Una transición larga y difícil

Este largo período de transición pondrá a los funcionarios mendocinos, salientes y entrantes, en la mira de la sociedad que espera de sus gobernantes una prueba contundente de que sus valores morales estarán por sobre sus ambiciones personales.

Una transición larga y difícil

En esta columna, al saludar con beneplácito el encuentro entre el gobernador electo, en su casa, con el actual titular del Poder Ejecutivo, se han señalado los aspectos positivos del hecho, que ha tenido significativa repercusión en el ámbito de la política nacional. A la vez, se ha destacado una situación nueva; se trata de lo que será un largo proceso de transición de casi medio año, hasta que el gobernador electo asuma sus funciones el 11 de diciembre.

Este hecho nuevo, resultado de la decisión de desdoblar la elección provincial de la nacional, que hemos venido alentando desde esta columna, tiene la complejidad adicional que ocurre en una alternancia de las fuerzas políticas gobernantes. Luego de dos períodos consecutivos del FpV llega una alianza encabezada por la UCR, acompañada por el Pro, el PD y otros grupos políticos.

Este tipo de transición larga, y sin duda compleja, es la que le va a poner la calificación a la calidad de las instituciones y a los que las representan. Aquí es donde el desprendimiento, la generosidad y la grandeza de los políticos y de los funcionarios públicos en general, donde la hombría de bien, la honestidad de los procederes, en definitiva, los valores morales, se pondrán a prueba. Sabremos si para quienes dejan el gobierno y para quienes llegan, Mendoza está por encima de sus personas, de sus ambiciones, de sus naturales vanidades humanas.

Estamos persuadidos de que una parte importante de la sociedad ansía muestras claras de valores morales en nuestros dirigentes y que la dignidad y la honestidad descienden desde lo alto del poder y las jerarquías sociales, lo mismo que descienden las indignidades, la inmoralidad, la corrupción en todas sus formas. Podemos llegar a diciembre con un aprobado en los asuntos aquí expresados.

El gobernador electo centró buena parte de su campaña en una visión de que el problema más importante de la provincia está en la deformación del Estado, en la necesidad de un profundo reordenamiento que lo ponga en condiciones de servir al crecimiento de la provincia, a un mayor bienestar de sus habitantes. Así lo ha expresado en sus declaraciones luego de la reunión con el gobernador Pérez el lunes.

“Las finanzas de la Provincia, las licitaciones pendientes de áreas petroleras y del transporte público de pasajeros, el contrato con el Banco Nación como agente financiero de la Provincia, la situación de los efectivos de seguridad, el pase a planta de los trabajadores estatales y el impacto de las paritarias en el presupuesto”. Sin duda, en cada uno de estos asuntos se resume lo esencial de la agenda de gobierno de Mendoza. Sobre cada uno de estos temas, el gobernador electo ha efectuado comentarios concisos y claros. “Lo que tiene que ver con las finanzas públicas me preocupa mucho”. Sobre este tema ya han comenzado a trabajar en forma conjunta equipos técnicos designados por Alfredo Cornejo, con los funcionarios de Hacienda de la Provincia.

Es llamativa la afirmación del futuro gobernador cuando dice “en lo personal no prefiero cambios bruscos”, referido al contrato con el agente financiero de la Provincia, tema siempre delicado y que afecta a mucha gente. Muy claras han sido sus expresiones cuando dice que necesita saber en detalle cómo impactan las paritarias estatales en el presupuesto en los próximos meses. “Quiero que la opinión pública tenga la mayor información para sepan cómo arrancamos un gobierno y cómo se deja éste”. Es el tema de las finanzas públicas el nudo gordiano de la transición y del futuro gobierno provincial y nacional.

En ambos casos hace rato que el gasto público se ha desbocado y la presión fiscal ahoga a las personas, a las empresas, a la iniciativa privada en general. Es un gasto imposible de financiar que obliga a una emisión monetaria creciente, causa de una inflación similar. A fines del año pasado, en esta columna, con motivo de la discusión del presupuesto provincial para este año, decíamos que el último presupuesto del gobierno de Celso Jaque había sido de $12.300 millones y previsto para este año $49.800 millones, 300% de aumento en cuatro años, irracionalidad pura. El nuevo gobierno tiene que ser el protagonista del presupuesto del año próximo. Ahí se juega buena parte de su futuro.

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