Urge mejorar caminos de El Carrizal

No es concebible que una región rica en producción agraria, con grandes perspectivas turísticas y de energías alternativas como El Carrizal tenga caminos en tan mal estado. Un problema que se verifica desde hace más de una década y media.

Urge mejorar caminos de El Carrizal

Ha pasado mucho tiempo y los caminos interiores de El Carrizal, principalmente las calles conocidas como “48” y “49”, pasando Ugarteche, en el sur de Luján de Cuyo, en jurisdicción de El Carrizal, siguen en tan mal estado como hace más de una década... o peor. Son vías de comunicación que unen la ruta 40 con la provincial 61; atraviesan tierras feraces con importantes extensiones de chacras y vides, donde residen muchas familias y se asientan importantes centros educativos. Además, donde se proyecta desarrollar actividades turísticas y de energías alternativas.

Cuando llueve, la transitabilidad por la zona es imposible, y ahora que han cesado las precipitaciones se hace posible merced a los trabajos de mantenimiento que realiza periódicamente la zona Norte de la Dirección Provincial de Vialidad. Miles de kilos de productos agrarios se demoran en llegar a sus destinos, cuando pueden hacerlo.

Esa región, por su ubicación territorial privilegiada, es una alternativa de desarrollo incalculable que no merece padecer este problema, especialmente por la gente esforzada que vive y trabaja por esas latitudes.

El antiguo diseño de las calles no es conveniente porque su dirección de máxima pendiente aumenta la fuerza de los escurrimientos que vienen del pedemonte y atraviesan la cinta asfáltica de la ruta 40, convirtiendo las arterias en verdaderos canales.

El suelo de la zona es muy erosionable (proceso que hace que un terreno modifique su superficie por la acción del viento), con lo que ante pequeños escurrimientos se erosiona significativamente. Por otra parte, y como ha explicado la Dirección de Hidráulica, la condición del terreno complica de manera importante el diseño y ejecución de trabajos de mitigación del riesgo. Prueba de ello, es la obra que debió hacerse de recrecimiento del aliviadero de la presa El Carrizal, por la acumulación de sedimentos.

Además, la zona ha sido modificada por el hombre al alterar y borrar cauces de correntadas, factor que los técnicos han probado comparando fotos aéreas de años atrás con imágenes satelitales actuales.

También ha conspirado, a juicio de los técnicos especializados en hidrología, la instalación de viviendas, proyectos agroindustriales y establecimientos educativos, sin el conocimiento de la Dirección de Hidráulica, situación que hace que no sea posible prevenir sobre potenciales ubicaciones no adecuadas y de alto riesgo aluvional. Esto urgentemente deberá corregirse y también revela cierta desconexión de oficinas estatales involucradas en la zona, que obviamente tuvieron que saber de esas radicaciones.

En el área perjudicada por malos caminos hay algunas expectativas. Ya hubo reuniones de vecinos con los funcionarios y se espera que pronto se puedan realizar medidas de mitigación y luego encarar las nuevas trazas de las históricas calles “48” y “49” y de algunas otras que están en su misma condición.

En definitiva, las acciones vecinales en marcha y las obras que están pendientes contribuirán a generar el ordenamiento territorial del área en armonía con el plan provincial, que no es otra cosa que la identificación de zonas de ocupación fuera de riesgos no solo aluvionales, sino también sísmicos o de deslizamiento de taludes, como ocurrió en la ruta nacional 7, ya que el concepto de territorio en ordenamiento no es solo la superficie natural sino la región intervenida y ocupada por la sociedad de manera sustentable y racional.

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