Varios argentinos en riesgo cerca de los atentados

Un analista porteño que estaba en el aeropuerto salió ileso. El mendocino Andrés Vollmer también se vio afectado por el caos y la suspensión de los vuelos.

Varios argentinos en riesgo cerca de los atentados

Ningún argentino figura entre las víctimas de los atentados de ayer en Bruselas, pero varios se vieron afectados por la situación, entre ellos el mendocino Andrés Vollmer, export manager de la empresa vitivinícola Bodegas Los Haroldos. El empresario se comunicó rápidamente con su familia para tranquilizarlos, pues no estaba cerca del lugar de las explosiones. También contó a la prensa mendocina, vía Skype, que, a causa de la paralización de varios aeropuertos, tuvo que reprogramar su vuelo hacia Londres, donde debía continuar su misión comercial.

El que peor la pasó fue el consultor en sistemas porteño Lucas Sparvieri, que estaba en el complejo del aeropuerto atacado y que fue retenido por la policía belga en un hotel de la terminal aérea en estado de shock. Luego de la primera explosión en el aeropuerto de Bruselas, Sparvieri siguió los hechos desde la ventana de su habitación en el hotel Sheraton, que se hallaba prácticamente vacío de personal.

La esposa de Sparvieri, María José Vilar, afirmó que su marido se encontraba en el hotel lindante con el aeropuerto a punto de desayunar cuando sintió la primera explosión. “Al oír la explosión un tipo se le tiró encima y lo metió en el ascensor para llevarlo a su habitación. En medio de la confusión empezaron a llegar heridos al hotel, gente que se resguardaba en su interior y otros que la policía ubicaba en nuevas habitaciones mientras la mayoría del personal del hotel huía y dejaba el lugar sin personal”, confió Vilar.

“Desde su habitación pudo ver a gente corriendo por los techos del aeropuerto, decenas de heridos en el suelo, muchos corriendo en estado de shock y otras escenas de pánico”, afirmó Vilar, quien denunció una situación de “abandono”. Sparvieri, de 38 años y quien reside desde hace un año en Alemania con sus dos hijos, permaneció todo el día en el hotel casi sin acceso a la comida y sin contar con información en torno al protocolo de seguridad activado.

Otros argentinos que residen en la capital belga relataron cómo se vive en la ciudad, que cambió su paisaje habitual y anoche lucía desierta.

“Recibí un alerta de atentado en el teléfono y me puse muy mal. La inquietud fue grande porque al principio no sabía muy bien como había sido e inmediatamente pensé en mis hijos, que van a una escuela judía. Eso aporta un miedo extra desde hace tiempo, cuando pasan estas cosas lo vivimos mal y encima al pasar los minutos todo empeoró con la bomba que estalló en el metro”, contó por su parte el contador santafesino Lisandro Yelin, radicado en Bruselas desde hace 15 años.

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