“Que hoy nos haya tocado a nosotros, los vecinos de la Isla del Río Diamante, es impagable. Por nosotros mismos no podríamos lograr avanzar en obras de infraestructura de esta magnitud”.
Este concepto lo vertió Jaquelina Rebolledo, concejala (MC) de San Rafael y una de las casi 9.000 personas que habitan ese conglomerado estigmatizado por su pobreza y precariedad, ubicado a 7 kilómetros al suroeste de la ciudad, entre los dos puentes de hierro que cruzan el río Diamante.
Es que el miércoles se anunció que la Nación y el municipio, con una inversión de 154 millones de pesos en tres años (que se haría efectiva a partir de agosto), dotarán de servicios esenciales a este lugar para “darle dignidad a quienes lo habitan para que disfruten de una urbanización integral”, que incluye asfalto en sus calles (con cordones, cunetas y banquinas), tendido de redes de cloacas, construcción de defensas aluvionales y reprogramación de la totalidad del tendido eléctrico.
“La verdad es que somos familias humildes que hemos vivido toda la vida en ese lugar ganado al río. Somos un barrio, un barrio inmensamente grande. La mayoría trabaja haciendo changas y no sería posible encarar una obra de estas dimensiones. Es increíble pensar cómo puede llegar a progresar una comunidad de la mano de dirigentes de mirada sensible”, agrega casi entre lágrimas y la voz entrecortada Jaquelina o ‘La Jaqui’, como todos la conocen y respetan.
Porque aún habiendo tenido más oportunidades que otros del lugar (llegó a ser elegida concejala por el PJ), no dejó el barrio y trabaja incansablemente por mejorar la calidad de vida de estos sanrafaelinos.
Por su lado, el intendente Emir Félix destacó “que más allá de las diferencias partidarias con la Nación, tenemos claro que los colores políticos no van a interferir en las políticas públicas que son las que cambian la vida de los vecinos”. Y agregó: “El Gobierno Nacional avanzó muy ágilmente junto a nuestros equipos de trabajo para que los fondos lleguen pronto a San Rafael”.
Luego de la firma del acuerdo, el viceministro de la cartera del Interior, Sebastián García de Luca, calificó a Félix como “un amigo de hace tiempo con el que venimos trabajando para que los sanrafaelinos tengan viviendas y buen desarrollo de sus barrios”.
Las obras
La letra chica del convenio hace alusión al sistema de abastecimiento de agua potable, conexiones domiciliarias y nuevas bombas para la planta potabilizadora. En cuanto a la red eléctrica, se conectará una nueva subestación transformadora que evitará colapsos. Se realizará además un ordenamiento de la red existente, que beneficiará al servicio de energía domiciliaria y al alumbrado público del barrio.
Gracias a los trabajos consensuados entre Nación y municipio, todas las viviendas se conectarán a la red de cloacas. Las obras incluyen desagües pluviales y sistemas aluvionales que evitarán inundaciones y nuevas acequias colectoras para regar el parque Mariano Moreno.
Accesibilidad
Se invertirá también en la mejora de la red vial abriendo nuevas calles y rectificando y ensanchando las ya existentes. Y se otorgará así, además de una mejor transitabilidad, más seguridad para automovilistas y peatones.
A esto hay que sumarle la construcción de veredas, puentes cruza calles, vehiculares y rampas para personas con discapacidad.
En materia de equipamiento urbano, se instalarán contenedores de residuos, carteles de calles, refugios para esperar colectivos, y se forestarán y parquizarán espacios verdes.
El director de Vivienda de la comuna sureña, Gustavo Perret, explicó que “a fines de abril nos reunimos con las autoridades nacionales de vivienda con un bosquejo del proyecto que tuvo buena aceptación. Todo se terminó definiendo unos días después”.
Este barrio tiene escuelas primaria y secundarias, centro de salud, un jardín maternal y un sector nuevo de viviendas que ahora será protegido con defensas aluvionales ya que la zona es parte del río.
Un lugar que creció tras la construcción de los diques
Este barrio nació hace más de 80 años como un asentamiento que al estar entre los dos brazos del río, su nombre surgió casi como una obviedad: Isla del Río Diamante.
Se encuentra a unos 7 kilómetros del centro sanrafaelino. Cuando se inició su desarrollo, hace décadas, se trataba de casas humildes, pero con el paso de los años la situación cambió y ahora se ven algunas viviendas incluso con antenas de televisión satelital. Es que cuando se construyeron los diques, la gente del lugar ya pudo tomar como más seguro ese sitio, porque el agua dejó de arrasar con todo al crecer y además se hicieron defensas.
Una calle principal, Amapola, hace las veces de columna vertebral de un interior laberíntico donde se cruzan y se entremezclan pasillos y callejones, de los cuales algunos desembocan en el río.
