De acuerdo con el diccionario de la Real Academia Española, una persona desubicada es aquella que, por ejemplo, hace o dice cosas que no tiene que hacer o decir.
En ese esquema, el término le podría caer muy bien al gobernador de San Juan que, quizás en el fragor de unas declaraciones por la publicación de un informe sobre la contaminación de los ríos en esa provincia, dijo que (los mendocinos) "nos están agrediendo, pero los sanjuaninos las tenemos bien puestas y cuando tenemos que salir a aclarar lo hacemos".
Expresiones impropias de un dirigente político que ocupa una alta investidura y que, precisamente por ese motivo, debería medir mejor los términos que utiliza para referirse a determinada situación, sobre todo cuando la acusación es tan absurdamente generalista y la emprende contra todos los mendocinos.
Mendoza y San Juan son dos provincias vecinas y hermanas que forman parte de la misma región de Cuyo y tienen una complementariedad innegable.
A veces los costumbrismos nos lleven a exagerar algunas diferencias adjetivas en temas culturales, deportivos o de identidades locales. Nada tiene que ver con el profundo afecto que las poblaciones se profesan por formar parte de la misma lucha contra el desierto en pos de la construcción de oasis prósperos, donde tanto sanjuaninos como mendocinos nos necesitamos esencialmente.
También debe recordarse que a lo largo de los años, salvo contadas excepciones, los gobernantes de ambas provincias han adoptado políticas de conjunto, especialmente en el plano de la vitivinicultura, la principal actividad agrícola de la región en la que, a través de convenios, se acuerda anualmente el porcentaje de derivación de uvas con destino a mosto, a la vez que han encarado obras compartidas y hasta se sumaron al denominado proyecto del Gran Cuyo que, en su momento, se implementó junto con las provincias de San Luis, La Rioja y Catamarca.
En esta oportunidad, las expresiones del mandatario sanjuanino surgieron como consecuencia de un estudio que, a pedido de un Comité de Crisis de Jáchal, realizaron técnicos de la Universidad Nacional de Cuyo sobre la contaminación de un río de esa provincia, luego del derrame de una solución cianurada producida en setiembre en la mina Veladero.
Pero el enojo de Gioja no se produjo por el informe en sí, sino contra un portal “no oficial” de la universidad que hizo públicos los resultados a los que accedió por gestión de integrantes de ese mismo comité y que incluyó alguna opinión periodística al respecto.
Para el gobernador, el artículo publicado "tiene una interpretación equivocada, posiblemente intencionada para hacernos daño a los sanjuaninos", planteando entonces que "no nos ataquen más con esas cosas… que aclaren todo, porque los sanjuaninos sabemos defendernos y no nos vamos a quedar quietos", anticipando posibles medidas judiciales contra la Universidad y contra el autor del artículo". Fue entonces cuando aseguró que (los sanjuaninos) "las tenemos bien puestas".
Los términos del gobernador son más que desubicados, desubicadísmos porque no fueron "los mendocinos" los que redactaron el informe ni los que escribieron el artículo periodístico, sino personas concretas con nombre y apellido.
Es de esperar que José Luis Gioja recapacite para que no se deje ganar por la pequeñez del resentimiento y la furia, tratando de evitar expresiones que puedan estimular diferencias, porque mendocinos y sanjuaninos, por innumerables situaciones, debemos trabajar y actuar en conjunto.