Una serie y un peligroso juego reflotan el flagelo del bullying

La polémica alrededor de “13 Reasons Why” y “La ballena azul” reinstaló una problemática adolescente muy presente: el acoso sistematizado, que -como en la ficción- puede llevar al suicidio.

Una serie y un peligroso juego reflotan el flagelo del bullying

Es un tema que está siempre presentes, se hable mucho, poco o nada de él. Y tiene a los adolescentes como protagonistas y víctimas al mismo tiempo. El bullying -acoso sistematizado a un niño por parte de otros, y que afecta emocionalmente a quien lo recibe- suele ser un flagelo silencioso y hasta naturalizado.

Por lo general, suele ir acompañado de otra característica igual de peligrosa: la sensación de omnipotencia de los adolescentes. Sus consecuencias pueden llegar a un extremo trágico como el suicidio de la víctima, tal y como lo refleja la trama de la serie de Netflix "13 Reasons Why", sensación en el mundo entero, que relata la historia de una adolescente de 17 años que decide quitarse la vida luego de sufrir una serie de situaciones que afectan su bienestar psíquico y personal.

También el peligroso juego "La ballena azul" pone el foco sobre esta problemática, en este caso escondida tras la falsa sensación de "a mí no me va a pasar nada" que suelen adoptar los chicos.

Nacido en Rusia, este desafío se está viralizando en América Latina por las redes sociales y es tan absurdo como peligroso, puesto que incita a los chicos a cumplir una serie de metas que rozan la muerte, siendo justamente ésta la meta final.

Psicólogos, especialistas y funcionarios consultados por Los Andes analizaron la serie y el juego, así como también el por qué el bullying se enmascara en esa sensación de omnipotencia de los adolescentes.

"Cuando el bullying aparece ya está, llegamos tarde. Hay que trabajarlo en los chicos cuando son muy pequeños e incentivar el hábito de la comunicación asertiva. En la escuela y en la casa la empatía debería ser obligatoria. Si hay empatía y el chico tiene la capacidad de ponerse en el lugar del otro, se acaba el bullying", resaltó la psicóloga especializada en adolescencia y educación Nancy Caballero.

Pasa en la vida, pasa en las series

Hannah Baker es la protagonista de "13 Reasons Why", la serie estrenada el 31 de marzo por la plataforma de TV on demand Netflix y que en sus primeras 3 semanas contabilizó más de 11 millones de tuits en la red social Twitter.

Se trata de un drama de 13 episodios -basado en la novela de Jay Asher (2007)- que relata la historia de una estudiante de secundaria que se suicida y deja 13 grabaciones de voz en las que detalla los eventos que llevaron a su muerte, incluyendo abuso sexual, consumo de drogas y acoso.

“La clave es trabajar con chicos muy chiquitos. Si uno se pone a ver, son muy comunes los juegos bruscos y violentos, aún cuando no son con mala intención. Padres que juegan con sus hijos haciéndoles cosquillas hasta que no aguantan más de risa -por ejemplo- o chicos empujándose y correteándose. Hay que apuntar más a juegos de apego, de arrullo y que fomenten otra forma comunicacional. Ya desde chicos hay que trabajar en que los chicos jamás hagan a los demás algo que a ellos los dolería o molestaría”, sintetizó Caballero.

En la era híperconectada, las redes sociales también están al servicio de estas peligrosas prácticas. Y es aquí donde surge el denominado ciberbullying. Uno de los casos más tristes y famosos en Mendoza fue el de la cuenta de Twitter @Mendobardo, desde la que se "escrachaba" a chicos de distintas escuelas con detalles de su privacidad.

"Lo principal es hacer prevención y análisis con los chicos, pero también con los docentes y sus padres. Nosotros en la escuela hacemos talleres y charlas con todos, es fundamental que la familia esté presentes y sepan qué consumen sus hijos. Este año tomamos como ejemplo el caso de la cuenta @Mendobardo en Twitter y pusimos énfasis en una madre que hizo la denuncia judicial y eso permitió que se bloquee la cuenta y determinar quién la administraba. Es importante que los chicos también sepan que esas cosas no quedan impunes", destacó el director de la escuela José Vicente Zapata, Claudio Peña.

Otros casos muy comunes son los de chicos que sufren este padecimiento en las escuelas y los padres optan por “cortar por lo sano” y directamente cambiarlos de institución.

“Muchas veces la escuela se entera por los padres de lo que pasa, pero a las autoridades les cuesta mucho categorizarlo como bullying y lo minimizan. Es muy común en una sociedad que ha naturalizado la violencia”, destacó la subsecretaria de Gestión Educativa, Mónica Coronado, quien resaltó además que el año pasado celebraron dos jornadas de prevención de esta problemática.

“Muchas veces a los docentes les cuesta darse cuenta del sufrimiento infantil. Por eso es fundamental que intervengan los padres”, sintetizó.

"Muchos adultos encuentran en el cambio de escuela la solución más práctica, porque el chico cambia de ámbito. Pero a la víctima se la castiga más aún. Las circunstancias son las mismas que en cualquier caso de violencia, como los de acoso laboral o violencia de género, donde se cambia de puesto a la víctima o se la culpa por cómo iba vestida. Las autoridades escolares no están preparadas para dar respuestas adecuadas. Y si el padre va a decir algo a la escuela, para los chicos y docentes pasa a ser molesto y le preguntan si su hijo está en tratamiento psicológico y cosas así", acotó la abogada especializada en violencia de género y maltratos Carolina Jacky.

“El sistema está pensado para desgastar a la víctima que denuncia”, sintetizó.

Las cosas que un chico padezca en esa etapa de su vida serán cruciales para marcar su vida. "En la adultez se ve que la configuración de muchos problemas tienen que ver con una adolescencia complicada, sobre todo en relaciones", analizó el psicólogo Mario Lamagrande.

"Hay 3 factores que inciden en el bullying. Por un lado, la vulnerabilidad de la víctima; por otro, la inducción del victimario; y tercero, la naturalización de cosas que no son normales. Cuando hay alguna situación atípica, muchos dicen 'ya va a pasar'. Pero si estas conductas se sostienen durante más de 3 semanas, hay que prestar atención", sostuvo.

Volviendo a “13 Reasons Why”, especialistas en prevención del suicidio expresaron su preocupación por el hecho de que Netflix haya subido todos los capítulos el mismo día. Consideran que los adolescentes pueden verla completa sin la posibilidad siquiera de analizar detenidamente los temas o hacer preguntas.

“Es un tema muy sensible ya que si no se trata bien, darle mucha difusión o exposición a casos de suicidio puede ser un disparador para personas que están en situación de duda o desesperación. Las crisis son muy comunes y hasta necesarias en los chicos, y a veces no se sabe a quién estás llegando con estos contenidos. La resonancia no tiene que ver con lo que se emite, sino con a quién le llega. Y es muy peligroso”, reflexionó Caballero.

En TV: 13 razones para (no) idealizar el suicidio

En una escena dolorosa una chica de 17 años se mete a una bañera con una navaja. La vemos cortarse la piel y sangrar, la oímos llorar y cómo le cuesta trabajo respirar. Después queda inerte.

El suicidio de la protagonista de la popular serie de Netflix “13 Reasons Why” no debería ser un shock, pues es presentado en el último episodio de un programa construido alrededor de la muerte del personaje. Pero saber que ocurrirá no hace que sea más fácil.

La sobrecogedora escena ha desatado críticas por presentar el suicidio bajo una luz romántica y ha llevado a que muchas escuelas en Estados Unidos envíen cartas de advertencia a padres de familia y tutores. Los creadores del programa no tienen remordimientos. Argumentan que su retrato honesto debía ser "resuelto y crudo". 

“Mucha gente está acusando al programa de idealizar el suicidio y siento profundamente -y creo que todos los que hicimos el programa- que hicimos justo lo contrario -dijo el guionista Brian Yorkey- Lo que hicimos fue retratar el suicidio y lo pusimos como algo muy feo y muy dañino”.

El drama de 13 episodios, coproducido por la actriz y cantante Selena Gómez, está basado en la novela para adolescentes de Jay Asher (2007) sobre una estudiante de secundaria que se mata y deja 13 grabaciones de voz en las que detalla los eventos que llevaron a su muerte, incluyendo abuso sexual, consumo de drogas y acoso.

La serie tiene una clasificación TV-MA, lo que quiere decir que podría no ser apta para menores de 17 años, y tres episodios con material explícito incluyen advertencias para los espectadores.

Aunque el suicidio ha sido retratado en programas de televisión, la edad de los jóvenes personajes en "13 Reasons Why" es pionera. Y definitivamente ha tocado un nervio sensible: el programa tiene 340.000 seguidores en Twitter y 2,4 millones de "me gusta" en Facebook.

El método más efectivo para evitarlo

Ideado en Finlandia, el Método Kiva parece ser el modelo a seguir para paliar el acoso y la violencia entre los chicos. "En lugar de poner el foco en el agresor o en el agredido, se busca trabajar en el espectador. Si se sanciona al agresor, genera más resentimiento oculto y eso es peor. Y si se hace foco en la víctima, florece el sentimiento de culpa y de querer ser distinto.", sintetizó la subsecretaria de Gestión Educativa, Mónica Coronado.

Y completó: “Entonces, al hacer foco en el espectador de estas situaciones -que muchas veces es pasivo o hasta filma las agresiones- se busca que rechace estas conductas y se lo haga saber a quien comete el bullying”.

En las redes: la ballena que mata

Durante las últimas semanas se activó una nueva alarma en las redes sociales vinculada a un insólito desafío viral entre los más jóvenes.

Los participantes son invitados por Facebook, Whatsapp y otras redes a grupos cerrados donde se les propone el cumplimiento de 50 desafíos, siendo el último de ellos acabar con la propia vida bajo distintas metodologías.

Entre los retos a ser superados hay algunos simples, como dibujar una ballena en un papel y otros más dolorosos, como tatuarse al cetáceo en el brazo con una hoja de afeitar o pasar 50 horas sin dormir viendo películas de terror. Si bien se inició en Rusia, ya llegó a América Latina y esto es lo que preocupa.

“Aquí incide mucho la sensación de omnipotencia de los adolescentes, que a la larga los hace más vulnerables”, destacó Caballero. “Son trampas mortales para las personas vulnerables que buscan pertenecer a algún grupo”, resumió Lamagrande.

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