Por Zulema Usach
La última vez que Julieta Rodríguez (37) tuvo un momento de descanso junto a su esposo Eduardo y sus dos pequeños hijos (de seis y ocho años) fue en julio pasado, cuando las vacaciones de invierno le brindaron a la familia algunos días de sosiego. Sin embargo, el ajetreo al regresar de Las Leñas fue tan intenso, que la mendocina siente que la segunda mitad de año se le diluyó en un “abrir y cerrar” de ojos, entre tareas escolares, obligaciones laborales y las necesarias rutinas familiares.
Ahora, asegura, es su oportunidad de ir en busca del tan ansiado descanso, encontrarse con ella misma y sus seres queridos, pero sobre todo, detener la marcha, respirar profundo y recobrar las energías que parecen haberse esfumado en manos del agobiante estrés que le generó 2018. "Han sido meses complejos, porque además hemos tenido que cambiar la planificación familiar y trabajar más horas para poder paliar la actual crisis", dice la mujer, a la vez conforme con los logros profesionales que pudo alcanzar en el año que culmina.
Al igual que Julieta, miles de mendocinos esperan con ansias el relax y, de hecho, ya cuentan con una planificación específica para salir de la provincia o el país o bien, descansar en un soñado entorno de montaña, sin tener que recorrer muchos kilómetros. Ahora bien. ¿Es posible llevar a la práctica el deseo de romper con la carga que nos generó el transitar agitado de 2018?
El psicólogo José Muñoz aporta que si bien no existen recetas ni tips que nos indiquen cómo hacer el necesario quiebre con la rutina para disfrutar a pleno del merecido descanso, es fundamental tener en cuenta el respeto a los propios tiempos y necesidades internas para brindarse espacios de recreación y dispersión. "El sujeto no sólo es una instancia de producción pensante dedicado a generar riquezas o bienes, necesita de espacios para desarrollar su potencial como persona", destaca el profesional.
Así, las vacaciones desde esta óptica, se transforman en ese retiro obligado que permite dar un respiro dentro de las situaciones complejas de la vida cotidiana. Claro que, dentro de ese período vacacional, también pueden surgir problemas u obstáculos. El secreto para dar a cada situación la importancia adecuada (y no excederse en las situaciones de estrés aun estando de vacaciones) es encontrar herramientas para tramitar el estrés. "Cada persona lo hace de diferente manera, según su ritmo interno y conductas aprehendidas. La salud mental, en este sentido, es el proceso por el cual nos brindamos la posibilidad de estar mejor en la medida en que se pueda", detalla Muñoz.
Si la idea es pasar buena parte del verano con los pies en la arena y de cara a un paisaje de mar, por nombrar una de las opciones más requeridas por los mendocinos, lo ideal es permitirse planificar y vivenciar esa salida como un momento de disfrute, de plenitud y no como una vía para escapar de la rutina de manera obligada, recomienda el profesional.
"Mientras más cantidad de espacios me genere para sentirme libre, más salud mental lograré para mi bienestar", reflexiona el psicólogo y amplía que en el caso de las familias que eligen quedarse en la provincia, lo fundamental es planear momentos y espacios de reflexión o encuentro con uno/a mismo/a.
En este sentido, la clave es no caer en el aburrimiento porque de este modo surge la angustia. "Llegar a ese punto tampoco sería satisfactorio para la persona", explica Muñoz y plantea la importancia de buscar formas para que cada momento de disfrute pueda ser vivido con el menor costo emocional posible. "Las vacaciones por sí solas no te terminan salvando, todo depende del momento de la vida que se transite y cómo enfrentamos las situaciones de manera personal", detalla el profesional y resalta la necesidad de no "patologizar" aspectos de la vida cotidiana que son totalmente normales.
Desde el punto de vista de Verónica García, psicóloga infantil, el secreto para que las vacaciones se compartan en familia de la manera más armoniosa posible consiste en que los padres basen su descanso teniendo siempre en cuenta que es fundamental la planificación en todos los aspectos, sobre todo, si en la familia hay niños/as.
"Es importante, por ejemplo, tener en cuenta que los padres tengan el mismo tiempo de vacaciones que sus hijos. Si se quedan en la provincia, hay muchas opciones para que tanto los mayores como los más chicos disfruten sin tener que relegar las necesidades o intereses de ambos lados", aclara García.
"Lo ideal es permitirse planificar y vivenciar esa salida como un momento de disfrute, de plenitud y no como una vía para escapar de la rutina de manera obligada".
Así, una de las premisas para que el descanso no se transforme en una instancia de agobio que finalmente no colabora a hacer el esperado quiebre con la rutina del año, consiste en pensar en propuestas acordes a las posibilidades.
"Si los chicos van a estar en casa todo el verano es recomendable, por ejemplo, propiciarles de espacios disfrutables, que puedan aprovechar el hecho de que ahora no van a tener tantos horarios que cumplir. También hay muchos lugares dentro de la provincia que se pueden conocer. Se trata de pensar en propuestas sencillas y a la vez agradables", aclara la profesional especializada en infancia.
Si la idea es salir de la provincia e incluso ir en busca del relax en escenarios fuera de los límites del país, García recomienda a los padres contemplar las horas de espera que esto puede implicar y, por lo tanto, planear, por ejemplo, juegos que ayuden a hacer más llevadera la espera. "Es fundamental atender a la edad del niño o niña y estar al tanto de las horas de viaje. Una opción también es mostrar a los chicos cómo será el lugar donde van a estar para que se sientan más seguros", explica la psicóloga.
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