Tres sanrafelinos vivieron la historia más difícil de sus vidas. Los estafaron con promesas de excelentes ingresos monetarios si trabajaban como hacheros. Pero eso fue lo de menos: además de las pésimas condiciones laborales, el empleador los dejó "a la buena de Dios" cuando pretendieron que los llevaran de regreso a sus hogares y debieron salir caminando del campo.
Por eso, pasaron un día y medio deambulando por los campos al sur de General Alvear bajo un sol ardiente, con altas temperaturas y fuertes tormentas en la noche. No tenían agua ni comida y la sed era tal que tomaron agua salada de un estanque (del que beben vacas) y de los charcos que dejó la lluvia. No sabían dónde estaban y terminaron del otro lado de la frontera. Al fin, los encontró la policía de La Pampa, deshidratados y con dolencias físicas.
"Fue tan angustiante lo que pasé que no me quiero ni acordar. En ese momento pensaba en mi esposa y mis hijos, era lo único que me impulsaba porque no daba más. Yo era el que peor estaba y era un estorbo para mi cuñado y mi sobrino, pero no me dejaron nunca, somos familia. No hay con qué pagar eso", dijo Luis Melsi (32), uno de los hacheros que sobrevivió a la odisea y el único que quiso hablar.
Luis es avezado en albañilería, electricidad, pintura y plomería, entre otros trabajos que hace, y con esos conocimientos trata de sacar adelante la familia. Tiene esposa y tres hijos de 4, 9 y 11 años, con quienes vive en el barrio El Molino en San Rafael.
La semana pasada le hicieron un ofrecimiento: instalarse en un campo en las inmediaciones de Cochicó, por la ruta 143 al sur de Alvear, para cortar leña. "Era una muy buena propuesta, íbamos a ganar el doble de lo que se gana en un día porque íbamos a cargar un camión por día con toda la leña del campo", relató. Así fue que embarcó a Fernando Torres (23), el cuñado, y Javier Heredia (20), el sobrino.
Cuando se instalaron en el campo vieron que el panorama era muy distinto al que les habían pintado. "No había tanta leña", contó.
Tras cuatro días de dormir en el piso y sin ver progresos decidieron regresar a casa. Y ahí empezaron los problemas.
"Cuando le dijimos al que nos contrató que queríamos volver, parece que no le gustó. Dijo que el camión no andaba y el tractor tampoco. Entonces nos dio indicaciones y dijo que en cuatro horas estaríamos fuera del campo. Era todo mentira", relató el hombre.
Así fue que los tres iniciaron el viaje alrededor de las 14 con sólo una botella de dos litros de agua potable y el mate, pensando que a las 18 estarían buscando transporte. "En parte las indicaciones eran ciertas, pero nos mandó por el camino más largo", contó Luis.
Primero se quedaron sin agua y en la desesperación bebieron agua salada de una represa que usan los animales. Al caer la noche se desató una tormenta impresionante y sólo tenían un nailon para cubrirse. Al día siguiente, emprendieron la marcha, pero la sed era tan desesperante que se tiraban en los charcos que había dejado la lluvia para llevar a sus bocas unas gotas de agua dulce.
Tras un día de travesía, se dieron cuenta de que había señal de celular y ahí pidieron ayuda. Luego de 36 horas desde que iniciaron el viaje los encontró la policía en territorio pampeano y llegaron ambulancias. "Nos dieron agua con hielo. No lo podíamos creer", confesó Luis, emocionado.
Una vez que dieron con los hacheros, por una cuestión de cercanía y urgencia los trasladaron hasta el hospital de Santa Isabel, en la vecina provincia, donde permanecieron en observación hasta que finalmente volvieron a casa.
"Nos atendieron muy bien todos, la policía, en el hospital, todo el mundo. No hay más que agradecimiento", dijo Melsi y al pensar en lo ocurrido se lamentó y se preguntó: "Por qué mentirnos así? Parecía que no quería que saliéramos del campo, lo que queríamos era trabajar".
Tanto Luis Melsi como Fernando Torres y Javier Heredia no se quedan con los brazos cruzados y están en la búsqueda de trabajo.
El caso quedó en manos del personal de Trata de Personas de la policía pampeana, pero al ser un delito federal, la fiscal Alejandra Moyano de Victorica lo derivó a ese ámbito.