Las calles de Guaymallén se han “poblado” de basurales y los operativos municipales de limpieza demoran más en su erradicación. El cuadro de situación vale para los denominados residuos verdes y los escombros, porque la basura diaria de los domicilios se retira “en tiempo y forma”, según admite el municipio que comanda Luis Cobos.
En varios distritos, alarma la proliferación de los acopios callejeros de deshechos de jardines y restos de demoliciones, a veces combinados con cartones, vidrio, y alguna que otra bolsa con basura domiciliaria.
La comuna, a través de su secretario de Obras Públicas, Federico Sampieri, sostiene que ha aumentado la carga de los desperdicios “como antes no había ocurrido”, y niega no estar servicio todos los días.
Un recorrido por diferentes sitios, algunos elegidos al azar y otros marcados por contribuyentes, dejan a la vista la penosa realidad.
En Albania y Bandera de los Andes, cerca de la terminal de ómnibus y de la Costanera, hay dos basurales, que se retroalimentan en forma periódica y según denuncian los vecinos vienen de otros lados porque hay pocas casas habitadas en las cercanías.
“La gente sabe de estos dos puntos, viene y arroja lo que no le sirve y desaparece, lo mismo hacen carreteleros”, comenta el cartonero Juan Carlos, de Las Heras, quien periódicamente se lleva cajas (que previamente desarma) y botellas.
“El otro día habían desparramado una gran cantidad de remedios vencidos”, añade el trabajador informal. Por su parte, desde la comuna se preguntan: “A quién sancionar, si sabemos que nadie se hace responsable de esa suciedad”, sostiene Sampieri.
Reserva natural
El panorama no cambia por Saavedra hacia el este, con basurales chicos y medianos en los cruces con Pellegrini, Las Heras y Mitre, y también en Mitre y Pringles.
Donde el abandono es total es en las calles ubicadas al norte del carril Mathus Hoyos (antiguo camino a El Bermejo). “Ésta es una zona turística y fue declarada reserva natural; pero eso parece no interesar al municipio”, aclara el martillero público Eduardo Munivez, quien empuja iniciativas, junto con otros, para mantener al verde paraje como era antes. La zona está cruzada por las calles Avelino Maure (antigua ‘La Culebra’, El Limón, Araujo, La Lagunita y otras más. “Hace tiempo que no vemos un municipal por aquí”, se queja. Los montículos de resto de jardines, combinados con otra basura, casi interfieren el paso de los vehículos.
Además de la acumulación de los restos de jardines, hay baldíos que no ha sido cerrados por los dueños ni por la Municipalidad, que -juzgan los lugareños-. Esos lotes vacíos y con abundante maleza sirvieron de escondite a dos delincuentes, que hace más de una semana asaltaron e hirieron al bodeguero Garofoli, habitante de estos parajes.
Las quejas del rematador las suscribió el antiguo bicicletero del barrio, Carlos Roscani (76), habitante del área desde hace medio siglo.
La recorrida por los 'hitos' de basurales se completa, a modo de ejemplo, por Dorrego, donde se pueden citar los de la plaza Eva Perón, el de Guido Spano y Juan Gualberto Godoy (generoso en dimensiones), el de Lamadrid, a metros de Leandro N. Alem y el que está sobre Dorrego al 900, vereda oeste.
En el municipio recordaron que la repartición tiene el compromiso de retirar el residuo domiciliario y el llamado “verde”, pero no los escombros, servicio que se abandonó hace un tiempo. En este caso, los contribuyentes deben contratar un contenedor para su acumulación. Los inspectores municipales han labrado 100 actas de infracción en los últimos 10 días.
La voz de la comuna
El operativo municipal de limpieza de las calles está a cargo de 80 operarios, que pertenecen a tres direcciones: Obras Públicas, Obras Municipales y Espacios Verdes. La supervisación de las tareas está a cargo del secretario de Obras Públicas, arquitecto Federico Sampieri.
El profesional dijo que la limpieza se presta, que no se ha dejado y que a lo sumo va más despacio que la demanda existente. “Estamos cubriendo el departamento, que se dividió por cuadrículas y el plan prevé llegar a todos lados”, explicó.
Aseguró no saber por qué ha crecido tanto la basura en la vía pública. “Hace dos meses retirábamos 15 m3, y ahora estamos en el orden de los 25 m3; es posible que alguien nos quiera perjudicar deliberadamente, pero seguiremos avanzando hasta cubrir todos rincones”, aseguró. Se quejó del aumento de la poda clandestina y de haber limpiado un sitio en la mañana, y encontrarlo con suciedad acumulada por la tarde.
Contó que el distrito Las Cañas se realizaba en ayer una operación grande de higiene en Lamadrid y Tupungato, punto al que los obreros concurrieron con apoyo de la policía. El motivo: un vecino, enojado porque la gente utiliza un callejón de servidumbre, lo tapó con material de todo tipo decidido a bloquear la circulación peatonal. Por eso fue necesario el auxilio de la fuerza pública para que el personal procediera a la limpieza que el irritable vecino quería impedir.
También comentó que contribuye a demorar los despejes, el hecho de que los camiones ahora deben recorrer más kilómetros para volcar sus cargas en el vaciadero de Puente de Hierro, donde se las utiliza en rellenos sanitarios.