En ocasiones la vida suele dar giros de 180 grados. Eso es lo que le sucedió a Valentín 'Taty' Castellanos. Es que en un año y medio, pasó de jugar la Liga Mendocina con Murialdo a debutar en la Copa Sudamericana ante el mismísimo Corinthians en San Pablo, e incluso tener dos clubes de fans. Todo esto, vistiendo la camiseta de la Universidad de Chile.
Sin embargo, esta historia se remonta mucho tiempo atrás cuando fue entrenado por el campeón del mundo Leopoldo Jacinto Luque en la Escuela de fútbol de Banco Nación. Allí, comenzó a desarrollar su talento innato que lo llevó a formar parte de las inferiores de Independiente Rivadavia.
Aunque en la Lepra lo dejaron libre, él siguió ligado a la pelota; esta vez, por el futsal jugando en la institución bancaria, dónde todo empezó. "Un par de años después, Antonio Torres y Carlos Lopez me metieron en Murialdo y a los quince debuté en primera de Liga" señala el joven del Barrio Santa Ana.
"Ahí me di cuenta que estaba un pasito por delante de los demás y que quería vivir del fútbol" le dijo a MÁS Deportes con total seguridad quien ahora se desempeña como extremo por derecha.
No todas fueron buenas en su incipiente carrera futbolística.
"Luque me llevó a una prueba en River y quedé, pero justo cambiaron los dirigentes así que no me dieron lugar y me tuve que volver", expresó.
Dicen que no hay mal que por bien no venga, ya que allí conoció a sus actuales representantes Ariel Suarez y Bebe Fernandez, quienes le consiguieron una nueva prueba en Lanús. En el Granate también le dieron la espalda y Castellanos debió retornar a la provincia.
Otra vez en Mendoza y mientras jugaba en el club de Villa Nueva, Marcelo Torres le trajo la oportunidad de su vida: participar de una preselección para la Universidad de Chile.
“Entrenamos en la sede de la U en Mendoza. Solo quedé yo”, puntualizó.
A partir de ahí, empezó a entrenarse con Torres y Diego Rivarola -gloria del equipo chileno y con un pasado similar al de Taty- a la espera de la prueba final del otro lado de la Cordillera. A pesar de que la misma constaba de dos semanas, al tercer día Castellanos ya sabía que iba a ser parte de la U. Ese fue el puntapié inicial para llegar a la élite del fútbol chileno.
Valentín reconoce que la adaptación no fue un problema: "Allá vive mi papá, quien me brinda apoyo constante. Además, estoy todo el tiempo con el celular hablando con mi familia y mis amigos del barrio". También es un agradecido a Chile: "Los chilenos me ayudaron un montón, en la rivalidad Chile-Argentina los tontos somos nosotros, ellos nos tratan con respeto y cariño".
No obstante, el mayor problema fue en lo futbolístico. Es que el mendocino pasó diez meses sin jugar de manera oficial ya que, al ser menor de edad, la FIFA no permite que juegue en un club extranjero a menos que tenga residencia comprobada en ese país en los últimos diez años. "Me moría de ganas de disputar un duelo. Iba a ver los partidos y me quería meter a la cancha" remarca el menor de los hermanos Castellanos.
Sin embargo, terminaría estrenándose en las juveniles de la U –categoría similar a la reserva en Argentina- muy lejos de casa, precisamente en Qatar. En el país del Golfo participó de un triangular entre el país local, el Red Bull Salzburg de Austria y su equipo.
Durante esa semana debutó, salió campeón del certamen y hasta conoció a Xavi Hernández. "Nunca había viajado en avión y que la primera vez sea a un lugar así fue extraordinario." A lo que agregó "toda esa experiencia fue increíble",destacó.
Cuatro meses debió esperar para pisar un campo de juego de manera oficial. El 3 de octubre cumplió los 18 años y llegó la habilitación desde Zurich. Aunque reconoce que le costó agarrar ritmo de juego, poco a poco fue mejorando y, pese a perderse la definición del torneo de juveniles por una lesión, dejó impresionado al nuevo cuerpo técnico a cargo de Guillermo Hoyos -ex entrenador del Barca B- quien decidió incorporarlo al plantel de primera desde enero de este año.
Algo que realmente lo tomó por sorpresa. "Tengo 18 años y estoy ocupando cupo de extranjero en la Universidad de Chile; es hermoso", reconoce Taty que comparte plantel con muchos argentinos. "Fabian Monzón, Matías Rodriguez, Leandro Benegas que es mendocino también y Gustavo Lorenzetti me ayudaron mucho. También la Gata Fernández, quien ahora está en Gremio", comentó.
La ayuda no sólo fue en lo futbolístico: “Mejoré como persona. La gente del club, con Nacho Asenjo a la cabeza, me enseñaron muchas cosas que no sabía y en algunos momentos complicados ellos estuvieron ahí”.
Taty durante su presentación internacional en el Itaquerao. (Gentileza)
Mientras seguía esperando su oportunidad en primera, Valentín la rompía en las juveniles: consiguió la apabullante cifra de 26 goles en 43 partidos. Y, tras estar en el banco en tres oportunidades pero sin tener acción en el campeonato chileno, llegó su oportunidad.
“Me enviaron la citación por WhatsApp y no lo podía creer”. Es que el jugador mendocino había sido convocado para viajar a Brasil dónde la U se medía ante el Corinthians por la Sudamericana. Allí, en el Arena do Corinthians -dónde Argentina jugó las semifinales del Mundial 2014- Taty ingresó para jugar los últimos 20 minutos.
En cuanto a su experiencia en ese partido, el delantero señala que “estaba tranquilo pero a la vez ansioso, sentía a toda la gente gritar, fue una locura”.
Más allá que el conjunto chileno cayó en su visita a San Pablo, la travesía no terminó ahí: “Cuando volvimos quedamos concentrados porque se jugaba el clásico con Colo-Colo y, aunque quedé afuera del banco, vivir eso desde adentro fue impresionante”. En ese partido, la U derrotó a su clásico rival y se encaminó al título que obtendría dos semanas más tarde.
A pesar de todo lo vivido, Taty Castellanos mantiene los pies sobre la tierra, no olvida sus raíces y sueña con jugar un Mundial. Poco a poco, la promesa del fútbol mendocino a quien los grandes equipos argentinos le dieron la espalda comienza a hacerse de un nombre en el fútbol chileno.
El atacante muestras destellos de su gran capacidad tecnica. (Gentileza)