Valeria Lynch: “Soy mucho más de lo que soñé”

La cantante vuelve a Mendoza para presentar “Grande Val”, un show en el que repasa sus clásicos de siempre. En exclusiva, dialogó con Estilo para revelar sus deseos de carrera y alguna anécdota, entre otras cosas.

Valeria Lynch: “Soy mucho más de lo que soñé”

1986, Mundial de México. Argentina va a ser campeón del mundo, ya lo sabemos, pero el plantel necesita un aliento, un golpe de motivación: ella sale a la cancha, embarazada y con su voz metálica, multitudinaria, les canta lo que todos querían oír: "Más, me das cada día más".

A los jugadores se les arruga el sentimiento, sí, pero en especial  al Diego, que es algo así como su fan número uno: tiene pegado un póster suyo en la pieza que comparte con Pedro Pablo Pasculli y quizás le suene alguna canción suya en la cabeza poquitas horas después, cuando escriba una página épica del fútbol, haciendo "el mejor gol de la historia".

"Esa es una canción que se reinventa siempre", dirá veinte años después Valeria Lynch (ya saben, María Cristina Lancelotti), cuando Estilo le pregunte qué se le viene a la cabeza cuando le nombran "Cada día más".

Es que al '86 se sumaron otras celebraciones, otros mundiales, y alguna publicidad...

Pero ahora tiene 64 años y está en Mendoza, donde también tiene una casa propia: su Escuela de Comedia Musical, una de las 16 que tiene repartidas en el país.

Pero en este viaje de cinco días (algo excepcional en su agenda), se repartirá para hacer dos cosas: un show en el Arena Maipú esta noche, adonde peregrinará un público entregado y febril, que se renueva en cada fecha como cada una de sus canciones, y a acompañar los últimos detalles del musical "Pasión bohemia", que lleva su música y que, a casi diez años de estrenarlo en el Kónex de Buenos Aires, desembarcará en el teatro Tajamar el sábado que viene.

Y es ahí, en ese punto de la Alameda, al fondo de un pasillo largo (lleno de fotos de producciones de su escuela) y a punto de dar dos masterclasses (los alumnos y sus padres ya comienzan a llegar, enardecidos de expectativas), es que se dispone a charlar unos minutitos con Estilo.

Y mientras lo hace, aprovecha para almorzar...

-Además de tus clásicos, ¿traés algunos estrenos?

-Hay estrenos, sí, como "Muchacha ojos de papel" , "Por qué cantamos" y un popurrí de rock nacional en el final del show.

-¿No son canciones tuyas?

-No.

-Porque vos tuviste una faceta rockera en los '70...

-Sí, empecé haciendo rock, pero cuando el rock era marginal. El rock nacional se hizo popular a partir de la Guerra de Malvinas, y ahí ya se me vislumbraba un panorama para ir al exterior, y bueno... la realidad es que me cambié de género porque yo quería vivir de mi vocación.

Me pasé porque "no pasaba nada" con el rock (risas), era de los sótanos, marginal...

-Y ahora estás en una etapa en tu carrera en la que te das esos gustitos.

-¡Noooo, siempre me di gustitos! Siempre que puedo meto algo que tenga que ver con rock o con otro estilo que no hago habitualmente. Es como tomar riesgos, no solo me quedo instalada en lo que hago habitualmente, sino que pruebo por otros lados.

-¿Cuántos años llevás sobre los escenarios?

-Perdí la cuentaaa (ríe), solo sé que muchos.

-¿No los tenés contados, entonces?

-No, pero más de cuarenta seguro.

-Y si tuvieras que retrotraerte a algún momento, ¿cuál elegirías?

-Haría todo lo mismo que hice. No hay ningún momento específico al que me gustaría volver. Yo creo que todas son etapas que uno va quemando y oportunidades que se presentan en el camino y uno elige.

Pero, me han pasado cosas muy grosas. No podría enumerar, pero ahora recuerdo Japón, Carnegie Hall, Colón, San Remo... fui la única invitada argentina en San Remo, nunca fue otro...

-No hay uno, entonces.

-No, son muchos.

-Entonces, cuando ves los videos de esas épocas, ¿qué le dirías a esa mujer que canta?

-"Fuiste por el camino en que tenías que ir".

-¿Por qué?

-Creo que todo tiene un tiempo. Cuando uno empieza cree que tiene el mundo por delante y cree que todo va a ser mágico, y que de un día para el otro vas a ser una superstar.

Yo empecé desde muy muy chica, desde la escuela primaria. Yo me equivoqué en los tiempos, pero yo sabía que iba a dejar una marca y sabía el camino que tenía que seguir. Siempre lo supe, aunque por ahí me equivoqué en algunas cosas.

-¿Por ejemplo?

-La magnitud. Soy mucho más de lo que pensaba. Soy mucho más de lo que soñé.

-¿Cuándo te diste cuenta de eso?

-Ahora (risas). Vos me lo preguntás, miro para atrás y...

-¿No hubo un momento en el que te cayó la ficha?

