La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, viajó a la cuidad de Valparaíso para visitar la zona afectada por un gigantesco incendio que arrasó con 220 casas y prometió ayuda estatal a las familias afectadas.
El fuego volvió a golpear con dureza la tarde del lunes a este pintoresco y turístico puerto de la costa central chilena. Las llamas se iniciaron en una zona de pastizales al ingreso a la localidad de Laguna Verde y luego se expandieron a poblaciones de la zona Playa Ancha.
"Lo primero es responder a la emergencia, segundo terminar con el incendio y evitar que se propague", dijo Bachelet a periodista tras visitar un albergue levantado para asistir a las familias afectadas.
"Las personas van a contar con los apoyos que como Estado podemos dar", prometió la mandataria, quien además actualizó la cifra de viviendas afectadas y la situó en 220.
El número de lesionados se mantuvo en 19.
De acuerdo a autoridades locales, el siniestro estaba este martes "prácticamente controlado", restando solo "rematar el incendio", para iniciar de ahí el retiro de los escombros y las labores de reconstrucción, dijo el intendente de Valparaíso, Gabriel Aldoney.
Se trata del tercer incendio que azota en los últimos cuatro años a Valparaíso, cuyo casco histórico fue declarado patrimonio de la Humanidad en 2003.
En marzo de 2015, otro gigantesco incendio forestal en uno de sus cerros dejó una mujer muerta y miles de evacuados. El siniestro ocurrió en el mismo lugar donde un año antes otro incendio se saldó con la muerte de 15 personas y más de 3.000 viviendas afectadas.
Antes de viajar, Bachelet garantizó a los afectados "seguir junto a ellos para superar los efectos de este incendio", al tiempo que pidió unir esfuerzos para evitar otro siniestro en esta ciudad, cuyo casco histórico fue declarado patrimonio de la Humanidad en 2003.
"Creo que entre todos tenemos que hacer un esfuerzo para que no se vuelva a vivir situaciones de esta naturaleza", señaló Bachelet.
De acuerdo al último reporte de las autoridades, unas 150 viviendas -en su mayoría de construcción liviana- fueron arrasadas por las llamas, mientras que 143 personas permanecían en albergues.
Otras 19 personas fueron atendidas, sobre todo por problemas respiratorios, pero no se registraron víctimas fatales.
"El incendio venía de allá del otro lado del cerro hacia abajo, pero nunca pensamos que iba a llegar tan luego acá abajo. De repente empezó el viento, las llamas empezaron a salir por todos lados", relató a la AFP Rosa Gallardo, quien perdió todo a consecuencia del incendio.
En las redes sociales, otra historia que conmovió fue la de un bombero de Valparaíso, al que una fotografía lo mostró llorando mientras las llamas arrasaban su casa, pero que siguió trabajando igualmente.
"Estaba combatiendo el fuego de otra casa y ver el fuego en mi casa fue fuerte, pero seguí trabajando, es lo mío, no puedo hacer nada más que trabajar", dijo el bombero Juan Carlos Espinoza a medios locales.
Peligro de rebrote
Pese a que el incendio se encontraba prácticamente controlado, las autoridades advirtieron de un posible rebrote de las llamas debido al fuerte viento y las altas temperaturas que se esperaban para la tarde.
Las mismas condiciones que contribuyeron a aumentar la extensión de este nuevo incendio, y que también se dieron en marzo de 2015, cuando otro gigantesco incendio forestal en uno de sus cerros dejó una mujer muerta y miles de evacuados. El siniestro ocurrió en el mismo lugar donde un año antes otro incendio se saldó con la muerte de 15 personas y más de 3.000 viviendas afectadas.
La escarpada topografía de Valparaíso, con unos 40 cerros de los que cuelgan coloridas viviendas, hace que el puerto sea especialmente vulnerable a los incendios forestales, sobre todo durante el verano austral.