Jorge Sosa - Especial para Los Andes
Porque tenemos manos tenemos dedos; porque tenemos dedos tenemos uñas. Un dedo sin uña es una salchicha. Las uñas son células muertas por eso algunas tienen mal olor, proveniente, fundamentalmente, de los huesos de una sustancia que se llama queratina. Mire usted las cosas que uno tiene adentro y no se da cuenta. Las uñas son duras y crecen a velocidades próximas a la fórmula uno, unos cuatro milímetros por mes, aunque tienen sus diferencias porque las uñas de las manos crecen cuatro veces más rápido que las de los pies.
Las uñas son atisbos primitivos de cuando el hombre andaba siendo inquilino de las cavernas y entonces eran usadas como garras, para herir, para lastimar, para destrozar. Generalmente tenemos veinte uñas, diez ubicadas en las manos y diez en los pies, que son las más descuidadas.
Es que los pies quedan muy lejos de nosotros mismos y con la panza que tiene el propietario de las uñas, no puede resistir agachado el tiempo que tarda en cortarlas. Debe ser una de las acciones más difíciles que el tipo puede hacer con su propia persona, más allá de rascarse la nuca con el talón.
Una muestra de la desprolijidad del tipo, por no decirle mugriento, es que tenga las uñas sucias. Las uñas sucias indican que el tipo cuida su persona de manera superficial: un poco los sobacos, un poco las partes íntimas, un poco el pelo, algo de perfume para remplazar el jabón y las uñas, de vez en cuando, cuando su familia reunida para su cumpleaños tiene la generosidad de regalarle un alicate.
Las uñas suelen traer problemas cuando se transforman en cutículas, un inconveniente que todavía no ha sido seriamente tratado por la medicina, porque yo jamás he visto en un hospital una sala de atención de cutículas. Las uñas sirven para pocas actividades pero algunas muy útiles: para reventarse esa espinilla que se asentó en medio del naso como un volcán próximo a erupcionar; también sirven para limpiarse los dientes cuando en el asado no hay palillos y al tipo se le quedó medio kilo de punta de espalda entre canino e incisivo, pero su actividad principal es la rascada.
Yo no sé porqué durante un tiempo se utilizó la palabra rascada para desmerecer acciones del tipo si la rascada es tan importante. En la rascada las uñas demuestran su utilidad porque pueden llegar a lugares muy remotos de nuestra anatomía, por ejemplo ahí donde usted está pensando.
Pero hay un lugar en nuestra espalda donde nuestras uñas no llegan y es necesario que actúen las uñas de otros, que es cuando el tipo orienta, ahí no, no…más a la izquierda, …no, más abajo, ahí ahí….aaaaahhhhh. El aaaaaaahhh indica que las uñas dieron en el blanco.
Las uñas, fundamentales para tocar la guitarra, para sacarle el celofán a los CD, para que las mujeres demuestren su lado felino. Quise hacer este monólogo para homenajear a unas dos mil quinientas personas que me he encontrado tomando café en la peatonal y que parece que se han rascado toda la mañana.
Cuenta un chiste que estaba moribundo De Vido y en el hospital había varios enfermos que esperaban la donación de sus órganos. Uno dice: me encantaría que me diera su corazón; otro dice: me encantaría que me diera los riñones y otro, más bastardo exclama: yo quiero algo que me enriquezca, por eso espero sus uñas.