-No, y sabés por qué no, porque yo creo que un artista no tiene que fijarse metas. Un artista tiene que arriesgarse, porque uno mismo no conoce sus límites. Siempre hay algo muy groso que pasó en un pasado inmediato, pero también siempre hay algo nuevo por venir.

Por eso siempre estoy desafiandome a mí misma, tratando de hacer cosas diferentes.

-Hoy por hoy, ¿cuál sería tu desafío entonces?

-(piensa) Me gustaría hacer un musical, protagonizar "Sunset Boulevard" (nota del redactor: musical de Andrew Lloyd Webber), que es un musical dramático.

Lo vi en Nueva York hace muchos años, pero creo que hoy estoy actoralmente madura para afrontar ese papel. Se lo he propuesto a mucha gente pero es muy caro. En la Argentina de hoy invertir en un musical tan caro... no hay un productor que se arriesgue.

-¿Es cierto que te eligieron una de los mejores cinco voces femeninas del mundo?

-Eso corre por cuenta de quien lo dijo, un periodista del New York Times. Me mencionó junto a Whitney Houston,  Barbra Streisand...

-Por ahí leí que te hubiera gustado trabajar con ella.

-Sí, la tomé siempre como modelo. Aunque me hubiera gustado más trabajar con Mina, que es una cantante italiana que se aggiorna constantemente y siempre está dispuesta a nuevos retos. Ese tipo de artistas me encantan.

-¿Cuál es tu canción favorita?

-Cuando las canciones pasan a ser de la gente y son tan queridas es muy difícil elegir. Aunque si tuviera que hacerlo, ahora se me viene a la cabeza "Piensa en mí", que es como un himno para todos y para mí.

Ahí hay sueños, ilusiones, esperanza...

-Te tiro un par de canciones y decime qué se te pasa por la cabeza.

-Bueno, pero sin nombres propios (risas).

-"Mentira".

-¡Me acuerdo de Chile! Tengo muchos éxitos de chilenos. Esta canción no estaba destinada para mí, sin embargo yo la hice propia, se la arrebaté al autor.

Fui a un programa de televisión en ese país y en el break estábamos detrás de cámara y había un tipo sentado al lado mío, que no sabía ni quién era. Era Buddy Richard. Su guitarrista tocaba esta canción y le dije que era muy hermosa y que la quería.

Me dijo que era para Hernaldo (Zúñiga), un cantante nicaragüense, pero también me la dio a mí. Fue el mayor éxito de mi carrera.

-"Cada día más".

-Esa es una canción que se reinventa siempre.

-Hace poco se la cantaste a Diego cuando se reunieron los campeones del '86...

-Sí, estaban todos los jugadores, pero el Diego estaba chocho. Estuve con ellos en la concentración en México, entré y estuve con él y con todo el plantel.

Por eso ahora, cuando nos reencontramos, cuando le rindieron homenaje, fui muy lindo porque yo también me encontré con todos los que había visto aquella vez. Además yo estaba embarazada.

-Cambiando de tema, llama la atención lo bien que mantenés tu voz. ¿Cómo la cuidás?

-Estudiando, todavía lo sigo haciendo. Vocalizo una vez por semana con la técnica del "Bel Canto".

-¿Hiciste alguna vez playback?

-Nunca en la vida haría playback, y odio a los cantantes que lo hacen.

"Es una falta de respeto a la gente y a uno mismo", agrega, mientras una bandeja llena de frutas va y viene por el escritorio de la oficina, improvisada mesa del almuerzo.

-Hace un momento dijiste que las canciones ya no eran tuyas, sino del público. ¿Te enteraste de alguna historia que te haya impactado?

-Ufff, muchas. Pero ahora recuerdo el caso de una señora enferma de cáncer, que dice que se curó escuchando mis canciones. Qué bárbaro, ¿no?

Primero, que la gente piense que uno tiene esa posibilidad de ser sanador, en el sentido de que la música puede curar, y después, qué bueno que uno pueda, sin saberlo, darle esperanza a la gente que está en una situación mala.

-¿Cómo te ves en diez años?

-¡¡Más vieja!! (se ríe a carcajadas) Pero en el escenario, sin dudas...

-No pensás retirarte mientras vivas.

-No, nunca.

Alegría, glamour y amor

En “Pasión Bohemia, en concierto” se repasan los últimos años de Henri de Toulouse-Lautrec en París. Creado por Valeria Lynch, Patricio López Tobares y Mariana Letamendía, este musical rescata los encantos parisinos del cabaret, esta vez recreando el  “Moulin Rouge”.

Estrenará el sábado que viene en el teatro Tajamar, protagonizado por alumnos avanzados de la Escuela de Comedia Musical de VL en Mendoza. La entrada tiene un valor de $120 y estará disponible a partir del lunes en la boletería del teatro.

La ficha

Valeria Lynch  presenta "¡Grande Val!"
Fecha y hora
: Hoy, a las 21.30.
Lugar: Stadium de Arena Maipú (Emilio Civit y Maza, Maipú). 
Entradas: $250, $350, $450, $450 y $550.

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