Edith Arias tiene 80 años, vive en calle Pedro Vargas (Dorrego, Guaymallén) y hace dos semanas, durante la intensa tormenta que se registró en Mendoza, se despertó alertada en horas de la madrugada asustada por un rayo. De inmediato salió de la cama, descalza, y al apoyar sus pies en el piso de su habitación se encontró con una desagradable sorpresa: había una acumulación de líquido en su habitación y gran parte de su casa, junto a desechos cloacales.
Como Edith, a varios vecinos de esa cuadra de Pedro Vargas -entre San Juan de Dios y Falucho- les ocurrió lo mismo, no sólo la semana pasada sino durante las últimas grandes tormentas que han azotado al Gran Mendoza.
"Las casas se inundan de residuos cloacales cada vez que llueve. Algunos teníamos 20, 25 centímetros de líquido cloacal en la casa y la propia empresa nos ha reconocido que se trata de un problema en el colector", sostuvo la mujer, acompañada de algunos vecinos, quienes resaltaron que ayer mismo estuvo un grupo de operarios de Aysam trabajando en la esquina donde está el problema.
De hecho, desde el organismo provincial encargado de agua y saneamiento resaltaron que con los equipos estuvieron trabajando y limpiando el colector en horas del mediodía, al tiempo que aseguraron que entre hoy y mañana enviarán el camión hidrodesobstructor para terminar con la limpieza y poner punto final al problema.
"Estamos contentos de que hayan venido y trabajado. Ahora habrá que esperar a la próxima tormenta para ver si se están haciendo bien las cosas o seguimos en la misma", indicaron los vecinos consultados por Los Andes.
Problema
Para muchos de los vecinos de la mencionada cuadra, las complicaciones comenzaron el miércoles 18 de febrero. Sin embargo, para otros es de larga data y se intensificaron la semana pasada.
"El día después del tormentón todos amanecimos inundados y había desechos en todas las casas. Ni siquiera podíamos higienizarnos", relató Edith.
"El día de la lluvia se nos tapó la cloaca a nosotros también. Es impresionante; pasa lo mismo cada vez que llueve", acotó a su turno Luis, otro de los vecinos damnificados, quien agregó: "Las tormentas van a seguir; ojalá que no las inundaciones".
Entre los más perjudicados estuvo Alicia, quien vive en el lugar y tiene una fábrica de panificados. "Hace 20 años que vivimos acá y siempre hemos tenido problemas de inundación. Pero ahora directamente colapsaron las cloacas. Yo tengo la fábrica acá y no puedo estar expuesta a esto. La semana pasada tuve que pagar 500 pesos para que nos vinieran a destapar las cloacas pero también han quedado ahí los desperdicios de cuando estuvieron arreglando las acequias", destacó la mujer, quien no descartó mudarse del lugar.
Sabas Albornoz y su familia estuvieron más de dos horas y media sacando agua durante la mencionada madrugada. "Colapsó la cloaca, se inundó y estuvimos horas y horas sacando baldes de porquería. Es la segunda vez que nos pasa", agregó el hombre. Antonia Aballay, por su parte, reconoció que también fue la segunda vez que le pasa lo mismo en tres meses. "Cae un poquito de agua y se tapa todo", se lamentó.
Solución
Aysam recibió, en total -y según indicaron desde el organismo- tres reclamos por esta situación. La primera vez que se presentaron en el lugar, fue en el domicilio de Edith y destaparon la cámara que tiene en su vivienda.
No obstante, como los problemas continuaban, volvieron al lugar y esta vez focalizaron lo trabajos en el colector, identificando que ahí podría llegar a estar el problema.
Durante el mediodía de ayer, los operarios de Aysam regresaron a la esquina -Vargas y San Juan de Dios- y estuvieron trabajando con los equipos para limpiar. Estos trabajos culminarán antes del fin de semana, agregaron desde el organismo, y está previsto que quede todo resuelto.
"Estamos contentos de que hayan venido. Nos dijeron que pongamos cloro en las cloacas, teniendo en cuenta el tiempo que han estado estancadas las aguas servidas. Ahora nos queda esperar hasta la próxima tormenta y ver qué ocurre", repitieron los vecinos una y otra vez.
Desde Aysam alertaron sobre una situación que es muy común, que no está autorizada y que suele repercutir en episodios como el de esta zona de Dorrego. Se trata de conexiones prohibidas que hace la gente de sus cloacas a los sistemas pluviales. Por esta razón es que, a veces, entra agua a muchas instalaciones cloacales domiciliarias y esto puede repercutir en colapsos. Desde la dependencia pidieron a los vecinos que no hagan estas conexiones, al tiempo que instaron a aquellos que tengan conocimiento de un vecino que lo haya hecho, a realizar la denuncia.