Ya hace varios años que en el mundo de la arquitectura de interiores y de la decoración circulan términos como "cocooning" y "homing", que aluden a ese deseo de retirarse del mundo y de su estrés y replegarse al calor del hogar.
¿Cómo lograrlo? Hay elementos muy simples que pueden generar un gran cambio: puede ser una puerta que uno cierra, un sofá para desplomarse y soltar todos los pesos y cargas del día o una taza de té aromático que transmita tranquilidad para recuperar fuerzas y equilibrio. Si uno les da espacio a unas pocos elementos, puede transformar el hogar en un sitio de wellness y recuperación.
Lograrlo no requiere de un gran esfuerzo ¿Algunas ideas? Al sofá se le pueden sumar muchos almohadones mullidos, una manta suave y agradable, música calma, la luz apacible de unas velas, álbumes de fotos y libros o cómics cerca del sofá, tés y colores más bien tenues.
¿Qué sucede si uno no tiene un sofá ideal? A no preocuparse. Puede incorporar elementos a cualquier mueble, tanto almohadones como mantas, si es una estación fresca, y elegir texturas de pieles o lanas en tonos cálidos como el marrón, el terracota, el rojo oscuro o el tono miel, que potencian el relax. Eso es lo que recomienda la especialista Gabriela Kaiser.
En eso coinciden otros expertos, que aconsejan colores tierra para generar calma y distensión, sobre todo en los momentos más fríos del año.
De todos modos, ya sea en verano o invierno la clave está en las proporciones, porque si se escogen demasiados colores otoñales para un ambiente puede que el efecto sea el inverso y que el espacio se vuelva demasiado sombrío o invernal, que era justamente lo que se quería evitar. Lo fundamental, en definitiva, es elegir los colores con los que uno asocie tranquilidad.
No se trata de ninguna ciencia, pero es bueno tener presentes esos pequeños detalles que hacen una gran diferencia, como encender una vela durante la cena. No todas las fuentes de luz tienen el mismo efecto, y a veces basta con encender una velita sobre la mesa para que todo el clima cambie y se genere una atmósfera sumamente agradable.
En ese sentido se pueden combinar LED en las lámparas de pared o de pie con la llama cálida de una vela.
Otro detalle que desencadena un gran cambio son los floreros. La especialista Katharina Semling recomienda por ejemplo ramas con frutos rojos, pero en su medida justa, desde ya.
En resumen, los elementos fundamentales son la temperatura ambiente, la iluminación, un sofá cómodo, una buena taza de té... Si se puede, el broche de oro son las conversaciones con amigos. Y entonces sí que no hace falta más para espantar los días grises o demasiado calurosos, y armarse un "nido" en el que uno pueda recuperar fuerza.