Universidades privadas mendocinas duplicaron su matrícula en 10 años

El éxodo a la educación paga se acentuó entre 2002 y 2013. La posibilidad de trabajar y los horarios flexibles son razones de peso para elegir esta opción.

Universidades privadas mendocinas duplicaron su matrícula en 10 años

Los cambios en la dinámica económica, social y laboral del país ocurridos en los últimos años plantearon un escenario distinto en el ámbito de la enseñanza superior. Ya lejos de aquella estructura rígida amoldada a carreras más tradicionales, las universidades necesitaron actualizar su oferta para responder a las demandas de los estudiantes, que comenzaron a requerir carreras cortas y  horarios de cursado más flexibles para poder trabajar.

Así, tanto en Mendoza como en el resto del país las instituciones de enseñanza privada ganaron más alumnos en comparación con las estatales. De acuerdo a los datos del Departamento de Información Universitaria (área perteneciente a la la Secretaría de Políticas Universitarias de la Nación), la cantidad de personas que continuaron (o bien retomaron) sus estudios creció 25% entre 2002 y 2013, cuando el total de alumnos universitarios en Argentina llegó a 1.830.743.

Dentro de ese número, las universidades privadas mostraron un  94% de incremento en su matrícula, mientras que las estatales registraron una variación de solo 14%. En la provincia, la tendencia hacia el aumento en la cantidad de estudiantes que asisten a una universidad paga fue aún más notoria y superó el 100% en el mismo período analizado.

José Luis Martiarena es psicopedagogo y experto en educación. Entre sus investigaciones, puso el foco en los datos mencionados para plantear los desafíos que debe resolver la enseñanza superior. Uno de los interrogantes que postula tiene que ver con el traspaso de los alumnos de las universidades nacionales (UNCuyo y UTN) a las de gestión privada.

Desde su punto de vista, los datos muestran que hacia segundo y tercer año es cuando los jóvenes deciden pagar para estudiar. “Las causas de este fenómeno pueden ser varias. Por un lado, los chicos pueden ver que no avanzan en su carrera porque se quedan trabados con algunas materias. Los horarios  de cursado muchas veces juegan un papel determinante en la continuidad de los estudios”, destacó el especialista y agregó que otro motivo para dejar la universidad estatal consiste en la necesidad de lograr un título en menos tiempo (ya no en cinco o seis años) para conseguir un empleo estable lo antes posible.

La existencia de carreras específicas, como Kinesiología o Fonoaudiología (entre otras), se suma a las causas que explican  que las privadas hayan ganado terreno. El factor de cercanía con el lugar de residencia es otro motivo de peso al momento de elegir.

“Las privadas, al instalar sedes en los departamentos del interior, han ganado alumnos de la zona. A esto los padres y sus hijos suelen verlo positivo porque no tienen que trasladarse a la ciudad o pagar un alquiler. A cambio, abonan la cuota”, agrega Martiarena, y aclara que el factor de la inseguridad suele ser un motivo valedero para quedarse en el propio departamento. Además, los nuevos títulos, indica el experto, captan cada vez más adeptos.

Entre las estadísticas de la Secretaría de Políticas Universitarias, en Mendoza el mayor porcentaje de crecimiento en la matrícula entre 2002 y 2013 está dado por tres universidades: la del Aconcagua (119%), la de Congreso (112%) y la de Mendoza (62%).

Si bien las tres instituciones fueron consultadas por Los Andes, sólo la última aportó datos actualizados acerca del crecimiento en su matrícula. Según dieron a conocer desde el rectorado de la UM, en las sedes de  Mendoza, Río Cuarto, San Rafael y Cipolletti el incremento de la matrícula entre 2015 y 2016 ronda el 13%.

Trabajar para estudiar
Los propios estudiantes y graduados también dan cuenta del nuevo perfil universitario. Mariana (29) confiesa que para seguir su vocación como contadora necesitó cambiarse a la universidad privada. Ni bien egresó del secundario, la joven se inscribió en la Facultad de Ciencias Económicas de la UNCuyo.

“Tenía materias que me trababan mucho y se me volvía muy pesado. Yo quería recibirme pero tenía la sensación de que avanzaba muy lentamente porque al mismo tiempo trabajaba”, recuerda, y agrega que cuando le quedaban seis materias se inscribió en la Universidad del Aconcagua. “De este modo logré recibirme en un año porque podía cursar de noche”, destaca.

En el caso de Laura (36), el aspecto económico también fue un factor preponderante. Para estudiar Administración de Empresas y así contar con un título acorde a su trabajo intentó avanzar en sus estudios, primero en la Aconcagua y luego en la UTN. Pero como no le daban los tiempos en ninguna de las dos instituciones, se inclinó por la educación a distancia que ofrece la Universidad Siglo XXI, con sede en Córdoba. “Esta es la única manera de avanzar con horarios acordes a mi trabajo”, aclaró Laura, que cursa el primer año y se desempeña en una empresa.

Adriana Hunau, coordinadora del Departamento de Apoyo al Estudiante y Orientación Vocacional de la UNCuyo, suma un punto de vista diferente. En base a la experiencia lograda con los jóvenes que asisten a los talleres que ofrece su área, considera que el factor económico es una variable que los futuros ingresantes destacan al momento de la elección vocacional. El sistema de becas con el que cuenta la universidad también es muy requerido.

“Esto es determinante, sobre todo en el contexto actual”, aporta Hunau, y agrega que asimismo, el chico que elige la privada por lo general necesita trabajar.

Pero el respaldo y la trayectoria de las estatales, desde el punto de vista de Hunau, sigue siendo un factor preponderante en la elección de los ingresantes. “Muchas veces eligen la facultad estatal porque sus padres estudiaron allí”, dice.

Las estatales también sumaron

En los últimos años, las universidades estatales de la provincia (UNCuyo y UTN) sumaron alumnos a sus carreras, aunque de manera más moderada.

En la UNCuyo, por ejemplo, la matrícula de estudiantes que asisten a las 11 facultades y a los Institutos Tecnológicos Universitarios (ITU) sumó un total de 32.425 en 2014, mientras que el año pasado esa cifra se elevó a 32.634 alumnos que reciben formación en las diferentes áreas: Humanidades y Artes, Ciencias Sociales, Salud, Ciencias Básicas y tecnicaturas. Vale decir que estos datos fueron aportados por la Dirección de Estadísticas de Nivel Universitario y Pregrado de la casa de altos estudios.

La UTN Facultad Regional Mendoza, por su parte, pasó de tener 3.647 alumnos activos en 2013 a 3.988 en lo que va de 2016. Esta cantidad -aclararon desde la universidad- es factible de incrementarse luego del cierre del actual semestre.  Hay que agregar que las estadísticas mencionadas abarcan las cinco carreras de Ingeniería que ofrece la institución: en Sistemas de Información, Electromecánica, Electrónica, Química y Civil. En 2014 y 2015, la matrícula de alumnos regulares que rindieron al menos una materia fue de 3.893 y 4.204 respectivamente.

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