El expresidente peruano Alan García afirmó ayer, en una carta leída por su secretario, que tras el rechazo del asilo diplomático que solicitó a Uruguay se pondrá "a disposición de todas las investigaciones" que le sigue la Justicia de su país.
"Declaro que solicité el asilo previsto en la Constitución ante la inminencia de una orden de detención, pero cumplido ese paso estaré en mi domicilio a disposición de todas las investigaciones", apuntó García en la carta leída a periodistas por su secretario, Ricardo Pineda.
El mandatario rechazó, además, que exista alguna "prueba o depósito" que lo vincule a ningún hecho delictivo, y dijo que las informaciones propaladas en los últimos días sobre presuntos actos de corrupción con la constructora brasileña Odebrecht "son sólo rumores y especulaciones, que jamás tendrán comprobación por ser totalmente falsas".
Uruguay anunció ayer que denegó el asilo político pedido por Alan García por entender que en Perú la justicia funciona "libremente", y le ordenó abandonar la casa de su embajador en Lima.
"No hemos concedido el pedido de asilo; en el Perú funcionan autónomamente y libremente los tres poderes del Estado, especialmente el Poder Judicial, que está llevando a cabo las investigaciones de eventuales delitos económicos", afirmó el presidente uruguayo, Tabaré Vázquez.
"Por estas consideraciones estrictamente jurídicas y legales, no concedemos el asilo político", subrayó Vázquez en conferencia de prensa en Montevideo, acompañado por el canciller Rodolfo Nin Novoa.
El canciller explicó que el artículo 3 de la Convención de Caracas de 1954 –que García invocó en su solicitud– establece que "no es lícito" conceder asilo a personas que en el momento de pedirlo estén siendo procesadas o hayan sido inculpadas por delitos comunes.
Nin Novoa sostuvo que las investigaciones judiciales al ex jefe del Estado peruano "no constituyen persecución política".
La decisión del gobierno uruguayo satisfizo al presidente peruano, Martín Vizcarra, quien la comentó en su cuenta de Twitter: “En el Perú nadie tiene corona; nuestra democracia garantiza la independencia de poderes y el debido proceso”.
Debe salir ahora
"El ex presidente debe retirarse de inmediato por sus propios medios de la embajada; de la misma manera que llegó, debe salir", remarcó Vázquez.
Tanto el canciller peruano, Néstor Popolizio, como el propio Barros confirmaron que García ya no se encontraba en la casa del embajador, mientras la televisión local mostraba imágenes de una camioneta de vidrios polarizados que ingresaba y salía de la vivienda ubicada en el barrio limeño San Isidro.
García se había refugiado en esa residencia el 17 de noviembre pasado, horas después de que el juez Juan Carlos Sánchez Balbuena le prohibiera salir de Perú durante 18 meses mientras se investiga si cometió los delitos que se le imputan en relación con el escándalo de los sobornos pagados por la constructora brasileña Odebrecht.
Tras dejar la residencia de Barros, García pasó algunas horas en la casa de su hija mayor, Carla, y luego se recluyó en su propia vivienda del barrio Miraflores, según informó su secretario, Ricardo Pineda.
El 10 de junio pasado, el fiscal antilavado José Domingo Pérez comenzó a investigar al ex mandatario por tráfico de influencias, presuntos aportes ilegales de Odebrecht a su campaña electoral en 2006 y corrupción en la adjudicación de obras del Metro de Lima.