En los últimos 10 años cayó 90% la producción de uva en fresco en Mendoza. Según los datos publicados por el Instituto Nacional de Vitivinicultura, de producir 24.094 quintales en 2005, la provincia en 2015 apenas llegó a 2.456 quintales.
Para Pablo Massa, productor empacador y exportador de uva en fresco "el mayor inconveniente que tiene el sector, con o sin contingencias climáticas es la fumigación que Brasil impone para poder venderle y esto nos está dejando fuera de mercado".
En esta misma línea se expresó Fabián Rugueri, otro productor de Mendoza, quien manifestó que "el problema es que Brasil nos obliga a bromurar por una plaga, aunque la provincia no tiene la peste por la que piden, que es la Brevipalpus chilensis, o también conocida como la falsa arañita de la vid, que ni siquiera es visible a simple vista, sino que es necesario un microscopio".
A este problema de fumigación, que se junta con la logística, los productores comentaron que fue un año complicado en cuanto a producción debido a las contingencias climáticas. Por lo que calificaron a 2016 como un año conflictivo.
A estos inconvenientes se suman la pérdida de mercado en manos de Chile. Massa sostuvo que "ellos venden desde diciembre hasta junio, la de primera calidad, y la ingresan en China, Corea y Estados Unidos a un precio que ronda los U$S 20 aunque ha llegado a U$S 30.
La segunda selección que tienen es la que mandan a América Latina. Hoy nuestra mejor producción compite con la segunda de Chile.
Deberíamos poder vender más caro, pero la realidad marca que como mucho nos pagan U$S 10 la caja". (Ver aparte)
Y agregó que "ningún mercado te quiere pagar más que lo que abonan a Chile y ellos tienen otros beneficios que les permiten ser más competitivos como por ejemplo que los reintegros a las exportaciones se los hacen como mucho al mes, mientras que acá podés estar hasta un año para cobrarlo".
Sergio Barlotta, ingeniero de la EEA INTA Junín y productor, remarcó que tanto Mendoza como San Juan (principal productora de uva en fresco del país) tuvieron mucho daño por helada, aunque rescató que las primeras estimaciones indican que se podría llegar a cosechar lo mismo que durante 2015, qué, según datos del INV, se llegó a los 2.456 quintales.
El profesional destacó que el mercado interno está andando muy bien y que en el caso de las exportaciones, "si se acomodan algunos factores puede ir muy bien también".
En contexto
En Mendoza la producción de uvas en 2015, último dato publicado por el INV, fue de 16.940.767 quintales. De esto sólo el 1,13 % se destinó al consumo en fresco, 0,30% a pasas de uva y el 98,45% a la elaboración de vinos y mostos.
En lo que se refiere a la uva de mesa de consumo en fresco, los datos oficiales para la provincia, marcan que sólo cuatro departamentos se dedicaron a esto. General Alvear que destinó 642 quintales, Las Heras con 539 quintales, San Martín con 1.258 quintales y finalmente San Rafael con 17 quintales. Juntas suman los 2.456 quintales que produjo Mendoza en 2015.
San Juan, por el contrario, destina 161.063 quintales para consumo en fresco convirtiéndola en el principal elaborador del país. En la vecina provincia en los últimos 10 años se redujo en un 66% la producción de uva en fresco, si se compara con los 471.205 quintales que tenían en 2005.
Incertidumbre comercial
Una gran incertidumbre hay en torno a lo que pueda pasar este año con respecto a la uva en fresco. Massa contó que “hay colegas cuyos clientes ya les avisaron que no van a recibir uva de Argentina. Mi cliente me dijo que iba a ver qué hacía, porque son muchos los inconvenientes que se les presentan con nosotros".
Y sintetizó las expectativas en que "hay una gran incertidumbre. La uva la tenemos, pero no hay precio y el mercado interno no da para todos, y eso provocó que los precios se cayeran".
En cuanto a nuevos mercados, Massa fue tajante al remarcar que "China para nosotros es inviable. No contamos con la infraestructura frigorífica y el riesgo es muy alto. Europa también se complicó por un problema logístico. Antes en 15 días llegábamos y ahora se tardan 35 días en llegar a España, por ejemplo y a otros países de Latinoamérica no podemos llagar porque no existen protocolos de comercialización establecidos y que deben ser realizados por el Estado Nacional".
Para Rugueri se está expectante a lo que pueda llegar a pasar. "La producción en Mendoza se estancó. No hay ampliaciones, los productores se dedican a mantenerse solamente. Y es un negocio bastante estable en cuanto a lo que se refiere a clientela".
Igualmente todos los consultados señalaron como importante, trabajar en mejorar la logística y las demoras que se producen con la fumigación, para poder volver a ser competitivos en el mercado, tanto interno como externo.
Más burocracia
Lo que sí enfadó, y mucho a los productores, es un nuevo trámite que deberán realizar los productores de uva en fresco que vendan su producción. Se trata del Documento de Tránsito Vegetal (DTV) para los productores de uva en fresco, con destino a mercado interno y externo.
Barlotta explicó que "es un formulario que se debe llenar por internet y en el que se debe declarar de dónde sale la uva, quién la transporta y quién la compra. Y es este último el que debe terminar el trámite una vez que recibe la carga".
Y evaluó que "es más control, que genera más papeles y que puede hacer que se siga cayendo el mercado. En parte es positivo porque blanquea el mercado, pero complica a más de uno. Hay productores que no usan ni un teléfono, imaginate el llenado de un formulario vía internet".
Rugueri también manifestó que esta burocracia puede complicar aún más la situación, sobre todo porque no todos los productores tienen acceso a la tecnología por lo que podría hasta generarles un costo extra conseguir una persona que realice este trámite on line.
Aunque también se sinceró y manifestó que "es muy difícil saber a ciencia cierta cuanto se produce, porque muchos optan por la venta en negro".
Mientras tanto, deberán esperar mejoras en un sector que no parece tener buenas perspectivas.
Complicaciones para fumigar hacen que se pierdan envíos a Brasil
Hace más de diez años que vienen cayendo las exportaciones de uva en fresco de Argentina a Brasil. El punto de quiebre lo marca un acuerdo entre ambos países para que el producto pudiera ingresar sólo si era fumigado con bromuro de metilo, lo que permitiría neutralizar la (supuesta) presencia de un ácaro en los cargamentos.
Como el proceso -si no se realiza bajo determinadas condiciones- deteriora mucho el producto, los brasileños prefieren la uva fumigada chilena (que pierde menos calidad) a la uva fumigada argentina.
Diego Salvarredi asegura que "el proceso de fumigación, en Argentina, es totalmente ineficiente comparado con el de Chile". Explica que "Chile cosecha, embala y guarda la fruta en el frío, porque no sabe a qué destino va a mandarla, y no todos los mercados tienen la exigencia del bromurado".
Si decide mandar a Brasil, "tiene infraestructura para fumigar en el mismo frigorífico; e inclusive se puede fumigar en el mismo galpón de empaque". Entonces, "sacan la uva de la cámara, la meten en túnel (en el mismo frigorífico), la suben a 5° (la fumigación tiene que hacerse por encima de esa temperatura), la fumigan y vuelven a bajarle la temperatura". Ese proceso "dura dos horas".
En cambio "nosotros cosechamos, embalamos, fumigamos y después llevamos la uva al frío". Ese proceso "puede tardar, a veces, entre 24 y 36 horas". Esto es grave, "porque la uva pierde calidad, justamente desde que se cosecha hasta que su temperatura se baja a 0°".