Vándalos atacaron a un tren y luego a las casas de un barrio

Unas 50 personas detuvieron una formación del ferrocarril y, al no encontrar algo de valor, la emprendieron a piedrazos contra los vecinos del barrio Ferrisi, que están cansados de los robos.

Vándalos atacaron a un tren y luego a las casas de un barrio
Vándalos atacaron a un tren y luego a las casas de un barrio

Un grupo de vándalos, que la policía estimó en unas 50 personas, detuvo la marcha de un tren con la intención de asaltarlo, pero al no encontrar más que un cargamento de piedras, atacó las casas y negocios de las primeras cuadras del barrio Ferrisi, ubicado junto a las vías, cerca del hospital Perrupato, en el oeste de San Martín.

El ataque ocurrió en la noche del sábado y se extendió durante toda la madrugada, con un largo enfrentamiento con la policía, que reprimió con balas de goma y gases. Como saldo de las más de seis horas de vandalismo hubo destrozos, robos y un total de ocho personas detenidas, una de ellas menor de edad, que recuperaron la libertad el mismo domingo.

Los vecinos del Ferrisi suman unas 120 familias y están preocupados por la inseguridad que vive la zona. Dicen que los robos son moneda corriente, que les cuesta dormir tranquilos por la noche, que hay casas para alquilar que nadie quiere ocupar, que hubo un destacamento policial que fue corrido por los delincuentes a piedrazos y que lo del fin de semana fue la gota que colmó el vaso.

En el Ferrisi, algunos han sido robados hasta nueve veces en lo que va del año y otros auguran tiempos peores. “Como no tenemos respuesta de nadie, muchos vecinos nos estamos armando”, contó alguien que hace poco fue asaltado en su casa: “Se metieron, me partieron la cabeza con la culata de una pistola y se llevaron el televisor. Ahora me conseguí un arma. Si vuelven a entrar, les tiro... Esto está complicado y se va a poner más feo todavía”.

Parte de los vecinos e incluso un sector de la policía culpa por la situación al barrio Santa Lucía, un conjunto de 96 casas que se levanta al sur del Ferrisi, cruzando las vías del ferrocarril y que fue entregado en 2009 a las más de 700 personas que vivían en La Horqueta, la villa más grande que tuvo el Este mendocino. Algunos hasta piden levantar un muro entre ambas barriadas, como solución.

Los hechos

En la siesta del sábado y frente al Ferrisi y al Santa Lucía, un grupo de delincuentes atravesó un durmiente en medio de las vías, asunto que terminó por detener a una locomotora que tiraba de 39 vagones. Enseguida, y como ocurrió otras veces, la banda cortó las mangueras de los frenos y comenzó a revisar la carga de la formación.

Buscaban algo de valor para robar y vender, tal vez un cargamento de vino, pero sóslo encontraron piedras que era lo que llevaban esos vagones. Con la formación detenida frente a los barrios y la caída de la tarde, cerca de 50 personas comenzaron a usar esas mismas piedras para atacar las casas y negocios de las primeras cuadras del Ferrisi.

“Esto fue tierra de nadie durante varias horas”, contó una mujer a la que le rompieron todos los vidrios de la casa. Cerca de allí, algunos delincuentes voltearon la puerta de un almacén a patadas y entraron a los hondazos. El matrimonio dueño del lugar se refugió en el dormitorio y dejó que se llevaran lo que quisieran. “Robaron de todo y a la balanza no se la llevaron porque está atornillada al mostrador”, resumió el hombre.

La policía llegó luego y el comisario general Sergio Yanzón explicó que un cuerpo de Infantería de San Martín, con apoyo de otro de Maipú, enfrentó hasta las 5 de la madrugada a los vándalos, que a piedrazos habían destruido tres móviles policiales y todas las luminarias de la zona. Era casi una batalla campal en la oscuridad de los descampados y el saldo final fue el de 8 detenidos, que quedaron en libertad a las pocas horas. “Sólo uno fue procesado por daños a la propiedad”, comentó Yanzón.

Por estas horas, la policía evalúa reponer el destacamento móvil que alguna vez tuvo el Ferrisi y que fue corrido a piedrazos. También acordó con la empresa Belgrano Cargas que las próximas formaciones del tren sean acompañadas por personal policial en los puntos más conflictivos, es decir frente a los barrios Venier, Villa del Carmen y Santa Lucía.

Los vecinos piden más luz en las calles y mayor presencia policial, aunque lo cierto es que cualquier móvil que se arrime de noche por las vías es atacado a piedrazos desde el anonimato que brindan los grandes descampados de la zona.

El intendente cuestionó a la Justicia

“No hay que estigmatizar. El barrio Santa Lucía no está lleno de delincuentes y lo que hace falta es que la policía haga inteligencia, entre y detenga a ese pequeño grupo que arruina la zona”, dijo el intendente Jorge Giménez. Desde la policía contestan que los vándalos son en su mayoría menores de edad, chicos de entre 15 y 17 años, que entran y salen de las comisarías beneficiados por leyes y el auxilio de algunos abogados.

“Yo hago mi parte. Trato de poner luces, de asfaltar, de limpiar los descampados, vamos a llevar más deporte y a ver cómo conseguimos más contención, pero no puedo salir a detener a los delincuentes”, dijo Giménez.

Reclamó: “Que cada uno haga su parte y si la policía los detiene, que los fiscales y jueces se pongan del lado de las víctimas y los dejen presos. Basta de pensar sólo en los derechos de los delincuentes porque la gente se está cansando y si no, que fiscales y jueces prueben vivir una semana en esas zonas a ver si no cambian de opinión”.

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