Vacaciones: ¿10 días de playa y 5 de Aduanas?

Si en temporada relativamente "baja" las demoras en las aduanas en el paso a Chile son de 4 a 7 horas, cabría preguntarse qué puede pasar en la temporada estival cuando se quintuplique o más la cantidad de gente que quiera realizar los trámites. Los funci

Vacaciones: ¿10 días de playa y 5 de Aduanas?

La ecuación es fácil de resolver porque se trata de una simple regla de tres, pero el resultado puede ser inquietante: si en temporada relativamente baja las demoras en la Aduana para realizar trámites están entre 4 y 7 horas, ¿qué puede pasar en la época estival cuando se quintuplique la cantidad de turistas que quieran ir a pasar sus vacaciones o las fiestas de Fin de Año a las playas chilenas? La preocupación se multiplica cuando tomamos conciencia de que la lentitud en la realización de los trámites no sólo se plantea en Chile, esencialmente como consecuencia de los controles que realizan los empleados del Servicio Agrícola Ganadero para evitar el ingreso de productos que puedan generar problemas sanitarios, sino que ahora se genera de este lado de la frontera por la tarea que desarrollan los trabajadores de la AFIP para evitar el paso de mercaderías, electrodomésticos, etc. que superen el máximo exigido en cuanto a dólares se refiere.

Las demoras en el paso a Chile, como consecuencia de los trámites aduaneros, han existido “desde siempre”, pero lo grave es que todos los funcionarios lo reconocen pero nadie ha podido solucionar los problemas. Décadas atrás, cuando no existía el complejo de Horcones y debían hacerse dos gestiones, una en un improvisado edificio en Punta de Vacas y el restante en Chile, en la ida a Chile y viceversa, resultaba hasta explicable que se produjeran las extensas colas de vehículos.

Con el correr del tiempo, se produjeron numerosas correcciones en la búsqueda de acelerar los trámites. La Argentina construyó el complejo de Horcones; Chile amplió con casillas improvisadas -de acuerdo con las necesidades- su infraestructura edilicia; se amplió la cantidad de horas de atención hasta lograr que el túnel estuviera abierto las 24 horas; se fijó por acuerdo que se debiera realizar un solo trámite, uno para la ida, en Los Libertadores y otro para el retorno, en Horcones, con atención tanto de argentinos como de chilenos, entre otros aspectos. Paralelamente, se multiplicaron las reuniones entre legisladores mendocinos y de la Quinta Región, las dos cancillerías se ocuparon de la situación y hasta fue tema de conversación en las reuniones entre presidentes de uno y otro país. Todo bien, todo muy bonito “pero el poncho no aparece”, al decir de algunos viejos del campo, porque cualquier incremento en la cantidad de gente haciendo trámites genera un colapso inmediato en el sistema.

Mientras tanto, la realidad marca que uno de los inconvenientes mayores se produce por la carencia de infraestructura adecuada en los lugares donde deben realizarse los trámites. El edificio de Los Libertadores es el mismo de hace décadas y las casillas que se improvisan tampoco dan abasto, con el agravante de que no hay más posibilidades de ampliación. Más serio aún: Chile decidió construir un nuevo edificio aduanero pero en un lugar aledaño al actual, es decir en la parte más alta de la cordillera, lo que significa un duro golpe para quienes sufren problemas de altura, como los menores de edad y los ancianos. En el caso de la Argentina, un informe del Banco Interamericano de Desarrollo es concluyente: por problemas de diseño o capacidad, el espacio en las áreas de control es insuficiente; hay obsolescencia y falta de mantenimiento; la infraestructura no es la adecuada, lo que genera que no se puedan introducir modificaciones; a lo que se suman otros problemas, como la carencia de equipamiento, de falta de tecnología y hasta de servicios sanitarios para gente que tendrá que esperar siete o diez horas para realizar los trámites.

Los funcionarios se han esmerado en explicar los motivos de la demora pero lo que la gente espera de ellos no son explicaciones; lo que exige son soluciones. Según se indica, hasta fin de año habrá nuevas reuniones entre representantes de los dos países para tratar la situación. Es de esperar que las mismas lleguen a buen puerto y se alcancen las soluciones adecuadas. De lo contrario, quien quiera vacacionar deberá pensar en 15 días, 10 en la playa y 5 realizando trámites aduaneros...

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