Ocho penitenciarios de la cárcel Almafuerte de Cacheuta irán a juicio por una presunta golpiza que recibió Marcelo "Gato" Araya (39) el año pasado dentro de la cárcel. Las lesiones denunciadas por el recluso son compatibles con lo determinado por el forense que lo revisó. Acusan a los guardias de apremios ilegales.
En el expediente que lleva adelante el fiscal de Delitos Especiales Daniel Carniello consta que el 31 de marzo de 2013, el interno Marcelo Araya -condenado a dos prisiones perpetuas y a la espera de ser juzgado por narcotráfico- fue golpeado por un grupo de guardiacárceles cuando lo llevaban de regreso a su celda. Según la elevación a juicio, mientras le pegaban, los imputados le pidieron que "retirara una denuncia en la que estaría involucrado personal penitenciario".
Por este hecho fueron imputados por apremios ilegales Alberto Rivero (47), Martín Rivero (39), Rodolfo Domenica (34), David Martínez (41), Mauricio Cortez (24), Rodrigo Palacio (35), Osvaldo Ramírez (35) y Rodrigo Godoy (30). La carátula básicamente se debe a la intención no sólo de infligir menoscabo sino también a la necesidad de que el interno realizara o se abstuviera de hacer algo.
Según se pudo determinar, a las 14.15 Araya fue sacado de su celda del módulo 5 ala 3 porque debía hacer un descargo por una infracción ya que un día antes había protagonizado una riña con otro interno.
Sin filmación
Todos los traslados del "Gato" son tomados por una cámara que los graba; sin embargo, ese día y en ese momento la filmadora había dejado de funcionar.
Después de dejar su celda, Araya fue llevado a Sanidad -donde le hicieron un control de rutina- y de ahí a la alcaidía, donde realizó su descargo. Luego salió -siempre custodiado- de vuelta a su celda.
"Antes de ingresar al pabellón hay un ducto de unos 20 metros de largo, en donde es colocado contra la tela y esposado y de espaldas recibe golpes de puño y palos en la cabeza. Estos golpes los recibe por el personal que lo trasladaba", consta en la elevación a juicio. Y sigue: "Escuchó (Araya) manifestaciones entre los Rivero cuando expresaban ‘Te vamos a hacer matar’".
La revisión médica, clave
A las 14.32 el interno regresó a su módulo y a las 20.05 fue sacado nuevamente para ir a Sanidad Policial, donde se constataron las lesiones.
El médico forense Martín Barrera determinó que tenía un hematoma en la región parieto-occipital derecha y magullones en los hombros, los omóplatos, las costillas y los brazos. Además confirmó que esas lesiones fueron provocadas en las últimas 24 horas, "por golpes de puño o bastones de superficie lisa y roma (es decir, sin puntas)". "La declaración de Araya de cómo lo golpearon es compatible con las lesiones que presenta", aseguró el forense del Cuerpo Médico.
A la causa se sumó el testimonio de un interno que dijo que "no lo sacaron normalmente (a Araya) porque ese día no hubo cámara y lo normal es que sea monitoreado y filmado" y que "cuando Araya regresó le manifestó que había sido golpeado y que él lo pudo constatar".
En tanto, los penitenciarios involucrados negaron la existencia de la agresión y especularon con la posibilidad de que el mismo interno se haya producido las lesiones.
Palacio declaró que no estuvo en el traslado y que "no vio ni escuchó nada raro". Martínez dijo que en el libro de novedades consta que el preso "entró y salió del módulo sin lesión". El jefe de turno, Martín Rivero, agregó que "si los hechos hubiesen sido como Araya los describe, los internos lo hubieran visto".
En tanto, los guardias Domenica, Cortez y uno que no figura entre los imputados aseveraron ante la Justicia que si Araya hubiera llegado golpeado a su celda, sus compañeros hubieran empezado a gritar y a pedir que lo atendieran en la enfermería, pero eso no ocurrió.
"Los ocho imputados se encontraban en posición de garantes y si no ordenaron pasivamente la golpiza, estaban en la obligación de evitarla", dice la citación a juicio.
Resta esperar la fecha en la que tendrá lugar el debate, que posiblemente sea llevado a cabo el año próximo.
Doble cadena perpetua
El “Gato” Araya fue condenado en 2012 a cadena perpetua por ser el autor intelectual del homicidio de Exequiel Salas (32), ocurrido el 3 de enero de 2010 en el barrio La Gloria de Godoy Cruz.
En tanto, el año pasado recibió la misma pena por el doble homicidio de El Carrizal ocurrido el 15 de enero de 2010, en el que las víctimas fueron los albañiles Darío Echeverría y José Escudero Rivarola.
El año próximo será juzgado por su presunta vinculación con una poderosa banda narco.