Octavio Frigerio, Mario Frigerio y Victoria Costoya, entre otros funcionarios, estaban ayer esperando conocer los alcances del decreto presidencial de reducción de los cargos políticos del Estado para saber si tenían o no que renunciar a sus puestos, por ser padre, tío y esposa, respectivamente, del ministro de Interior, Rogelio Frigerio.
Como ellos, también estaban ayer nerviosos y expectantes más de 30 parientes de ministros que ocupan cargos en la administración pública nacional.
La onda expansiva llegó a otros rincones del territorio Pro: el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, confirmaron que seguirán el mismo camino de Macri.
La noticia estalló como una bomba: "En el afán de querer diferenciarse de los K hacen cada boludez (sic)", escribió en su cuenta de la red social Twitter Jacinta de la Torre, hija de Joaquín de la Torre, ministro de Gobierno de Vidal. Jacinta se desempeña como secretaria de Gobierno. "Voy a formar un sindicato de familiares de políticos", ironizó. Luego borró todo y desactivó la cuenta.
"Esto les va a doler a muchos", anticipó a Los Andes un vocero del Gobierno nacional, mientras anoche a la letra del decreto la negociaban herméticamente en la jefatura de Gabinete de Ministros Marcos Peña, Gustavo Lopetegui y Mario Quintana.
La trinca de confianza de Mauricio Macri analizaba cuidadosamente de qué manera afectaría el decreto al funcionamiento del Estado nacional. En las últimas horas, inclusive, trascendió que evaluaban reducir el radio de impacto sólo a hijos, padres, madres, hermanos y cónyuges de ministros, ya no también a yernos y nueras, abuelos, cuñados y nietos, como había indicado inicialmente el ministro de Modernización, Andrés Ibarra.
Entre el anuncio y la redacción del decreto, algo cambió: ayer Ibarra reveló que el alcance de las restricciones para los familiares era definido “en Casa Rosada”.
Al sacar a familiares de segundo grado de consanguinidad o afinidad como suegros, yerno o nuera y cuñados, la administración de Mauricio Macri mantendría en el Poder Ejecutivo a funcionarios que considera valiosos. Por ese motivo, ya se había dejado afuera a los primos.
Ese repliegue explicaría, según reconocieron en la Casa Rosada, la permanencia del cordobés Rodrigo de Loredo (yerno del ministro de Defensa, Oscar Aguad) en la presidencia de la empresa estatal argentina de telecomunicaciones Arsat.
Voceros del propio Gobierno daban por "renunciado" a De Loredo en la noche del lunes mientras en el entorno del funcionario lo negaban, al menos hasta conocer los alcances del decreto una vez publicado en el Boletín Oficial.
“Estamos viendo dos niveles de consanguinidad -esto es esposos, padres e hijos- y se está definiendo ahora específicamente hasta dónde llega el tema”, dijo el ministro Ibarra. Y señaló que los casos de nepotismo “no deben ser más de 40” en todo el Estado nacional.
Al finalizar una reunión de Gabinete, Peña habló con la prensa y pidió paciencia hasta conocer la “letra chica” en el decreto ya publicado. Allí ratificó que si hay empleados de carrera, en planta permanente, no tendrán que irse por más que sean familiares de un ministro.
Desde el anuncio del lunes fueron varios ya los parientes de funcionarios de la primera línea del Gobierno que se renunciaron a sus cargos. A las dos hermanas del ministro de Trabajo, Jorge Triaca (Mariana y Lorena) se sumó Francisco Langieri Bullrich, hijo de la ministra de Seguridad, quien trabajaba como asesor de la Secretaría País Digital, dependiente del Ministerio de Modernización.
Aunque su padre (director de YPF), su tío (subsecretario en Defensa) y su esposa (directora en Desarrollo Social) aún esperan, Rogelio Frigerio sí avanzó con la reducción de un 40% los cargos políticos en su cartera.
Dentro del recorte general, eliminó 8 de sus 20 puestos (secretarías y subsecretarías), explicaron en Casa Rosada. Frigerio reducirá también en un 20% los cargos operativos, eliminando en total 34 direcciones nacionales/generales, direcciones simples, coordinaciones y extra escalafonarios. Eso generará en total un ahorro salarial del 21%, dijeron.
El gabinete seguirá con la misma estructura
El lunes, Macri precisó que con este decreto la reducción del Estado alcanzará un 25% de los cargos políticos en el Poder Ejecutivo Nacional, lo que supone 1.000 cargos menos y un ahorro presupuestario de 1.500 millones de pesos por año.
Sin embargo, en diciembre de 2015, al asumir la presidencia, el líder del Pro aumentó de 16 a 20 la cantidad de ministerios, es decir un 25 por ciento más que el Gabinete que le había dejado la peronista Cristina Fernández de Kirchner.
En el Gobierno dijeron que el Presidente se propuso un organigrama más específico, lo que no significa una mayor cantidad de funcionarios.
De todas maneras, admitieron que después de 12 años de gobierno peronista necesitaban poblar la administración pública con personas de confianza y adhesión a Cambiemos y que eso implicó un crecimiento del funcionariado, que ahora pretenden reducir.
La estructura del Gabinete nacional, sin embargo, permanecerá tal cual se encuentra en la actualidad, con 20 ministerios, la jefatura de Gabinete, la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) y tres secretarias con rango ministerial.
“Por lo que venimos conversando, la idea no es bajar ministerios, sino realizar los cambios sólo puertas adentro”, dijo un vocero de la Casa Rosada a este diario.
Ante las polémicas que acumuló la gestión Cambiemos sobre el final de 2017 y arranque de 2018, la reestructuración ministerial que estaba en carpeta quedó para el año 2019 o ya para un eventual segundo mandato.