De vaciamientos y empapelamiento

Cada vez es mayor, por ende más preocupante y más grave, el uso de las reservas del Banco Central y de los aportes jubilatorios para sufragar gastos comunes del presupuesto nacional. Estas actitudes no sólo llevan al vaciamiento de dos instituciones funda

De vaciamientos y empapelamiento

El gobierno nacional, adoptando las peores políticas económicas del primer peronismo, va camino a vaciar las reservas del Banco Central y de la Anses.

La historia dice que al asumir Perón la primera presidencia en 1946, hasta los pasillos de las bóvedas del banco estaban atiborrados de oro, acumulado en años anteriores y durante la guerra mundial.

Al final del gobierno no quedaba nada, obligando a tomar medidas de estímulo a las exportaciones agropecuarias para recomponer el balance de pagos. También, como ahora, las importaciones de combustibles se llevaban una buena parte de los pagos al exterior.

En materia de jubilaciones el primer gobierno peronista extendió el régimen jubilatorio a quienes aún no lo tenían, que eran muchos; por consiguiente, los aportes patronales y personales crecieron notablemente.

Como había muchos aportantes y pocos jubilados, las cajas de jubilaciones (existían varias) acumularon cuantiosos fondos. El gobierno apeló a ellos para otorgar generosos créditos, a tasas subsidiadas, a los sectores industriales para llevar a cabo el proceso de sustitución de importaciones. La inflación licuó los créditos y la naciente “burguesía industrial” devolvió monedas, un negocio redondo para sus miembros. Las enormes dificultades para pagar las jubilaciones las asumieron otros gobiernos.

Hoy el Banco Central está siendo usado a destajo para financiar un gasto público que resulta imposible de solventar con recursos genuinos. Unido a ello, el desquicio que ha hecho en materia energética y tipo de cambio ha llevado a que el Central lleve dos años continuados perdiendo reservas.

Estas han disminuido de 52 mil millones de dólares que habían hace dos años, a poco menos de 35 mil millones actuales. En dos años, con cepo cambiario, se han perdido 17 mil millones; la razón principal es que hace rato no entran dólares, salvo los obligatorios de los exportadores.

La situación se agrava en razón de que la reforma de la Carta Orgánica del Central, y la mal llamada política de desendeudamiento, le permite al gobierno tomar las reservas para hacer pagos, entregando a cambio Títulos del Tesoro sin valor alguno, “papel picado” se los suele llamar. Un ejemplo elocuente: hace algunas semanas el Gobierno tomó 9.425 millones de dólares de las reservas, suma muy superior a los pagos que debía hacer, entregando al Banco una Letra del Tesoro nominada en esa moneda por igual suma (obviamente un “pagaré nunca”), que el Banco contabiliza como reservas genuinas.

Aunque los números resulten tediosos hay que apelar a ellos para entender la realidad y no la ficción del relato. Así en los 35 mil millones de reservas el Central contabiliza tanto esa como otras Letras, más los encajes en dólares de los bancos. Según los cálculos que hacen los especialistas, las reservas netas serían poco más de 18 mil millones de dólares. Desde el punto de vista patrimonial la situación del Central sería igualmente preocupante, ya que el 63% de su activo está constituido por Títulos y Letras del Tesoro, intransferibles y sin cotización.

Dos hechos más muestran la gravedad de los perjuicios causados por la reforma de la Carta Orgánica, uno fue el restablecimiento del régimen de “adelantos transitorios” (que se transforman en permanentes) al Tesoro, este año llegarán a 60 mil millones de pesos.

El otro es el artificio contable de las ganancias, que surge de valuar las reservas en pesos al tipo de cambio oficial, por lo tanto la devaluación hace rico al banco y al gobierno. Tales ganancias en el Balance 2012 son 32 mil millones de pesos, que se transfieren este año al Tesoro y el gobierno incorpora al presupuesto como si fueran ingreso fiscal. Todo ello conduce a un formidable “empapelamiento” del país, a la pérdida del valor de la moneda.

Más conocida y padecida es la situación de los fondos jubilatorios. Cuando se derogó el sistema denominado de jubilación privada (con apoyo de buena parte de la oposición), los fondos acumulados por las AFJP fueron transferidos a la Anses, constituyendo el Fondo de Garantía de Sustentabilidad. Esos fondos eran inversiones de diverso tipo, parte de ellas en acciones de empresas. Las rentas que producen esas inversiones también son transferidas al Tesoro como un ingreso corriente. Conclusión política sistemática de vaciamiento y empapelamiento.

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA