Única - Por Jorge Sosa

Si tenemos en cuenta las decenas de miles de personas que atrae la Vendimia, y sus otras fiestas, tenemos que sentirnos orgullosos.

Única - Por Jorge Sosa
Única - Por Jorge Sosa

Estamos metidos hasta la nuez de Adán en las celebraciones vendimiales. Desde diciembre venimos plagados de festivales, fiestas, cogollos, aros, elecciones, y un voto para todas las reinas.

Las fiestas de la Vendimia se suceden en los departamentos. Muchas veces hemos visto fiestas, aun las centrales, tan plomazas que no hemos tenido más remedio que criticarlas. Pero quiero hoy hacer una alabanza al género vendimial, porque es una suma de disciplinas artísticas como no la tiene ninguna fiesta en nuestro país ni, según me dicen, en gran parte del mundo.

Para hacer una Vendimia hace falta que se junten los escritores (libro, guion), los bailarines, los músicos, las artes visuales (paneles, escenografías, murales), la gente de teatro y, últimamente, el material fílmico o de proyección. Se juntan y se ponen de acuerdo,  perfeccionan la idea original, y trabajan en conjunto.

A ellos hay que sumar todo el sostén de tecnología que aportan sonidistas e iluminadores. En definitiva, las Fiestas de la Vendimia son un compendio de todas las artes en pos de lograr un espectáculo que conforme el sentimiento popular. Es magnífico. El resultado puede ser bueno o malo, pero el sistema es magnífico. Gualeguaychú, que hace muy buen marketing de un desfile, tiene una escuela terciaria dedicada al carnaval. Con todo lo que mueve las celebraciones vendimiales tal vez sería hora de que nosotros pensemos en algo similar para perfeccionar la propuesta.

Veamos la gente que mueve. Ahora están cobrando llamativo interés las fiestas distritales. Antes todo se arreglaba con un escenario hecho con cajones, algún dúo folclórico que animara la reunión y vamos con la elección de la reina.

Ahora las fiestas de los distritos tienen su guion, su locución especial, sus bailarines, sus artistas y un despliegue de músicos que bien valen la función. Las fiestas departamentales crecen de una manera muy vistosa, muy agradable y comienzan a competir, seriamente, con la central que se hace en el Frank Romero Day.

Si tenemos en cuenta que cada departamento tiene en promedio 10 distritos, estamos hablando de 180 fiestas de las menores, más 18 de las departamentales, más las fiestas adosadas al vino como la Fiesta de la Cosecha -que cada vez muestra más y es más concurrida- la Festa in Piazza, la Pisada de la Uva, y otras ad hoc, hacen una concurrencia de decenas de miles de personas. A las que hay que sumar las grandes celebraciones: la Vía Blanca, el Carrusel y la Fiesta Central, donde los espectadores se transforman en varias centenas de miles. Asombroso.

No por nada es considerada la segunda fiesta de la cosecha en el mundo, (la primera es la Fiesta de Acción de Gracias en los Estados Unidos).

La cantidad de turistas no deja de crecer y vienen de todo el país a compartir la fiesta de los mendocinos.

Esperemos que esta edición deje conformes a todos y los que vinieron se vayan con ganas de repetir la experiencia. Debemos valorar los mendocinos lo que tenemos y hacer una fiesta cada vez mejor. Sueño con carros vistosos, elegantes, impactantes, como los del Carnaval de Gualeguaychú, o los de la Fiesta de la Flor en Escobar. Sueño con que haya más vino por las calles y que los productores tengan su día especial para presenciar una celebración que existe por culpa de ellos.

Tenemos que mejorar lo que hemos hecho y seguramente lo lograremos porque una fiesta de estas características merece lo mejor de su pueblo y todavía nos falta darle algo más.

¡Feliz Vendimia para todos y que gane la más mejor!

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