezas es una invitación tentadora y un desafío a los sentidos.
+ VINOS Tres propuestas novedosas para descubrir y disfrutar
Perro Callejero Pinot Noir 2019. Mosquita Muerta Wines (Valle de Uco, Mendoza). Muy frutado en nariz. En boca, elegante y con buena acidez. Posee una frescura muy agradable.
Saurus Barrel Fermented Pinot Noir 2018. Flia. Schroeder (San Patricio del Chañar, Neuquén). Floral y frutal en nariz. En boca es muy frutado, con taninos dulces y refinados.
Bramare Pinot Noir Patagonia. Viña Cobos (Valle Medio, Río Negro). Rosa mosqueta, frutos del bosque y especias dulces en nariz. En boca es armónico, de textura aterciopelada y mineral.
Clara Roby nos presenta las claves de un tinto fresco y elegante
El Pinot Noir requiere un tratamiento muy cuidadoso y específico, tanto en finca como en bodega. Es una variedad que demanda un gran conocimiento de parte de los enólogos para lograr su mejor expresión adaptando las técnicas al suelo, al clima y al destino de las uvas.
Clara Roby, enóloga de Mosquita Muerta Wines, cuenta a Rumbos las particularidades de la elaboración de Perro Callejero Pinot Noir 2019, un tinto que se las trae.
¿Qué características tiene la microrregión de Los Chacayes, de donde proviene este Pinot Noir?
Los Chacayes su ubica a 1200 metros sobre el nivel del mar en el Valle de Uco, Mendoza. Sabemos que los mejores Pinot Noir del mundo están plantados en zonas con clima fresco y sobre suelos calcáreos, y nosotros tenemos el privilegio de tener mucho porcentaje en Los Chacayes. Esto hace que sea apto para la retención de agua y nos permite obtener toda la expresión del grafito. Además, la amplitud térmica favorece la madurez lenta del varietal, la aparición de los precursores aromáticos en el fruto bien fresco y jugoso, y que la piel de la uva sea más gruesa de lo normal, lo cual la protege de enfermedades y nos da taninos de muy buena calidad, que incrementan el potencial de guarda.
¿Cómo se traducen esas particularidades del terroir en el vino?
Estas características nos dan un vino súper fresco. Desde el lado frutal se perciben frambuesa, frutilla y fruta ácida, y gracias a la altura tenemos notas florales y algunas mentoladas. También se consiguen notas minerales donde aparece algo de grafito. En este varietal están apareciendo notas muy profundas de rosas y cuero, que se desarrollan con los años de un buen Pinot Noir. Logramos así un perfil fresco y frutado que obtuvimos principalmente de la cosecha más temprana.
¿Algunas sugerencias de maridajes posibles?
La presencia de taninos lo hace muy versátil a la hora de maridar. Acompaña muy bien pescados, pizza y pastas con salsa de crema y salsa de hongos.
*Periodista de la Revista Rumbos