Los altibajos en la dotación de agua potable en una amplia zona de Chacras de Coria, se volvieron a sentir ayer.
La zona afectada tiene epicentro en la intersección de Pueyrredón y Viamonte, y perjudicó a un número no precisado de viviendas familiares, la mayoría de residencia permanente.
La situación se ha venido produciendo, de acuerdo a lo manifestado por los afectados, a partir del 31 de diciembre a la fecha, y los cortes han sido intermitentes. En algunos casos, sin aviso previo por parte de Aguas Mendocinas (Aysam), la empresa responsable del servicio en esa parte de Luján de Cuyo.
El corte de ayer siguió al del miércoles, que para los residentes parecía que sería el último, aunque la negativa experiencia volvió a producirse 24 horas después.
Un comunicado de Aysam, difundido ayer, informó que "debido a trabajos de reparación del sistema de bombeo, se ha interrumpido el normal abastecimiento desde calle Pueyrredón a Almirante Brown y desde la ruta provincial 81 o Panamericana hasta el canal Cacique Guaymallén. Personal técnico operativo de la compañía trabaja para restablecer el servicio lo antes posible".
Uno de los afectados, Marcelo Plendoux, con mucha cuota de resignación, esperaba el total restablecimiento de la dotación, en su vivienda de Pueyrredón, vereda sur. De una canilla del patio delantero, salía un hilito de líquido, que el usuario abrió para comprobar el nivel de entrega.
"Cuando llamé para efectuar el reclamo -relató-, me dijeron que había una falla en el sistema eléctrico de una bomba, y que anoche (por el miércoles) el inconveniente estuvo a punto de ser solucionado, pero no lo lograron. Le di las gracias al operador que me atendía y le manifesté que ojalá no le faltara agua al señor Gobernador", residente en la avenida San Martín, a pocos metros de la calle Malabia.
Mayores y niños
Otros lugareños aportaron que los cortes intermitentes perjudican a todos por igual, pero quienes más lo sienten son los niños y los mayores.
Un ejemplo de ese contraste se podía observar en la vivienda de la familia Suero. Pablo Valentín señaló su caso.
"Tengo un bebé a quien atender y también está conmigo mi papá, de 88 años, que no se encuentra en el mejor estado de salud. La falta de agua o las interrupciones periódicas en el suministro, complican mucho la existencia".
Fue este joven quien contó que en ocasiones sacan agua en baldes de la pileta de natación, de dimensiones reducidas, para la limpieza de las instalaciones sanitarias.
No pocas personas, que viven durante el período estival en esta parte de Chacras, tuvieron que llevar de regreso a sus hogares del Centro a algunos de sus familiares mayores, porque no los podían atender convenientemente.
Un residente permanente, Rafael de Borbón (83), ex empleado judicial, viene agendando las cíclicas interrupciones, "a los fines que sean convenientes", advierte.
Por su parte, otra damnificada, María Fernanda, ama de casa, planteó que "si pagamos por el servicio, y se brinda con interrupciones como ha estado ocurriendo en estas últimas semanas, sería lógico que efectuaran los descuentos correspondientes".
En el bulevar Olivos, transversal a Pueyrredón, también se sufrieron los trastornos de esta entrega con limitaciones del imprescindible líquido.
"Como no sabemos cuándo se producirán los cortes, en ocasiones no podemos inclusive lavar la ropa y cualquier jefa de hogar sabe lo que ello implica", fue la queja de una dueña de casa.
Pero, por la calle La Falda o Benito de San Martín, arteria que parte de Pueyrredón hacia el norte, la prestación del servicio de agua potable fue normal.
El tradicional hotel San Francisco también estuvo privado de la dotación por cañería. Empleados del establecimiento manifestaron que los huéspedes no se dieron cuenta de la carencia porque el tradicional complejo hotelero tiene una cisterna con capacidad importante de almacenamiento.