Economía
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hace 1 hora
"Ahorren agua" es el mensaje que reciben desde hace días los portugueses, en un momento en que el país sufre una sequía sin precedentes que dejó más de 100 muertos en incendios forestales desde inicios de verano.
La campaña se lanzó la semana pasada en la prensa escrita y los medios audiovisuales públicos, y se extendió a las pantallas de los cajeros automáticos de todo el país, explicó un portavoz del ministerio de Medioambiente.
El gobierno pide a los portugueses que eviten malgastar agua durante un minuto al día para ahorrar unos 12 litros. Si los 10 millones de habitantes del país siguen la consigna, se podrán satisfacer las necesidades fundamentales diarias de un millón de personas.
"Esta campaña está destinada a quienes aún no sufren los efectos de la sequía. Los agricultores son quienes más consumen, pero también son los más afectados", explicó el ministro de Medioambiente, Joao Pedro Matos Fernandes.
En materia de suministro de las poblaciones, la situación más crítica es la que vive la ciudad de Viseu, unos 300 km al norte de Lisboa.
Las autoridades decidieron duplicar las entregas de agua por camión cisterna a esta localidad de casi 100.000 habitantes, con el objetivo de alcanzar 10.000 metros cúbicos al día, unos dos tercios de sus necesidades.
Las reservas de la red de distribución de la ciudad son alimentadas desde principios de mes por una veintena de camiones cisterna llegados para paliar el nivel anormalmente bajo de la presa de Fagilde, que se encuentra entre el 10 y el 15% de su capacidad.
"La situación de Fagilde es la más preocupante, ya que solo hay agua para un mes de consumo, pero Portugal no se verá sin agua", aseguró el ministro de Medioambiente.
Otras cuencas que están en niveles alarmantes, como la de Monte da Rocha, cerca de Ourique, disponen de reservas para al menos un año de consumo, explicó Matos Fernandes.
El octubre más cálido
La reserva de Fagilde se empleó este verano para combatir los incendios forestales más mortíferos de la historia portuguesa.
La sequía fue una de las principales causas de los fuegos, que arrasaron 442.000 hectáreas de vegetación entre principios de enero y finales de octubre, estableciendo un nuevo récord histórico.
Pero lo que más marcó el año 2017 fueron las muertes provocadas por dichos desastres: 64 fallecidos en junio en la región de Pedrogao Grande y otras 45 víctimas en octubre en varios distritos del centro y el norte de Portugal.
Y mientras el conjunto del territorio continental portugués sufre una sequía "severa" o "extrema", la probabilidad de lluvias es muy baja hasta, por lo menos hasta el 21 de noviembre, según previsiones del Instituto Meteorológico Portugués (IPMA).
"El país no había experimentado jamás una sequía como esta, que se agravó claramente en el mes de octubre, un periodo del año en el que la situación suele mejorar", declaró Fatima Espirito Santo, climatóloga del IPMA.
Portugal registró el mes de octubre más cálido desde 1931, cuando empezaron a inscribirse los primeros datos comparables. "Las temperaturas registradas desde primavera fueron muy altas y durante el verano llovió alrededor de un tercio de la media de la temporada", detalló la especialista.
Ante este escenario, el gobierno portugués desea renegociar con la vecina España el acuerdo sobre el caudal mínimo de los ríos que atraviesan los dos países, para que se calculen diariamente, en lugar de semanalmente.
"Es realmente importante tener un flujo más regular del agua que llega a Portugal procedente de España", subrayó el ministro de Medioambiente.
