Una suspensión histórica

Rusia no podrá participar de las competencias internacionales de atletismo debido a sus problemas con el doping y corre riesgo de no estar en los Juegos Olímpicos 2016, en Río.

Una suspensión histórica

La federación rusa de pista y campo fue suspendida provisionalmente por el organismo rector mundial, lo que margina al país de las competencias internacionales por tiempo indefinido y podría dejarlo fuera de los Juegos Olímpicos del próximo año.

La sanción fue aprobada con votación de 22-1 durante una teleconferencia entre los 27 miembros de la junta de la federación internacional de atletismo. El presidente, Sebastian Coe, convocó a la reunión después que Rusia fue acusada de implementar un amplio programa de doping patrocinado por el Estado, según un informe publicado por una comisión especial de la Agencia Mundial Antidoping (AMA).

Coe estaba bajo inmensa presión para aplicar mano dura, a pesar de los esfuerzos de las autoridades rusas para evitar una suspensión general al aceptar cooperar e implementar reformas en su programa antidoping. La suspensión tiene efecto inmediato, y prohíbe que atletas rusos compitan en cualquier evento internacional de pista y campo hasta que el país pueda demostrar que tiene la situación bajo control. Esta es la primera vez que la Federación Internacional de Atletismo suspende a todo un país por casos de doping.

La federación rusa probablemente tenga un mes para acudir a una audiencia disciplinaria, donde se podría convertir la sanción en una suspensión completa.

A nueve meses de los Juegos de Río, la gran interrogante es si el equipo ruso podrá competir. Algunos dirigentes olímpicos han dicho que Rusia debe tener suficiente tiempo para implementar las medidas necesarias para estar en la justa, que se disputará del 5 al 21 de agosto.

El ministro de deportes ruso, Vitaly Mutko, dijo que está "completamente seguro'' que Rusia podrá competir en Río. En una conferencia de prensa antes del anuncio, señaló que cree que cualquier suspensión durará poco.

"Puede que nos perdamos una o dos competencias, pero sería una estupidez que los atletas limpios se pierdan los Juegos Olímpicos o un mundial", declaró en Moscú.

A corto plazo, la suspensión marginará a los atletas rusos de cerca de una docena de competencias internacionales el resto del año, incluyendo el campeonato europeo de campo traviesa el 13 de diciembre en Francia. Los atletas también podrían perderse el mundial de marzo en Portland, Oregon.

Otras pruebas importantes en el horizonte son las maratones de Boston y Londres en abril.

En un fallo relacionado, la Asociación Mundial Antidoping determinó que Rusia no cumple con el reglamento internacional, y también señaló que el equipo de pista y campo del país quizás no sea el único que ha incurrido en doping masivo. Un comité analizó el informe publicado el lunes por el panel independiente, y también otorgó a la agencia antidoping rusa, conocida como Rusada, la oportunidad para responder.

The Associated Press tuvo acceso al resumen de la decisión del viernes, al ser suministrada por una persona con conocimiento del caso que pidió no ser identificada porque no estaba autorizada a divulgar la información. Los hallazgos del comité serán referidos a la junta de la AMA, que votará al respecto en su reunión del miércoles.

Golpe a la estrategia de Putin con el deporte

El presidente ruso, Vladimir Putin, ha utilizado los acontecimientos deportivos como símbolo de los éxitos de su mandato, pero el escándalo que afecta a los atletas rusos podría empañar la imagen de su país. Todos los niveles del atletismo ruso parecen estar implicados y se habla de “doping de Estado”.

Putin adoptó un tono conciliador, aseguró que Rusia hará todo lo posible para erradicar el doping y ordenó una investigación sobre ese “problema”. Pero el presidente ruso “se sintió extremadamente insultado por el escándalo”, afirma Igor Bunin, presidente del Centro de

Tecnologías Políticas, un grupo de reflexión cercano al Kremlin.  “El deporte es un elemento de su propio prestigio y del Estado”, explica el politólogo, que recuerda que Putin “se implicó mucho a favor de los Juegos Olímpicos de Sochi” celebrados en 2014.

En 2007, el presidente viajó incluso a Guatemala, donde se designaba al organizador de los Juegos de 2014, e hizo un discurso ante el Comité Olímpico Internacional en inglés, un idioma que nunca utiliza. Putin supervisó directamente las obras de los Juegos de Sochi, las más caras de la historia.  Durante el evento, Rusia ganó 33 medallas, incluidas 13 de oro, unos resultados excelentes cuestionados por el informe de la AMA.

En 2010, Rusia añadió un nuevo evento prestigioso a su lista con la organización del Mundial de fútbol en 2018.  Pero, cuando las justicias suiza y estadounidense abrieron una investigación sobre las condiciones de atribución de los Mundiales de 2018 y 2022, Putin denunció un "nuevo intento evidente (de Estados Unidos) de extender su jurisdicción a otros Estados". 
Según el politólogo Alexandre Baunov, del centro Carnegie de Moscú, el Kremlin podría volver a denunciar la influencia de Washington.

“Tales escándalos se perciben como una manera de impedir que Rusia vuelva a encontrar su grandeza, un tema popular estos días”, explica.

Putin convirtió la práctica deportiva en un elemento clave de su política. “Al menos 40% de los rusos deben practicar un deporte de forma regular”, dijo. Octavo dan de judo, también disputa cada año un partido de hockey sobre hielo con estrellas de la disciplina aunque, según él, no sabía patinar hace apenas tres años y medio.

“Para los rusos, es un complot contra un gran país, un intento de arrodillar a una superpotencia del deporte”, asegura Bunin. El 29% de los rusos consideran los éxitos deportivos de su país como su mayor motivo de orgullo, según un sondeo del centro Levada publicado en junio.

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