LAS ANSIAS DE NADAR EN AGUAS CARIBEÑAS, CÁLIDAS Y SERENAS NOS LLEVÓ HASTA VENEZUELA, POSEEDOR DE UNA DE LAS COSTAS MARINAS E ISLAS MÁS PRECIADAS DEL CONTINENTE LATINOAMERICANO. EN FOTOS, UN RECORRIDO POR ALGUNOS DE SUS TANTOS TESOROS SOBRE EL ATLÁNTICO.
Por Florencia Da Souza
El país en el que las distancias se miden por minutos y las direcciones se dan por referencias –de ninguna manera, por calles y numeraciones-; el país en el que el nombre de las personas es, a veces, impronunciable, porque uno puedo llamarse de cualquier manera y siempre estará permitido; el país en el que las largas filas en busca de productos de primera necesidad (o no) a causa del desabastecimiento es una postal constante en sus calles; en el que las mujeres son voluptuosas y con excelentes líneas, la bachata y cumbia, sus himnos y el arroz y los tostones (plátanos fritos) un acompañamiento infaltable en cualquier comida. Así es Venezuela…., y luego de bucear en sus rincones marinos y terrestres, bien se entiende que es ¡súper chévere por donde se la mire!
El objetivo de visitar el país presidido por Nicolás Maduro fue visitar sus playas, un tesoro muy bien guardado y poco promocionado turísticamente. Se sabe que, con sólo un vistazo en una guía de viaje, Venezuela no se limita tan sólo a la Isla Margarita (tan visitada por argentinos durante los 90) o al Archipiélago Los Roques; y que, por lo tanto, sus playas son infinitas –en cuanto a extensión y a cantidad-, paradisiacas, inolvidables.
Lo interesante es que para recorrerlas y vivirlas hay que alejarse de las grandes ciudades y llegar a sus pueblos caribeños; nada más indicados para profundizar en sus raíces culturales y con esto, en su gastronomía, sus formas de vida más típicas, su arte, etc.
Si a todo esto, sumamos la accesibilidad económica para el bolsillo del visitante y que la mala fama de la inseguridad es justamente eso (aunque como en cualquier destino, el turista debe tener sus cuidados), la aventura se vuelve perfecta y las ganas de regresar, eternas.
1. Playa Grande, Puerto Colombia (Choroní), en el estado de Aragua. Esta, es la única playa a la que se llega caminando (a 100 mts. del pueblo) y, por lo tanto, es la más concurrida, incluso por sus habitantes. Con un nutrido servicio gastronómico, suele usarse como descanso de fin de día, luego de que el turista visitó otras costas cercanas. Algo para destacar es que si algo inquieta al visitante, es el camino de montaña y de una sola mano que hay que cruzar para llegar a Choroní. Por momentos divertido, por momentos, vertiginoso, es la unica vía de acceso a este sitio y se realiza en bus o taxi desde la ciudad de Maracay.
2. Playa Medina, en Río Caribe, en la Península de Paria (Sucre). A 33 kilómetros del pueblo y luego de atravesar pequeños poblados y plantaciones de cacao, se accede a una de las playas más fascinantes de la región. Hacer la travesía en moto taxi es altamente recomendable. Su paisaje, nada tiene que ver con los de Choroní o Morrocoy. Son sitios rodeados de morros, grandes palmeras, vegetación y aguas cristalinas pero teñidas de un verde que le da su entorno y arena más oscura. Aptas para el baño, pero en el caso de Pui Pui (otro de sus paraísos), con precaución.
3. Iglesia principal de Río Caribe, frente a la plaza que es punto de reunión de los habitantes.
4. Parque Nacional Mochima: se encuentra localizado entre los estados de Sucre y Anzoátegui, entre las ciudades de Barcelona, Puerto La Cruz y Cumaná. Camino a las diferentes playas del parque (en barcas con motor), el viajero se encontrará con la compañía de delfines que viven en esas aguas y hacen del paseo, una experiencia muy atractiva.
5. Sobre la playa Pui Pui, en Río Caribe, el visitante puede optar por alojarse en pintorescos cuartos que se arriendan a bajo costo. Sus habitantes ofrecen servicios de comida, a base de la pesca del día.
6. Chuao, el lugar del cacao…. Sorprenden los casi 5 kilómetros que separan la playa del pueblo. Pero, como todo, tiene su explicación y muy simple: ante los ataques piratas, los poblados de toda esa región y de tantas otras de Venezuela, se fundaban lejos de la costa. Hoy, una camioneta o moto, que funcionan de taxis, acercan al turista a la villa atravesando una gran plantación de cacao, que es el producto principal que da trabajo a sus pobladores.
7. De los colores más diversos, las lagartijas son compañeras de viaje en toda la costa venezolana.
8. Desde el mar, una vista de Santa Fe, una de las poblaciones que rodea al Parque Mochima.
Agradecimientos a: Hugo Vitale y Gustavo Valdez por el aporte fotográfico.