Mientras Aisha Biolante (37) prepara los elementos para dar una clase de belleza de manos y depilación, una de sus alumnas, Marisa Sosa, de Villa Alejo, comenta: "Este es el único centro cultural que tiene una oferta variada por la zona, por eso me acerqué".
En General Gutiérrez, al este de la calle Maza y antes de llegar al carril Gómez, se levanta el barrio Villa Hortensia, con aproximadamente 80 años de antigüedad.
Sobre una de sus calles principales, Reconquista, al 400, una entidad vecinal que está manejada prioritariamente por mujeres con el apoyo de 3 dirigentes varones.
En la sede de la entidad vecinalista se puede aprender desde manicura, cocina, gimnasia, hasta bailar los más exóticos ritmos o el tradicional tango.
Una de las gestoras de esta movida y apertura de una institución que estaba caída, es Silvia Yuma (60), que ejerce la función de presidenta y relacionadora con la vecindad.
"La entidad estuvo cerrada por largos períodos y decidimos sacudirnos la modorra y volver a abrirla y darle vida", sostiene Silvia, durante una amena charla con ella y Aisha y Marisa.
La actriz y docente de teatro María Nieves García (67), alumna de Josefina Otero, Luisa Gámez y Luis Tarditti, entre otros profesores, se vinculó a la vecinal para incursionar en folclore. Su concepto de lo que ocurre en calle Reconquista es el siguiente: "No vivimos tiempos fáciles; los hijos se dedican a su vida, nos vamos quedando solas y estas asociaciones nos proponen cosas que nos distraen y nos hacen reír".
Guerina Grugnaletti (80) conoce el lugar prácticamente desde sus inicios. "Yo venía de jovencita con mi madre cuando aquí atendía el doctor Julio Gómez, el típico médico del barrio. Además del servicio del médico y una enfermera, había poco que hacer y ofrecer. Luego el lugar quedó un poco abandonado y ahora veo con agrado que la unión vecinal está activa otra vez".
Bailes al por mayor
Vanesa Henríquez anotó a sus 2 hijas, de 6 y 10 años, para que aprendan baile árabe con la profesora Nahir Ahlam, nombre artístico de Macarena Mora. "Es una oportunidad que no sé en qué otro lugar se puede dar, y además muy cerca de nuestra casa", asegura la joven madre.
La danza es una de las muchas posibilidades recreativas y de formación que posee la sede, ya que hay clases de folclore (Rosita González); clásica contemporánea (Milena Sánchez); ritmo brasileño (Aldana Bonnano); tango (Sergio Ortiz y Nancy Conde); danzas urbanas (Antonella Lucero); flamenco (Patricia Persia); zumba (Andrea Castillo), y aerobic (Miriam Roldán).
"Sumanos entre 40 niños y adolescentes en este segmento, pero en total nuestra entidad capta a unos 180 personas, entre chicos, adolescentes y adultos", afirma la orgullosa presidenta Silvia. Reconoce sin embargo que deben cobrar por la enseñanza, pero solo para pagar a los docentes, ya que todo funciona por autogestión.
Otra idea de la dirigencia femenina de la vecinal es que los alumnos de las distintas especialidades de baile puedan actuar, mostrando sus habilidades y aprendizaje, en el cine teatro Imperial, ubicado en el centro maipucino, cuando se cierren los ciclos de ensayo de cada una de las disciplinas de danza.
¡A comer!
También ha tenido mucha convocatoria la gastronomía infantil que se realiza los sábados, con la conducción de la chef Andrea Pedratti (41). Sus discípulos son chicos con edades entre 5 y 15 años, quienes ya han aprendido a cocinar pizzas, galletas para el té y huevos de Pascua. Para un público un poco mayor la experta da cursos de decoración de fiestas, modalidad que está teniendo mucha aceptación en los barrios, según comentó Andrea.
Por supuesto hay fútbol de salón para varones en el amplio patio posterior del edificio vecinal. Y corte y confección al estilo tradicional, opción con buena aceptación, según comentó la encargada del rubro, Verónica Grossetto.
Entonces, el objetivo de la vecinal de Villa Hortensia "es volver a unir el barrio. Esto estaba en terapia intensiva, se estaba muriendo… Ahora contribuimos para que muchos adolescentes no pasen tantas horas en la calle sin hacer nada útil", resume Silvia Yuma.
Objetivos no faltan y uno de ellos es techar el patio, que es generoso, de 450 m2. Se necesitan no menos de $ 800.000 para cubrir ese espacio.
Por eso se hacen con cierta frecuencia peñas, bingos y cenas show para recaudar fondos, y se mantiene informada a la Municipalidad de Maipú de los pasos que se van dando, ya que hay buena conexión con el municipio. Inclusive la vecinal obtuvo recursos por haber ganado un Programa PAR (Presupuesto Participativo), que permitió arreglar el techo, construir baños nuevos y remodelar el escenario.