Mucho se ha hablado sobre Vaca Muerta, yacimiento de petróleo y gas no convencional. Hace apenas pocos años para algunos parecía una fantasía de dudosa existencia o de difícil concreción. Sin embargo, a pesar del lógico descreimiento de una sociedad tantas veces frustrada, los datos muestran una realidad sorprendente.
Una de ellas es que el gobierno nacional acaba de presentar el pliego de la licitación nacional e internacional para adjudicar la licencia de la futura Transportadora de Gas del Centro (TGC). Esta compañía, de la que podrán participar las actuales Transportadoras (TGN y TGS) deberá diseñar, construir y operar el futuro gasoducto troncal cuyo primer tramo unirá la cuenca neuquina con Salliqueló y el segundo con San Nicolás, ambas en la provincia de Buenos Aires, con una inversión total cercana a los 2 millones de dólares. Ese primer tramo conectará a otros gasoductos existentes para llegar al puerto de Bahía Blanca.
También se encuentra avanzado el proyecto del Tren Norpatagónico que unirá el Puerto precitado con la cuenca petrolera neuquina. Se trata del antiguo ramal del Ferrocarril General Roca. Donde hará renovación de vías, tramos de vías nuevas y otros de mejoramiento; el proyecto actual ha rediseñado uno original, muy costoso, que fue desechado por inviable. Este ferrocarril es indispensable para bajar los costos de transporte de los insumos para la explotación de hidrocarburos no convencionales, como arenas especiales y productos químicos que hoy se transportan en camión.
Para el comienzo de la ejecución, la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE), le acaba de ceder al Consorcio de Gestión que administra el Puerto de Bahía Blanca un inmueble de 87 mil metros cuadrados, a fin de construir la playa ferroviaria de donde partirán los trenes.
Esta vía férrea, construida en el apogeo del ferrocarril, servirá para traer al puerto las frutas del Alto Valle y la creciente producción agrícola del valle medio, como Choele Choel. Se trata de una inversión estimada en 780 millones de dólares y cuatro años de plazo de construcción.
Es exactamente lo mismo que hay que hacer con la reconstrucción del Ferrocarril General San Martín para que puedan competir las economías de Mendoza y San Juan.
El área de Vaca Muerta tiene una extensión de 35.000 km2, la mayor parte en la provincia de Neuquén, pero alcanza a Malargüe en Mendoza, Rio Negro y La Pampa. Constituye la segunda más grande reserva del gas del mundo y la cuarta en petróleo.
De esa enorme superficie hasta el momento sólo se está explotando el 5%, pero produce ya el 18% de la producción total de petróleo del país y el 41% del gas natural.
Después de la catastrófica política energética del gobierno anterior que obligó a gastar decenas de miles de millones en importar gas y petróleo, en los primeros cinco meses de este año se ha logrado un superávit en el balance comercial energético.
Según la información existente ya se habrían invertido en Vaca Muerta unos 20 mil millones de dólares y las inversiones requeridas son cuantiosas, especialmente para alcanzar en gas un costo de producción que permita competir internacionalmente con el bajo costo del gas no convencional de los EEUU.
Un paso importante fue la firma de un acuerdo con el sindicato de petroleros y las empresas para modificar el convenio de trabajo que permite reducir los costos laborales, sin afectar los salarios de los trabajadores.
El impacto de Vaca Muerta en Neuquén es impresionante. Añelo es el pueblo más cercano a los yacimientos en explotación, tuvo una ola inmigratoria notable, pasó de 2.500 habitantes en 2012 a los 8.000 actuales. Por día cruzan el pueblo entre 5.000 y 6.000 operarios que vienen desde la ciudad de Neuquén. La provincia cobra impuestos del 12% del valor en boca de pozo de la producción no convencional y 15 % de la convencional. Han sido unos 23 mil millones de pesos el año pasado, la ciudad de Neuquén registra el más alto nivel de crecimiento inmobiliario.
Todo esto ha ocurrido en el corto lapso de un periodo de gobierno, cuánto más se podría lograr entonces con explícitos acuerdos políticos de largo plazo.