Comparten la pasión por el cine en San Rafael

Todos los viernes proyectan películas en la biblioteca Mariano Moreno que les cede el espacio. Se trata de filme de cine independiente. Y después de cada función, la charla-debate obligada.

Comparten la pasión por el cine en San Rafael

Una temática en particular, la fotografía, la música, el seguir la trayectoria de un director son algunos de los puntos que llevaba a tres amigos a compartir películas del llamado cine independiente.

Verlas juntos o en caso contrario intercambiar opiniones o sensaciones luego de ver un filme fue lo que hizo que Ignacio Maniel, Soledad Vázquez y Andrés Fryd  se plantearan el crear un espacio donde compartir el “gusto por el cine”.

Así surgió "Cine en el patio", nombre que nació por el lugar que les cedió para llevar adelante su idea la biblioteca Mariano Moreno, ubicada en Bernardo de Irigoyen 148, en San Rafael.

Al principio -sus primeras proyecciones fueron en octubre de 2016- era al aire libre, con el cielo y las estrellas como testigos, y sobre una pared ya que carecían de una pantalla. Por el frío, la “sala” se trasladó al interior de la biblioteca y una sábana blanca hacía las veces de pantalla, hasta que adquirieron una pantalla HD de 4 por 2,5 metros.

"Empezamos a instalar en la gente la idea de todos los viernes hay cine en la biblioteca, con películas de cine independiente, con directores de distintos lugares. Hoy tenemos algunas personas que van habitualmente, tal vez no cada semana pero cada tanto y se da una relación especial ya que nos quedamos conversando cuando termina la película", contó Ignacio a Los Andes.

Para estos jóvenes "Cine en el patio" no se trata sólo de proyectar una película, sino de que este encuentro brinde un espacio para quienes aprecian el séptimo arte no sólo como mero entretenimiento sino que se pueda disfrutar de otros aspectos como el artístico, lo creativo o el mensaje que puede dar el filme, con un trasfondo social más que comercial.

"Elegimos las películas nosotros y las proponemos. Incluso tenemos un perfil de Facebook -Cine en el patio- donde publicamos cada semana el título del filme que vamos a pasar. Igual estamos abiertos a propuestas de la gente", indicó Andrés.

Andes de la película, en cada función, se proyecta un corto relacionado ya sea a la temática del filme o que sea del mismo director, o del mismo director de fotografía.

“Buscamos que tenga algo en común con la película”, agregaron. Así, a las 22 comienza el cortometraje y a las 22.30 inicia la película. “La gente sabe que tiene tiempo de llegar, pero igual no quieren perderse el corto”, afirmaron.

Si bien la improvisada sala se prepara cada semana con unas 30 sillas, en algunas oportunidades tuvieron que ir agregando sillas para dar lugar a unas 60 personas. “Si hace falta se agregan sillas, ese no es un problema. Tenemos sillones para quienes quieren ver la “peli” más cómodos, y son los espacios que buscan quienes llegan temprano”, dijeron Ignacio y Andrés.

Con una pequeña entrada -que no alcanza ni al 50% del valor de una entrada al cine convencional- se colabora con la biblioteca en la compra de materiales y cosas que hacen falta. Pudieron comprar la pantalla, ya que el proyector es parte del equipamiento de la institución, que aunque todos conocen como la biblioteca Mariano Moreno, se trata del Centro Cultural Argentino, que es una ONG administrada por sus socios.

“A la gente de la comisión de la biblioteca les gustó de entrada la idea y  nos apoyaron siempre. Elegimos el lugar por varias razones, una de ellas es la afinidad que sentíamos con un espacio que trabaja por la cultura y el arte. Otra es por la ubicación céntrica y por la cantidad de gente que se acerca siempre”.

Y agregaron que el aporte de las personas que asisten quieren destinarlo a sostener y fortalecer el espacio cultural, quieren además comprar otro proyector y parlantes para poder ir ofreciendo un espacio con mayor calidad de sonido y de imagen.

La pasión de Andrés -profesor de cine en los talleres artísticos de escuelas secundarias-, de Ignacio como de Soledad (paleontólogos), se refleja cada semana en las películas que ellos eligen.

“Se trata de filmes que no se ven en el cine comercial, por lo general son de cine independiente y de países que habitualmente no vemos su producción cinematográfica como algunos lugares de Asia, Europa y Latinoamérica”, contaron.

Según ellos en esa diversidad de culturas, vestimentas, costumbres, música e imágenes que se refleja en cada filme, o el tratamiento de contenidos sociales o problemáticas relacionadas a la realidad de cada país, es lo que los lleva a querer compartir con otros amantes del séptimo arte sus sensaciones o inquietudes.

Pero el proyecto no termina en instalar la función semanal en la biblioteca, sino que quieren avanzar con proyecciones al aire libre, como plazas y parques, como también poder llevar películas a los distritos, generar ciclos de películas conforme a temáticas determinadas.

“Las películas son de diversos géneros, pasamos comedias, dramas, suspenso, es para todos los gustos y edades. Tenemos público que va desde adolescente hasta más de 60 años”, dijo Andrés.

Como en un encuentro de amigos, al finalizar la proyección si bien no hay un espacio de debate determinado, el que quiere puede quedarse a conversar con los organizadores y espectadores. “Se forman charlas muy interesantes, es un intercambio muy enriquecedor”, concluyó Ignacio.

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