Y Villa Nueva se vistió de fiesta. Los miembros del grupo de la red social Facebook "No sos de Villa Nueva si…" decidieron juntarse y celebrar a lo grande en la explanada de la Municipalidad de Guaymallén.
Allí, viejos conocidos, nuevos, jóvenes y adultos se reencontraron para rememorar las vivencias que los identifican, o alguna vez lo hicieron, en una de las barriadas más grandes del Gran Mendoza.
Desde las 11 de la mañana y hasta bien entrada la tarde, los puestos de comida no dieron abasto con el pedido de los comensales. La música, gracias a los 15 artistas que se presentaron (todos del mismo distrito guaymallino) sonó en un escenario montado para la ocasión y los artesanos aprovecharon la oportunidad para mostrar sus productos y, de paso, saludar a los conocidos de siempre.
La efervescencia por participar de este encuentro fue tal que quienes no pudieron venir por estar a distancias considerables apelaron a la red social para seguir el evento “en vivo” a través de sus dispositivos móviles y gracias a la gentileza de los administradores que hicieron las veces de camarógrafos.
En definitiva, fue una fiesta la del "principado" como dicen con humor los integrantes del grupo en la que todos, de alguna manera u otra, estuvieron presentes prometiendo, a su vez, que habrá otra juntada más grande y más convocante.
Reencuentros
Antonio Rinaldi, uno de los administradores del grupo virtual y organizador del evento junto a, al menos, 10 personas recordó los inicios del grupo, lo que fuera la semilla fundacional de la celebración que ayer se vivió en Guaymallén.
A mediados de mayo, nació este grupo por iniciativa de Antonio y Osvaldo Carrizo acompañados a la distancia por Marcelo Caldarone y Miguel Manuele, quienes viven en Italia pero que aún se sienten vecinos de Villa Nueva.
A los tres días la página ya tenía 7 mil seguidores y a las dos semanas de creada la agrupación ya contaba con 10 mil seguidores, quienes participaban activamente a través de una anécdota o una foto de antaño.
“La consigna siempre fue que no se hable de política, nada de grieta, solo amigos charlando y recordando”, dijo Antonio amablemente descendiendo desde la tarima desde la cual dirigió todo el festival, como el capitán de un barco.
"Hoy somos 14 mil y si tenemos en cuenta que en Villa Nueva viven 25 mil personas, podemos decir que más de la mitad de los habitantes está en el grupo y esperamos que muchos de ellos hoy esté acá", agregó el organizador quien coordinó todo, codo a codo, con Marcela Moreno, Silvina Gosso, Marcelo Castilo, Osvaldo Citrino, Pablo Alvarado y Sergio Cavagnaro.
El hombre aclaró que muchos no pudieron viajar por vivir en países lejanos, pero que de todas maneras quisieron se hizo una transmisión en vivo a través de Facebook para que todos pudieran seguir el “minuto a minuto”.
“Nos están viendo unas 700 personas de todo el mundo, desde Rumania, Francia, Inglaterra, México, España, Canadá, Australia u Holanda por citar algunos.
Pero también ha viajado gente especialmente para la fiesta. Sabemos que han venido desde Pinamar, Mar del Plata o Alvear para participar", dijo Antonio.
Para terminar el guaymallino quiso expresar metafóricamente lo que este reencuentro significó para la mayoría de los asistentes. “El trasfondo de todo esto es la amistad, la convivencia y la solidaridad. Esta es una fiesta de todos”, describió volviendo a su tarea de organizador.
El Merchandising
Un encuentro de estas características que se precie de tal debe contar con un buen merchandising, como sucede en los casamientos con los sombreros y el papel picado. Así, en un puesto especialmente habilitado para este fin, se podían adquirir delantales por 110 pesos, gorras por 100, individuales a $45, pañuelos ($55), remeras ($150), remeras libertad ($170), rompevientos ($190) y vinchas, las más llevadas, a 20 pesos.
Elina y Betty, quienes no viven a más de cinco cuadras de la esquina de Libertad y Silvano Rodríguez, comentaron que desde que empezó a gestarse la fiesta, supieron que iban a dar el presente.
“Te encontrás con gente de toda la vida, y también te das cuenta de lo viejos que estamos”, dijo Elina agregando que la idea de juntarse le pareció buenisima.
“Es increíble cómo la gente se prendió, las familias han venido a pasear. Es muy lindo todo”, añadió mientras en el escenario se bailaba zumba.
Los puestos de comida ofrecieron todo tipo de alimentos, desde las clásicas hamburguesas o choripanes, hasta los más elaborados, como paella o chivito a la cruz. También se pudieron degustar lasagnas o pizzas acompañados de una buena cerveza artesanal de medio litro.
Además, no faltó quien se fuera con el equipito de mate o, en los pocos espacios verdes de la muni, tiraran la manta para comer los siempre bienvenidos sanguchitos de miga regados con un buen vino o una gaseosa cola.
“Somos vecinos de toda la vida. Llevamos casados 36 años y siempre vivimos en Villa Nueva”, contaron Nancy Torres y Jorge Flores apostados sobre calle Rodríguez, que hizo las veces de patio de comidas. “Me gusta la idea de que se genere una comunidad. Lo bueno es que hay muchas cosas para hacer, para todos, es fantástico que todo haya surgido de un grupo de Facebook”, comentó la pareja, pensando en almorzar una buena docena de empanadas.
