Valentino Clemente Ludovico Garavani (más conocido como Valentino) no deja de deslumbrar desde su impronta, ahora de la mano del director creativo de la firma, Pierpaolo Piccioli.
El último desfile presentado por este diseñador que capitanea nada menos que una de las marcas más prestigiosas del mundo, fue presentado en la Gran Manzana, en un franco romance con las representaciones y referencias que la definen.
Se trató de una colección impregnada de referencias al hip-hop de finales de los años 70, con espíritu deportivo y guiños glam.
Según la visión de Piccioli, quiso proyectar en pasarela los ritmos musicales setentosos, que como verdaderos disparadores vintage surgieron en el Bronx de Nueva York, eclipsando la estética disco que venía dominando la década.
Una de las fuentes de inspiración de Piccioli para la colección "Valentino" fue también la serie emitida por Netflix "The Get Down", de cuyo creador ( Baz Luhrmann) se dice fanático confeso. Una serie ambientada en el barrio South Bronx, de fines de los años 70, que supo generar en el director creativo el suficiente entusiasmo para reflejar la nueva estética en su apuesta de pasarela.
De hecho, “The Get Down” es la historia de un grupo de amigos en los suburbios neoyorquinos que crean, sin saberlo, todo un movimiento cultural que comenzó siendo una protesta juvenil y acabó liderando la moda y la música.
Por eso, Piccioli llevó al público hacia Nueva York; para proyectar es intersección de ambas sin artificios. “Esta colección es sobre la diversidad”, declara.
Con un front row de casi doscientas personas, entre las que destacaban las actrices Maggie Gyllenhall o Cristina Ricci y la modelo Helena Christensen, la firma Valentino ha mostrado su colección más relajada hasta la fecha. Propuestas en las que el estilo más deportivo ha estado presente hasta en los vestidos más románticos de la casa.
Verdes en todas sus expresiones, amarillos, rojos carmesí, borravinos, rosas y blancos se lucieron en la propuesta del diseñador que imprimió en las prendas una identidad propia de aire relajado, incluyendo en sus diseños matices ‘athleisure’ con chancletas, vestidos de corte deportivo, chaquetas de estilo bómber, jerséis con capucha y sandalias combinadas con medias blancas.
Una pasarela que estuvo repleta de looks para el día a día, con híbridos entre botas y estilos sporty, pero sin perder nunca la clase, y el espíritu romántico y fresco, sin aggiornamentos excesivos (clásicos de la firma) y con su esencia intacta.