El sábado al mediodía, a la salida de los talleres del CAJ (Centro de Actividades Juveniles), que se dictan en la escuela Amanda de Palermo, de Tunuyán, cuatro alumnas de ese establecimiento habrían dado a otra una feroz golpiza.
La chica, de 14 años, debió quedar internada durante un día en el hospital Scaravelli, pues los traumatismos que presentaba requerían observación médica.
El hecho -que denunció la madre de la menor en estos términos, ese mismo sábado, en la Comisaría 15 de Tunuyán- se suma a otros de similares características que vienen ocurriendo en los últimos meses en el Valle de Uco.
Las peleas entre alumnas en horarios de salida del colegio y la posterior divulgación de las mismas a través de las redes sociales aparecen hoy como una práctica en auge que preocupa fuertemente a la comunidad local.
Hace poco más de dos semanas, el video de una violenta pelea entre dos estudiantes de la escuela Julia Silva de Cejas, de Vista Flores, ganó rápidamente espacio en Facebook e incluso llegó a medios televisivos y digitales.
No sólo las intervinientes y los alumnos que arengaron y filmaron la situación debieron responsabilizarse por los hechos, sino que toda la institución encaró un plan de abordaje para transformar este triste hecho en una instancia de aprendizaje general.
Días después, chicos de Tupungato también hicieron circular por las redes lo que habría sido una disputa entre dos alumnas, con las calles de ese departamento como escenario.
Ahora la pelea involucra a chicas de la escuela Palermo, Tunuyán y, según señalaron fuentes policiales, se presume que también habría una filmación del suceso.
Nuevo caso
Según la denuncia radicada por la mamá, la joven fue 'agredida físicamente' por cuatro compañeras en la esquina de San Martín y 9 de Julio, a metros de la entrada del establecimiento educativo.
El acta policial señala que, debido a las serias lesiones que presentaba la menor, los padres la llevaron a la guardia del hospital regional Scaravelli, donde el médico a cargo diagnosticó 'politraumatismos' y dispuso que quedara "internada en observación por 24 horas".
Las chicas salían de la escuela, porque habían participado de los talleres del Centro de Actividades Juveniles, que se dictan los sábados en la mañana y cuya asistencia no es obligatoria.
Mientras que los padres aducen a una situación conflictiva que mantenían las alumnas desde hace tiempo, los profesores del CAJ no percibieron ningún tipo de actitud extraña en ellas, que les hiciera prever semejante desenlace.
Es más, las autoridades escolares en la mañana de ayer recién estaban recopilando información respecto de lo sucedido, pues ninguno de los alumnos que presenció la pelea volvió el sábado al colegio para avisar sobre tal situación de violencia. Indicaron que saber bien cómo ocurrieron los hechos es clave para poder delinear las acciones a seguir.
En este contexto, la escuela ayer intentaba responder a los requerimientos de la Fiscalía Penal de Menores de la Cuarta Circunscripción Judicial, quien investiga el caso y solicitó informes de las alumnas - del mismo curso- señaladas en la denuncia.
"Hoy (por ayer) se hizo presente el papá de la alumna mayormente perjudicada en la escuela", contó una de las autoridades de la institución. "Hay información entrecruzada. Hay datos que no coinciden con lo que expone la familia, los testimonios y lo que pide la Justicia", sostuvo este directivo.
Abordaje
La titular de la Doaite en la Dirección General de Escuelas, María Rosa Sfeir, explicó a Los Andes que vienen trabajando esta problemática desde distintas aristas.
"Con talleres para alumnos, con trabajos con los papás, con el tema del consumo, etc.", expuso la funcionaria escolar.
Aunque estos hechos se desarrollan fuera de los establecimientos educativos, en la mayoría de los casos suelen generarse por conflictos que nacen dentro de la institución, lo que complejiza más el tema.
De todos modos, Sfeir resaltó el hecho de que la institución se "responsabiliza por su alumno como sujeto de derechos, aunque esté fuera del ámbito escolar. Son siempre alumnos de la escuela".
La responsable del área en la DGE también destacó la importancia de que la escuela elabore sus normas de convivencia junto a todos los miembros de la comunidad, porque esto le da legitimidad.
Al respecto, Rosa Sfeir rescató el abordaje realizado por la escuela de Vista Flores ante el hecho de hace unas semanas. "A través de talleres, reuniones y trabajos de reparación comunitaria; este colegio transformó un hecho negativo en una experiencia de aprendizaje", graficó.
