Vendimia 2018: el costo de cosechar aumentó 19%

El dato surge de un informe de Acovi y se ajusta tanto a las uvas varietales como a las criollas.

Vendimia 2018: el costo  de cosechar aumentó 19%
Vendimia 2018: el costo de cosechar aumentó 19%

En el último año el costo de cosechar uva aumentó 19%, tanto para las uvas varietales como para las comunes. Así lo demuestra un informe del Observatorio de la Asociación de Cooperativas Vitivinícolas Argentinas (Acovi), que indica además que, dentro del ciclo vitivinícola, la cosecha es la labor de mayor peso relativo, representando el 25% del costo total de producción.

El estudio tomó como referencia una cosecha de uva común con rendimiento de 250 quintales por hectárea y otra de uva varietal con rendimiento de 120 quintales por hectárea. En ambos casos el costo aumentó 19% respecto de 2017.

De este modo, el costo de cosecha para uva común llegó a los $ 28.413 por hectárea, por lo que levantar 1 kilo de esa uva cuesta $ 1,13. Para la uva varietal, el valor por hectárea es de $ 16.508 y cosechar 1 kilo tiene un valor de $ 1,37.

Para este análisis, el Observatorio analizó a una finca de 10 hectáreas, por ser el rango de tamaño más representativo de la mayoría de los viñedos, tanto a nivel provincial como nacional. En este caso, el propietario del viñedo cuenta con una cuadrilla compuesta por 15 cosechadores y la finca no tiene sistema de malla antigranizo. Para la uva común o de alto rendimiento se supone un costo de ficha de $ 10,50 y para la uva varietal o de menor rendimiento el costo del tacho (equivale a una ficha) se establece en $ 14, lo que representa un incremento del 17% respecto del valor de ficha estipulado en la cosecha anterior.

El estudio en detalle

Para el caso de la finca con uva común y con rendimiento de 250 quintales por hectárea, el Observatorio de Acovi tomó en consideración que se cosecharon 13.158 tachos de 19 kg cada uno (total de cosecha en 10 has: 250.000 kg de uva dispuestos en tachos de 19 kg) y el precio de cada tacho se pagó a $ 10,50.

En este caso, el factor mano de obra (el costo asociado al pago de las fichas a los cosechadores) fue de $ 13.815 y representó el 49% del costo total de cosecha. El segundo ítem que tiene mayor incidencia es el flete, que se lleva el 25% del costo de la cosecha 2018, el cual implica $ 7.000 por hectárea. Luego de estos gastos, le siguen aportes y cuadrillero, con el 17% y 9%, respectivamente.

En el caso de la finca con rendimiento de 120 quintales por hectáreas (uva varietal) se cosecharon 6.486 tachos de 18,5 kg cada uno (total cosecha en 10 has: 120.000 kg de uva dispuestos en tachos de 18,5 kg) a un valor por tacho de $ 14. A diferencia del ejemplo anterior, el pago de las fichas a los cosechadores representa el 55% del costo total de cosecha, con un valor por hectárea de $ 9.081,08. Luego, también le sigue el factor flete, que se lleva el 20% del costo a un valor de $ 3.363 por hectárea. Por detrás aparecen los aportes patronales ($ 2.383) y cuánto debe desembolsar el propietario de esa finca para pagar la cuadrilla ($ 1.680).

En base a estos números y a los incrementos que se han dado en los últimos años los profesionales de Acovi indicaron que la cosecha manual integrada, que es el sistema tradicional utilizado en la vitivinicultura local, es un procedimiento de mano de obra intensivo que requiere especial atención para eficientizar y minimizar costos. 

Aumentos vs inflación 

En base al análisis de Acovi se puede llegar a la conclusión de que el incremento de costos de cosechar manualmente este año -19%- estará por encima del número de inflación proyectada según el Ejecutivo provincial y nacional, que estiman que será de 15,7%. 

A pesar de estos números, y según indica el mercado, tanto el precio de las uvas como el del vino no podría moverse en sintonía.

Según indican los productores de Mendoza, en el caso de la materia prima se está hablando de precios muy similares al año pasado, y en ciertas variedades, un poco por encima. Según explicó Eduardo Córdoba, presidente de la Asociación de Viñateros de Mendoza, para un Chardonnay se está hablando de precios que van de los $ 10 a los $ 12 el kilo de uva, para un Malbec del Este se llega a los $ 17 el kilo, y para uno de Valle de Uco se establecen valores por encima de los $ 26. En tanto, para el caso de las uvas criollas, los precios oscilan entre los cuatro y los cinco pesos.

Sebastián Lafalla, productor y miembro de la AVM, coincidió con Córdoba y remarcó que en lo que respecta a cosecha manual, los incrementos de costos están cercanos al 20%. "Más allá del precio de la ficha, la suba está relacionada a los nuevos precios de los combustibles y el impacto que estos tienen en el acarreo de la cosecha. En cambio, en lo que respecta a mecanizada, el valor se ubica igual que el año pasado en dólares, y lo que varía es la devaluación de la moneda estadounidense en el último tiempo", comentó.

En base a esto, Lafalla precisó: “Lo que sucede es que los dos extremos de la cadena, tanto el productor primario como el consumidor, son los que terminan pagando éste y otros aumentos. Lo lógico sería que el precio de la uva se moviera en base a este esquema de la economía. Sin embargo, siempre el valor fue hacia arriba o abajo dependiendo de la oferta y demanda”, continuó.

“Por lo tanto, este año el precio de la uva estará igual o un 10% por encima de la vendimia 2017, lejos de los aumentos de los costos. Por ahora esto no ha cambiado, aunque remarcamos cada año que debería haber algún mecanismo que asegure el valor cada vendimia y la variable de ajuste no sea siempre el productor”, apuntó.

Precio del vino estable 

Pese a los aumentos de costos, el precio final del vino en góndola no puede moverse demasiado. Según mencionan representantes de las Cámaras, si esto sucede el consumo seguirá cayendo. De hecho, "seguirá el camino de sustitución por productos más económicos como la cerveza, el agua saborizada, la gaseosa, entre otros, que han ganado espacio por encima del vino", explicó Juan Carlos Pina, gerente de Bodegas de Argentina.

“De hecho, lo que sucedió en los últimos años es un claro ejemplo. El precio del vino aumentó 130%, lo que implicó una caída pronunciada en las ventas. A pesar de que la lógica indica que deberíamos aumentar en consonancia con los incrementos que afronta el productor y bodega, la realidad nos dice todo lo contrario, ya que todo lo que perdemos luego no se recupera”, agregó.

Pina remarcó que “este año las bodegas y productores deberán hacer un esfuerzo y mantener un equilibrio con el objetivo de ganar parte del espacio perdido en los últimos años”.

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