La pandemia por coronavirus tomó por sorpresa al mundo entero pero sin dudas los más complicados fueron los millones de viajeros que se encontraban esparcidos por todo el mundo.
Desde que se comenzaron a cerrar las fronteras los argentinos nos familiarizamos con el término “repatriación”. Debido a todos los compatriotas que quedaron en el exterior.
Pero qué sucedió con los argentinos que quedaron varados dentro del territorio nacional. Tal es el caso de un mendocino, quien prefirió reservar su nombre, que debió dormir en las calles de Buenos Aires en medio de la cuarentena.
"Llegué de Brasil hace el 25 de marzo. Estaba haciendo la cuarentena en un departamento de capital que me prestaron pero luego me pidieron que me vaya porque el dueño lo necesitaba. Tenía síntomas de coronavirus y quería estar cerca de la clínica. Esto pasó el lunes o el martes", contó a Los Andes.
“Me tuve que ir y como no conozco a nadie acá me tuve que dormir en el estacionamiento de un supermercado”, dijo.
Sin vehículo propio y ni colectivos de larga distancia que viajaran hacia la provincia, el mochilero no tenía forma de regresar a Mendoza.
Caso contrario a lo que ocurre con las personas que están siendo repatriadas desde el exterior ya que en esos casos el Gobierno mismo es que gestiona los viajes en buses desde los aeropuertos hasta las provincias.
Ante la falta de opciones, el viajero barajó otras posibilidades para volver a su casa. "Un revistero me cobra 45 mil pesos para llevarme a Mendoza", dijo sobre la oferta que quedó totalmente descartada.
También buscó ayuda en las autoridades de Buenos Aires. “En la comisaría me dijeron que tenía que hablar con algún organismo de Mendoza. Fui de noche y no me tenían mucha confianza… pensaban que recién había llegado de Brasil”, dijo.
"Les pedí si podía dormir ahí y me dijeron que no. Por lo menos me dieron de comer", recordó.
Con el correr de las horas el mendocino se empezó a hacer a la idea de que su situación no iba a cambiar a la brevedad y creó una especie de “rutina” diaria.
“La mayor parte del día estoy en un café donde me permiten quedarme. Ya conocen mi situación. A la noche duermo en el estacionamiento de un supermercado por suerte tengo todo mi equipamiento de mochilero así que estoy cómodo, pero me duele un poco el cuello”, confió.
"Los del restaurante me dan comida así que ´zafo´ con eso. Mi plan es seguir así hasta que alguien me oriente", cerró.
La situación de este mochilero se repite en varias ciudades de Argentina debido a las diferentes situaciones que han surgidos en medio de la cuarentena y que eran prácticamente imposibles de prever frente a un escenario mundial completamente excepcional.
Al finalizar esta nota, el gobierno provincial ya había tomado contacto con el viajero para buscar alguna solución a su problema.