La Cámara Federal de Apelaciones de Mendoza otorgó a Alejandro Vandenbroele, supuesto testaferro del vicepresidente Amado Boudou en la causa Ciccone, la posibilidad de quedar libre a cambio del pago de una fianza de $ 400 mil en efectivo (o en depósito) y la imposibilidad de salir del país, salvo que sea para declarar ante el juez uruguayo que pidió su extradición hace más de un mes, en otra causa sobre lavado de dinero.
De todos modos el empresario, que hasta hoy lleva 26 días encarcelado en la Unidad 32 de detención de Tribunales Federales, seguirá en esa condición hasta que el juez Walter Bento, instructor en la causa, cumpla con la resolución de la Cámara, lo que sucederá una vez que reciba la notificación (lo que puede ocurrir hoy en la mañana), pero además, cuando se efectivice el pago de la caución impuesta al acusado, quien también podría poner, en calidad de garantía, algún inmueble que posea.
El fallo
La resolución de la Sala A de la Cámara contradijo lo impuesto por Bento a partir de la apelación del abogado defensor de Vandenbroele, Germán Soria, y contó con los votos favorables de los jueces Héctor Fabián Cortés y Carlos Alfredo Parra, y el disidente del presidente del cuerpo, Juan Antonio González Macías.
Entre los fundamentos de Cortés y Parra, hay aspectos relacionados con la conducta del imputado, con su situación económica, y con el arraigo del procesado.
En lo jurídico, Parra señaló, entre otros puntos, que el delito por el cual Vandenbroele está imputado en Uruguay, prevé una escala penal de 20 meses a 10 años de prisión, “por lo que el mínimo establecido en la norma permitiría en principio la concesión de la excarcelación”.
En similar línea, Cortés detalló que la legislación argentina “prevé el riesgo procesal como nulo para el delito de lavado de dinero”, por lo que en este país “es excarcelable”.
En lo económico, Parra basó su voto en que las propiedades de Vandenbroele en Buenos Aires y Mendoza, e incluso su camioneta, “no están a su nombre”, por lo que “se cae el argumento relacionado con la solvencia económica que le permitiría darse a la fuga”.
Cortés añadió que desde la óptica del Código Procesal Penal, “no se advierten elementos serios que acrediten la existencia de riesgo procesal de fuga o de entorpecimiento de la investigación”.
Desde el punto de vista del arraigo, se basan en la tenencia de las propiedades y también en la familia, sobre todo por la hija que vive en Mendoza.
González Macías en tanto, prefirió atenerse a lo estrictamente legal para no hacer lugar al pedido de excarcelación. “Hay un convenio con Uruguay que Argentina debe respetar y si no colabora con el pedido del juez de aquel país, el nuestro puede ser sancionado internacionalmente”, dijo a Los Andes el magistrado.
Destacó que si bien Vandenbroele se excusa en que los jueces argentinos “no lo dejan salir del país” por los procesamientos locales, “si se hubiera presentado ante esos jueces para pedir la autorización para declarar en otro país, la hubiera conseguido”.
Casi un mes preso
Vandenbroele fue apresado la noche del viernes 20 de febrero en la puerta de la casa de su ex mujer, Laura Muñoz, en Chacras de Coria, cuando iba a dejar a la hija de ambos.
La recepción del sospechado de actuar como testaferro del también procesado vicepresidente de la Nación, Amado Boudou, en la causa de la papelera The Old Fund (ex Ciccone), fue hecha por Walter Bento que, ante la solicitud de extradición del juez uruguayo Néstor Valetti, decidió que permaneciera en Mendoza hasta resolver los trámites de la salida del país.
Una semana después, y ante el pedido de la defensa, Bento rechazó la excarcelación de Vandenbroele por entender que si recuperaba la libertad, podía “eludir el accionar de la Justicia”.
Vandenbroele fue la cara visible de la sociedad The Old Fund, que levantó la quiebra de la ex Ciccone Calcográfica, y está procesado junto al vicepresidente Boudou por supuestos sobornos.
El juez uruguayo Néstor Valetti pidió su arresto preventivo con fines de extradición a Montevideo porque era titular de la sociedad uruguaya Dusbel SA, desde la cual, “presuntamente salió dinero que se inyectó” en The Old Fund, lo que, según el juez, habría servido para comprar la empresa a los Ciccone.