Entre los diálogos somníferos y los atentados a la gramática de Gran Hermano comienzan a asomar historias pintorescas. Como por ejemplo la de Solano Cano, un chico que se operó 15 veces para parecerse a Jorge Ibáñez, su ídolo.
En su carrera por ser como el fallecido diseñador, Cano hizo una rigurosa dieta, pero además dejó que le cortaran parte de su mandíbula, le tallaran la nariz, le pusieran relleno en las mejillas y le pincharan los labios.
Desayuno Americano mostró el antes y el después ¿Qué te parece?