El capitán general José de San Martín en una carta que le dirigía a su amigo y confidente Tomás Guido, el 14 de junio de 1816 señalaba: “Lo que no me deja dormir, no es la oposición que puedan hacerme los enemigos, sino atravesar estos inmensos montes”
Eran las jornadas que antecedieron a la misión de atravesar la cordillera de los Andes para ir a enfrentar a los realistas, en los comienzos de 1817, por parte del ejército de más de 5.000 hombres conducidos por el general San Martín.
Ese cruce de las altas montañas, valorado como una hazaña logística y militar de gran envergadura y trascendencia, está en camino de ser considerado por la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura), Patrimonio Cultural y Natural de la Humanidad.
Una categoría de esa magnitud consiguió en 2014 el Camino del Inca (Qhapaq Ñan, en idioma quechua), y ahora la intención es que las seis rutas sanmartinianas pasen a formar parte de ese acervo. Son los trayectos por los pasos del Planchón, Portillo, Uspallata, Los Patos (por donde cruzó San Martín, también conocido como de las Llaretas), Guana y Comecaballos.
La iniciativa se encuentra actualmente en período de recolección de pruebas que permitirán avalar o no la propuesta argentina para tan importante designación. Un trabajo muy comprometido al respecto augura éxito en la misión.
La postulación ante la Unesco para que esos históricos itinerarios se sumen a los 1073 sitios de 167 estados que hoy son reconocidos como lugares de la Tierra con un “valor universal excepcional” fue presentada por el Gobierno argentino a fines de enero e inscripta en una lista preliminar de esa organización hace tres semanas. Este es el primer paso de un proceso que culminará en febrero de 2020.
El mentor del proyecto es el embajador argentino ante la Unesco, Rodolfo Héctor Terragno, quien realizó una amplísima investigación al respecto, contando con el apoyo de numerosos profesionales de distinta procedencia, entre los que están integrantes del Conicet Mendoza. Para asegurar aún más la petición, existen conversaciones con el gobierno de Chile a fin de que se incorpore a la presentación y en tal sentido la solicitud adquirirá condición de binacional.
De obtenerse esta asignación patrimonial universal con respecto a los trayectos sanmartinianos, Mendoza sería muy beneficiada porque podría anexar esa condición a sus valores como provincia de alto potencial turístico. Hay que señalar que tres de los históricos trayectos se encuentran en nuestro territorio, Uspallata, Portillo y Planchón. Y lo más importante es que la fuerza libertadora, el ejército que salió a combatir, se formó en suelo mendocino, en el Campo de Instrucción de El Plumerillo, en Las Heras, un sitio que debe mantenerse y valorizar en forma permanente.
Por lo tanto, que se declare patrimonio mundial a las rutas sanmartinianas será motivo de orgullo nacional, y muy especialmente en Mendoza. Estar en los prospectos de viajes de Europa o Estados Unidos, será trascendente porque colocará a la provincia como punto de interés a nivel internacional.
