Una vendimia con mucha incertidumbre

La vitivinicultura tiene un panorama que puede llegar a preocupar.

Una vendimia con mucha incertidumbre
Una vendimia con mucha incertidumbre

A pocos días del inicio de la vendimia -la de la cosecha de uvas, no la de las fiestas- las incertidumbres y preocupaciones ganan terrenos entre los protagonistas. En particular del lado de los productores de uva sin bodega.

Sin entrar en detalles estadísticos, conocidos por los participantes de la industria, la situación se puede resumir en lo siguiente:

Las cosechas de 2016 y 2017 fueron muy reducidas respecto de los promedios de los años anteriores. Ello se tradujo en una reducción y/o desaparición de los presuntos, o reales, sobrestocks de vinos existentes en 2015. A punto tal de que importantes entidades del sector pedían “a gritos” que se eliminaran esos excedentes de ciento de millones de litros.

En ambas cosechas, 16/17, la baja producción tuvo como consecuencia una significativa suba del precio de la uva y por lo tanto , del vino, mientras las demandas de uva por parte de la bodegas elaboradoras era intensa. Los precios de la uva comprada fueron los más altos en muchos años. La cosecha del año pasado fue algo superior al promedio de años normales, incluso superó las estimaciones del INV. Esta situación permitió a las bodegas restablecer los stocks y ,por otro lado, el precio de la uva, en términos reales, bajó respecto  de los dos años anteriores.

Frente a esta realidad por el lado de la producción de uvas y por tanto de la elaboración vínica, el consumo de vinos en el mercado interno ha seguido cayendo. Esta caída no ha podido ser compensada por una mejora en las exportaciones, especialmente de vinos a granel, donde se mueven volúmenes importantes.

En este contexto se enfrenta la cosecha inminente, donde las bodegas, sobre todo las que despachan grandes volúmenes al consumo, se encontrarían con stock excedentarios. Desde hace un par de meses esas bodegas han alertado a los productores de uva, que son sus proveedores, que no le compararán o recibirán  la misma cantidad de uva que el año pasado. Algunos dicen que van a recibir  50%  y en otros casos sólo el 20%.

Por otro lado, en un contexto financiero de tasas de interés exorbitantes, las bodegas que adelantaban a los productores fondos para cosecha y acarreo, hoy es evidente que no lo podrán hacer. Esta situación financiera se agrava  porque las bodegas tampoco pueden absorber el costo de elaboración, antes cobrado en vino, para el caso de que dicha elaboración fuera hecha por terceros. Así,  le dicen al productor que recibirán la uva, pero el viticultor tendrá que pagar el costo de elaboración en pesos, no en vino. En consecuencia, la pared contra la que chocará la vendimia la tenemos a pocos metros.
Evitar una crisis de envergadura requiere armonizar los intereses de las partes, de diálogos maduros y sinceros, de datos ciertos y confiables que debe proveer el INV (stock de vinos, estimación se cosecha) y de una articulación inteligente y prudente del gobierno. El objetivo esencial e insoslayable es levantar la cosecha. Por razones fitosanitarias  y culturales no se puede "dejar frutos en las cepas". Aunque los números fríos muestren que el productor de uva perdería menos si no cosecha.

Hay, en primer lugar, un tema financiero, cuya magnitud es enorme. El Gobierno provincial ha dispuesto de recursos a través del Fondo para la Transformación y Crecimiento, pero como es obvio, serán insuficientes. Parece más conveniente en la situación financiera actual destinar esos recursos a subsidiar las tasas de interés y que presten los bancos. De este modo el volumen de crédito sería mucho mayor, tanto para cosecha y acarreo como para elaboración.

Hay otra medida clave: parece llegado el momento oportuno de permitir hacer mosto y luego poder convertirlo en vino, técnica recomendada por prestigiosos enólogos. Esta medida flexibilizaría la situación de los stocks, que no resuelve la fijación de un cupo. Tal procedimiento permitiría una mejor adecuación de oferta y demanda, tanto de mosto como de vino.

Queda incluso un recurso muy urticante y conflictivo. Importantes referentes de la industria en los últimos años han señalado como una de la causas de la caída del consumo, la obligación del fraccionamiento en origen, nos referimos a los vinos básicos o comunes.

Es la ocasión de ensayo y error.

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