Se puede decir que unos 130 niños de El Borbollón (Las Heras) dejaron en diciembre de recibir los alimentos del Programa Comer Juntos en Familia.
Pero se puede tomar la ruta 23, que nace en la 40 y conduce al jardín maternal Manaslú, y ver los residuos desparramados en el entorno; las casas armadas con unos pocos ladrillos y mucho de cartón, nylon, madera, telas y hasta tachos de 200 litros abiertos a modo de chapa; personas sentadas a la mesa en el patio, porque no hay espacio adentro. Y sólo así se entiende hasta qué punto esas raciones son importantes.
La directora del jardín en donde se entregaba ese complemento alimentario, Verónica Herrera, difundió un pedido en Facebook y por cadenas de Whatsapp para solicitar la donación de alimentos frescos y secos para poder responder a las familias incluidas, que suelen tener entre 3 y 5 hijos. Ella se comprometió a volver a entregar raciones hoy y ya tiene asegurados esos elementos, pero para mañana todavía no ha conseguido los productos necesarios.
Rosa Tello, una de las mamás voluntarias del Manaslú, comentó que cuando las personas se acercan a preguntar por el bolsón y les dicen que no hay, se enojan y les lanzan un “¿Qué hacemos?”. Romina Rubio, una de las beneficiarias, contó que está sola y tiene 4 hijos, y no puede trabajar porque uno entra a la escuela a las 9.15 y salen a las 12.30. Así, se ha sostenido con la Asignación Universal por Hijo, pero los platos no varían demasiado entre fideos y arroz.
El jardín, ubicado en el barrio Santo Tomás de Aquino, atiende a personas de varias barridas. El 95% de la población se dedica a la clasificación de basura y venta de los elementos reciclables. Herrera añade que algunos tienen un empleo temporario durante la cosecha y varios se habían organizado para trabajar en la construcción, pero ahora las obras están detenidas.
Además del jardín, allí funciona un centro de apoyo educativo (CAE), uno de capacitación para el trabajo, se brindan otros servicios -consultoría, ludoteca, talleres, feria de ropa- y se están creando una orquesta infantil y un coro de adultos.
A través de un programa de la Provincia, reciben desayuno y almuerzo para los niños que asisten al jardín maternal, las familias que retiran diariamente alimentos para los niños hasta 4 años y los chicos que van al CAE. Sin embargo, en diciembre se dejó de recibir el Comer Juntos y en febrero el nacional Abordaje Comunitario.
Sin embargo, no se trata de la única institución con este problema. La misma Asociación Cuyum Epain, que gestiona el jardín Manaslú, está a cargo también de otros tres: Tío Ignacio (barrio Álvarez Condarco de El Resguardo, Las Heras), Feliz Belén (barrio 25 de Mayo de Rodeo del Medio, Maipú) y Compartiendo Sueños (también en el 25 de Mayo).
En Manaslú son 68 las familias que no están recibiendo el refuerzo alimentario desde diciembre, en el Tío Ignacio 42 y en el Feliz Belén, 32 familias, la mayoría con varios niños. Y si bien aseguran que el programa no se ha caído, sino suspendido temporariamente, ya lleva 4 meses sin entregar alimentos.
Recién en mayo
María Selva Trevisan, titular de la Dirección de Derecho a la Alimentación -del Ministerio de Salud provincial-, explicó que el programa se ha visto afectado por la deuda a los proveedores que viene de la gestión anterior. Así, detalló que se decidió que todas las familias pasen al sistema de tarjeta, pero mientras volverán a entregar los bolsones en mayo, junio y julio.
El Programa Comer Juntos en Familia se implementó en 2008 para que los niños pasaran de alimentarse en los comedores a sus casas, con su grupo familiar. Funciona con dos modalidades: los beneficiarios reciben cada 15 días los alimentos frescos y una vez al mes los secos; o tienen una tarjeta con crédito para comprar sólo productos en supermercados y negocios del barrio.
Sin embargo, a fines del año pasado, con las deudas a los proveedores, el servicio empezó a sufrir demoras y a partir de diciembre se suspendió la entrega de los bolsones. Trevisan señaló que son 2.200 las familias mendocinas beneficiarias del programa, 1.400 de las cuales tienen tarjeta y unas 700 dependen de recibir los alimentos, por lo que son las más afectadas.
La decisión del Estado provincial fue que todas se incluyeran en el sistema con tarjeta, y hasta que se resuelva este trámite retomarán los bolsones el mes próximo. Es que si bien la entrega del bolsón permite que las familias decidan qué comidas preparar con esos ingredientes, el crédito da aún más libertad para elegir los productos. De todos modos, en las organizaciones que son intermediarias se suele asesorar a las mamás sobre las compras más convenientes.
Tampoco desde la Nación
Hay instituciones que también han perdido el programa nacional Abordaje Comunitario, que ofrecía raciones a organizaciones sociales. En el caso del jardín Manaslú, recibían 144 desayunos y almuerzos diarios, que se cortaron en febrero (aunque en otros jardines de la institución en diciembre).
La directora de Derecho a la Alimentación, María Selva Trevisan, indicó que, como llegaba a las organizaciones sin pasar por la provincia, no han tenido intervención. Pero a fin de mes tiene planeado viajar a Buenos Aires para preguntar sobre la continuidad de este programa y solicitar que las reparticiones locales sean las que, en función del conocimiento del territorio, puedan distribuir las raciones.
Donaciones
Para volver a entregar el complemento alimentario a las más de 100 familias de los tres jardines maternales de la Asociación Cuyum Epain, se ha pedido colaboraciones en forma urgente hasta que se reactive el programa provincial.
Los alimentos que se necesitan son leche, azúcar, arroz, fideos, salsa de tomate, verduras y frutas, carne y pollo. Por supuesto, son bienvenidas otras donaciones, como ropa y calzado. Quienes puedan colaborar deben comunicarse al 261- 6181967 con Verónica Herrera.