Ayer partió el último contingente de mendocinos para ver al Papa Francisco en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en Brasil. Son cientos que viajan rumbo a Río de Janeiro movilizados por la fe, pero 15 de ellos quedaron varados en la frontera, sin saber ahora qué van a hacer. El problemas es que la combi en la que viajan no tiene la habilitación correspondiente para circular en el vecino país.
Desde la frontera con Brasil, Natalia Miranda, una de las mendocinas varadas, se comunicó con Los Andes y contó la situación que están viviendo.
Natalia está junto a otras 14 personas que pertenecen a la congregación de salesianos de Don Bosco, está en la ciudad correntina de Paso de los Libres, y narró su situación:
"Hace varios meses que veníamos planeando el viaje a la JMJ y contratamos una tráfic privada. El chofer fue el encargado de tramitar la autorización ante la CNRT (Comisión Nacional de Regulación del Transporte) para entrar a Brasil. Cuando llegamos a Paso de los Libres no nos dejaron pasar porque la tráfic es para 19 personas y en mayo pasado se firmó un acuerdo bilateral entre Argentina y Brasil en el que sólo iban a dejar circular combis para 22 personas, no menos".
En este embrollo están Natalia y sus compañeros desde ayer a la mañana, cuando llegaron a la ciudad fronteriza.
Natalia agregó que se han podido comunicar con la Cancillería argentina y con gente del consulado argentino en Uruguayana, pero la respuesta ha sido que deberían buscarse otro servicio para viajar.
La decepción de los jóvenes salesianos es que ya gastaron mucha plata en el viaje. En tanto, la queja es que, al parecer, la CNRT no les informó como correspondía que no se iba a dejar circular por las rutas brasileñas a tráfics argentinas con capacidad menor a 22 pasajeros.
Más allá del traspié rumbo al encuentro mundial con el Papa, Natalia aseguró: "Nosotros vamos a ir a Río de Janeiro; no sabemos cómo, pero vamos a ir", dando muestra de su fe. El contingente que partió de Mendoza ya tiene la acreditación oficial de la JMJ, por lo que tiene asegurada la comida y la estadía, el problema ahora es llegar a Río.
Junto a ellos hay otro micro de Corrientes que tampoco pudo pasar porque tenían una ventanilla rota.