Se inauguró ayer la postergada obra en la ruta nacional 188, en el tramo Alvear-Malargüe, que permitirá reducir de 4 a 2 horas el tránsito entre ambas localidades. Cientos de personas llegaron en caravana con sus vehículos al kilómetro 879 de la ruta, denominada zona de “Los pajaritos”, para vivir un día histórico.
Ciudadanos alvearenses, autoconvocados de Malargüe, campesinos, alumnos de escuelas primarias y funcionarios, fueron los protagonistas de un día anhelado y soñado desde hace más de cuatro décadas.
Se trata de la finalización de los trabajos en los 21 kilómetros que restaban para habilitar la circulación en la ruta que conecta los dos departamentos sureños.
“Nos encontramos con una zona intransitable. Para poder trabajar sobre el terreno tuvimos que solicitar la colaboración de las máquinas de Vialidad de San Luis. Si no, hubiese sido imposible”, destacó Patricia Gutiérrez, gerente regional de Vialidad nacional.
Ahora, turistas y comerciantes podrán transitar sin problemas entre Alvear y Malargüe. La ruta apunta a convertirse en un corredor bioceánico, con su punto de partida en San Nicolás de los Arroyos (Buenos Aires) y su fin en el límite con Chile.
“La 188 nos va a permitir llegar de manera directa al puerto de San Antonio en Chile, una salida directa al mundo y en especial a los países asiáticos, que son los grandes demandantes de los alimentos que nosotros producimos como agricultores y ganaderos”, enfatizó el intendente de General Alvear, Walther Marcolini.
Si bien el proyecto es de gran envergadura y promete una proyección nacional e internacional para el sur mendocino y toda la provincia, también soluciona problemas de los puesteros que viven a la vera de la ruta y que hasta el momento se encontraban aislados.
Así lo manifestaron varios de los trabajadores de campo que se acercaron al lugar, quienes aseguraron que esta mejora les “va a cambiar la vida”.
Histórico reclamo
Las grandes transformaciones las hacen posible menos los gobiernos de turno que los ciudadanos unidos en pos de un objetivo. De esa premisa son un claro ejemplo el grupo Los Históricos, conformado por alvearenses que vienen bregando por la realización de la ruta 188 hace más de 40 años.
“Esto es un sueño que empezó hace mucho tiempo y que por suerte vemos que está avanzando. Hoy es un día especial para nosotros. Hoy se inaugura un tramo que es central por la dificultad que presentaba técnicamente. Yo me sumé en el 1996, cuando vine de Córdoba casi de pasada y terminé formando una familia en Alvear”, dice Mariano Amuchástegui, uno de los integrantes de Los Históricos.
Una de las palabras más esperadas era la del gobernador Alfredo Cornejo, quien llegó al mediodía y remarcó lo sustancial de la obra vial como pilar del desarrollo mendocino, sin dejar de advertir que hay que “mantener los pies en la tierra”, en referencia a los escasos recursos económicas con los que cuenta en estos momentos la provincia.
La sorpresa fue la presencia de Emir Félix, el intendente de San Rafael, quien confirmó la visita a último momento y se refirió a la obra como una muestra de la solidez de los departamentos del sur.
En ese mismo sentido estuvieron dirigidas las palabras de Jorge Vergara Martínez, jefe comunal de Malargüe, que además resaltó la labor incansable de los distintos actores sociales que hicieron el esfuerzo necesario para que la ruta fuera una realidad.
Pero no todo fueron aplausos sino que también hubo lugar para algunos pedidos. En primer lugar, el traspaso de una estación de combustible que funciona con tecnología solar y que actualmente se encuentra en la localidad alvearense de Canalejas.
El paraje ya tiene energía eléctrica, con lo cual carece de sentido que exista aquella estación, la que podría ser de gran utilidad en las inmediaciones de la zona inaugurada, sobre todo para los puesteros que carecen de un acceso al combustible. Así lo indicó Luis Alberto Sánchez Bastías, otro integrante de Los Históricos.
La finalización de los 21 kilómetros de asfalto que restan antes de fin de año fue otro de los pedidos, como así también el mantenimiento constante del camino por parte de Vialidad. Los funcionarios manifestaron su compromiso para cumplir con las demandas.
Culminado el acto protocolar llegó el momento del gran asado para festejar: dos parrillas de dimensiones generosas se llenaron de la mejor carne vacuna y chivos de la zona. Varios mesones con sillas fueron dispuestos para que los presentes disfrutaran de un almuerzo distendido y bien mendocino, en el que no falta la presencia del malbec.
Ya alrededor de las 4 de la tarde una caravana de camionetas se dispuso a subir por los 7 kilómetros de tierra plana que ascienden hasta el “mirador”, un lugar privilegiado para la vista. Hasta allí fue también el gobernador quien se mostró distendido y librado del protocolo.
El sol en lo alto calentaba en sus últimas horas. El monte y el cielo celeste fueron el escenario ideal para culminar una tarde que quedará en la historia del sur mendocino y que promete ser apenas el inicio de una posibilidad de desarrollo económico, social y turístico que no sólo merece esa zona de Mendoza, sino que, por sobre todo, necesita para dar un salto cualitativo en la calidad de vida de todos sus habitantes.
