La cosecha de uva tiene una ligera demora con respecto al año pasado pero la causa de esto no reside en cuestiones climáticas, sino fundamentalmente en las dificultades económicas que tienen los productores para desarrollar la tarea. Si bien algunos sostienen que aún es pronto para determinar si se trata de un atraso o de una disminución, otros sostienen que podría quedar fruta en los viñedos. Aún no se define el precio.
"Estamos en la semana 15 de cosecha, de 24, y por estos lados parece que ha terminado", lanza Mauro Sosa, gerente del Centro de Viñateros y Bodegueros del Este.
Agrega que, en comparación con el año pasado a la misma fecha, en la Zona Este está ingresando a las bodegas un 20% menos de producción y estima que para toda la provincia la media es de un baja del 15%.
Esto, planteó se debe a la falta de financiamiento para recolección, ya que los créditos del Banco Nación tienen requisitos que muchos productores no han podido cumplir ante la inminencia de la cosecha. También, a que el operativo de compra de uva para mosto por parte de la provincia generó expectativas, y en este sentido Sosa consideró que ya deberían conocerse los detalles.
Si bien manifestó que habrá que esperar a la semana próxima para saber si se redujo la producción, señaló que las variedades que ya han terminado de ingresar a las bodegas han marcado una baja con relación a 2018.
Eduardo Córdoba, presidente de la Asociación de Viñateros de Mendoza, indicó que la maduración se ha demorado un poco porque hubo unos días de calor intenso, pero después bajó la temperatura, aunque se está dentro de los parámetros normales de variación. Pero coincidió en que el principal problema para la cosecha es la falta de recursos, ya que las bodegas no han anticipado fondos para esta tarea y acarreo.
Y comentó que el más complicado es el productor que no cuenta con un comprador estable, porque como las bodegas tienen stock están comprando poco y sólo a quienes los abastecen regularmente. Córdoba expresó su preocupación porque en los caminos rurales se ven viñedos con malezas, sin los cuidados adecuados, lo que entiende es un indicio de que hay productores que van a abandonar la labor vitícola, porque ya venían con dificultades y este año el panorama se agravó.
Por su parte, el gerente de la Unión Vitivinícola Argentina, Sergio Villanueva, señaló que los establecimientos elaboradores no sólo no adelantaron dinero para cosecha y acarreo, sino que además no están comprando y le ofrecen al productor elaborar pero no siempre se hacen cargo de este costo. Mientras lo habitual es que cuando la bodega elabora para terceros se "cobre" con el vino, ahora le piden al viñatero que afronte los costos de elaboración.
Villanueva estimó que la cosecha viene retrasada y que es un fenómeno multicausal, en que confluyen las trabas al financiamiento y el hecho de que el mercado está más chico, lo que se evidencia en que hay productores que todavía están tratando de vender su producción. "Habrá que ver cuando termine todo el proceso si en algunas propiedades queda uva sin cosechar, porque a la gente no le conviene por los costos", indicó.
"La tasa de interés tan alta es determinante. El que compra lo hace de a poco, porque prefiere tener su dinero en lo financiero y el que vende necesita cubrir costos", planteó.
En cuanto a los precios, Mauro Sosa indicó que no están formados, aunque la semana pasada bajaron los precios de los vinos genéricos, lo que implica que se pagará menos por la uva al productor. Villanueva mencionó que no hay precio de referencia pero se está hablando de pagar el mismo que en 2018 por las uvas varietales, lo que implica que con una inflación de 50%, es la mitad.