Antes de contar la historia de Carlos Salgado, protagonista del documental de Valentina Ortiz, vale que la presentemos a ella. La joven es una famosa youtuber que dedica su canal a temáticas sociales. "Hoy me dedico específicamente al feminismo y las temáticas de género. Me parece que el feminismo 'cool', de pancarta y brillantina, está haciendo estragos grandes y se está llevando puestas un montón de cosas que no son moco de pavo".
Como ella es de la generación que creció consumiendo Youtubers encontró que este era el medio por el cual ella podía fluir y proponer una reflexión que movilice.
-¿Y cuáles son las mayores satisfacciones que te trajo ser youtuber?
- Una de las más grandes fue llegar a conectar con gente con la que quizás no sólo no hubiera conectado en otras circunstancias, sino que ni hubiera sabido que existía. Por otro lado, la oportunidad de publicar un libro, escribir en diferentes plataformas e incluso esta misma entrevista es una gran satisfacción. Decidí poner en valor lo que tenía para decir y acá estamos.
- España tiene una ley de género alineada con el nuevo feminismo de corte punitivo, ¿podrías dar un pantallazo de las problemáticas que surgieron a partir de ella?
- Lo más preocupante, a mis ojos, es que se presenta como una ley que llegó para proteger a la mujer víctima de violencia de género, y por ello desde que se aprobó en 2004 tiene una excelente prensa. Pero el problema con la Ley Integral de Violencia de Género es que en el intento de proteger a un sector de la ciudadanía está desprotegiendo a otro. Viola al menos tres derechos universales: derecho a la presunción de inocencia, a no ser detenido arbitrariamente y el principio fundamental de igualdad ante la ley. Ya con eso debería ser suficiente para que esta ley sea, al menos, cuestionable. Asusta la instrumentación que se está haciendo de ella. Suele suceder que durante divorcios conflictivos la mujer plantea una serie de condiciones (obtener la custodia, quedarse con la casa, obtener la pensión) y es cuando no se cede ante este tipo de peticiones que los abogados de ex-mujeres en procesos de divorcio sugieren -en muchos casos- utilizar esta ley para facilitar las cosas, interponiendo una denuncia por malos tratos. Un divorcio es un proceso civil, una denuncia a través de esta ley es un proceso penal, con complicaciones para el denunciado y muchos beneficios para quien denuncia. A través de ese proceso penal y solo con la denuncia, sin llegar aún al momento en que el hombre es juzgado, se le obliga a irse de la casa y se le separa de los hijos. Hasta el momento del juicio puede pasar al menos un año, donde esa situación se mantiene, a pesar de que en más del 80% de los casos el denunciado es absuelto.
Tampoco se ha conseguido con esta ley disminuir el número de víctimas, ni de muertes, sí aumentaron las denuncias interpuestas que, además, sólo protegen a mujeres heterosexuales. No tienen cabida orientaciones sexuales disidentes, ni protección a las mujeres que se encuentran en relaciones violentas con otras mujeres.
- ¿Cómo es la historia de Salgado y el secuestro de su hija?
- Carlos es un argentino radicado en España. Conoció a quien hoy es su ex-mujer en unas vacaciones en San Petersburgo. Ella es de etnia rusa pero nacida en Kirguistán, una ex-república soviética. En 2008 tuvieron una hija, Carolina, y se divorciaron en 2014. A pesar de que el divorcio fue conflictivo, se establecieron pautas para garantizar los derechos de cada uno a pasar días con Carolina. Con el tiempo la madre comenzó a alejar a la nena de su papá con excusas. En enero del 2016 trató de quedarse con el último día que le quedaba a Carlos entre semana; él decidió no ceder y ella cortó el régimen de visitas no permitiéndole ver más a la niña. Le interpuso una denuncia por abusos sexuales, que fue desestimada. En setiembre de 2016, Elmira (la madre), que ya había desobedecido al Juzgado y a los Servicios Sociales, huyó con la niña a Kirguistán sin que nadie se lo impidiese, a pesar de que Carlos había advertido por ocho meses al Juzgado de que ese secuestro se produciría. La justicia actuó, tarde. Le dio la razón a Carlos en todo, le otorgó la custodia y la patria potestad en exclusiva sobre Carolina y dictó una orden de detención internacional para la madre, pero no llegó a ejecutarse.
Tras un cambio de magistrado comenzó un enredo legal que lo dejó con pocas o nulas garantías.
- ¿Qué te motivó a llevar adelante el documental?
- Carlos. Lo conocí a través de Twitter hace años, pero recién a finales de 2019 nos pusimos en contacto, nos tomamos un café y me propuso la idea. Carlos lleva más de tres años peleando por recuperar a su hija y yo llevo más de tres años dedicándome a comunicar y arrojar un poco de luz sobre estos temas a los que hoy se les da una atención casi inexistente.
- Si se le dan tan poca atención al tema, ¿cómo se va a financiar el proyecto? ¿Y dónde podremos verlo cuando esté terminado?
- Estamos haciendo un crowdfunding: cualquier persona, asociación, entidad o empresa puede colaborar con la financiación del documental. Nos comprometimos a hacer las cosas bien. Si todo sale bien, planeamos viajar en abril o mayo de este año y lo iremos subiendo a mi canal de YouTube, La Entropía de Valen.