Una relación desgastada y sin retorno

La sociedad entre UCR y PD pasa por su peor momento. Los demócratas le bajan el tono. En el Ejecutivo admiten el enojo.

Una relación desgastada y sin retorno
Una relación desgastada y sin retorno

La relación entre la UCR y el Partido Demócrata está en el peor momento desde que ambas fuerzas se asociaron -junto a otras- en Cambia Mendoza. Los cuestionamientos del Gobernador apuntan directamente contra la fuerza que lidera Carlos Balter.

En el PD, en tanto, si bien dicen y repiten que se sienten “parte” del frente gobernante y ponderan al “gran gobernador” que es Cornejo, nunca cedieron en su postura contraria a esa idea.

En consecuencia, no pocos en Cambia Mendoza consideran a este desacuerdo como “un verdadero fracaso”.

Fuentes cercanas a Cornejo reconocieron que el mandatario “está molesto” con la actitud demócrata de no apoyar la “reforma integral” de la Justicia. Por eso no extraña que cuestionara a los partidos “que no comulgan” con los conceptos propuestos.

Entre esos partidos, aparece el Frente Renovador, con su diputado Guillermo Pereyra, que siempre se mostró en contra. También está el PD. 

En el Gobierno entienden la posición de Pereyra pero, en el caso demócrata, no terminan de comprender por qué se oponen. “Todas estas medidas van de la mano con lo que pide el electorado demócrata”, razonan encumbrados funcionarios.

En ese sentido, no faltó quien concluyera que parte del mensaje de Cornejo apunta a que los disidentes salgan del frente. “¿A qué se van a quedar si no comparten esto?” se escuchó decir en pasillos de la Casa de Gobierno.

Incluso, hay quien ve que “el propio PD está incómodo en el frente”. O al menos sus autoridades. “Desde que asumió Balter no hay buena relación”, llegó a confesar otra fuente.

Está claro que en el PD hay dos posiciones. Una, la de su presidente, Carlos Balter y el diputado Marcos Niven, que lideraron internamente la negativa a la postura de ampliar la Corte.

Y otra, la de dirigentes que también son funcionarios del Ejecutivo, como Richard Battagión, Josefina Canale y Oscar Sagás, que aceptan la idea y que siguen teniendo la confianza de Cornejo.

Es cierto que las formas se mantendrán. “No habrá represalias con ellos”, aclararon fuentes del Ejecutivo, para despejar dudas.

Pero las mismas fuentes confirmaron que la relación entre el Gobierno y la conducción del PD se rompió y difícilmente mejore.

Y si bien Niven se esperanza en que “todo seguirá igual” en el frente, ya hay quien piensa que nada cambiará esta tensión hasta que haya nuevas autoridades en ese partido. Eso ocurrirá en marzo del año que viene.

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