Una reconversión interesante

Se trata de una iniciativa que va teniendo implementación, pero el objetivo es importante ya que se busca reconvertir cepajes de uva.

Una reconversión interesante
Una reconversión interesante

Los datos podrían ser tomados casi a modo de prueba. Pero el hecho concreto es que se están dando los primeros pasos de una iniciativa interesante, consistente en la reconversión varietal de viñedos en distintas zonas de la provincia. Muchos productores, algunos de ellos reacios a los cambios, han advertido las bondades del proyecto impulsado por la provincia, pero resultaría interesante que, también desde los distintos organismos del Estado, se impulse una verdadera integración productor-bodeguero, de modo tal que los primeros sepan qué variedad implantar porque tendrán un comprador seguro y los industriales, trabajar con tranquilidad porque sabrán que contarán con la materia prima suficiente para la elaboración de sus vinos.

Se trata de un tema complejo que el Gobierno ha encarado con seriedad, mirando hacia el futuro. Es complicado en razón de que los distintos movimientos en el precio de los vinos llevó a muchos productores a preguntarse si la reconversión era o no rentable. Sucede que debían erradicar o injertar cepajes de uvas de menor valor enológico para implantar variedades finas, pero también debían esperar un tiempo prudencial para que las nuevas cepas entren en producción. Pero resulta que después, en el momento de la cosecha, lo que percibían por la uva no les alcanzaba para cubrir la inversión realizada. Sin embargo, al decir de los propios actores de la industria, con el correr del tiempo la situación se va a ir modificando.

Precisamente y en base a los aspectos señalados, es que el Gobierno impulsó la reconversión a través de créditos, consistentes en un préstamo de 300 mil pesos, a tasa cero, con hasta dos años de gracia y cinco para la devolución, para propietarios de hasta 20 hectáreas cultivadas. El dinero percibido no alcanzará al productor para reconvertir la totalidad de la finca, pero sí le permitirá dar los primeros pasos para establecer un cambio de manera progresiva. Según se indicó, durante la primera etapa se preinscribieron 654 viticultores del Este provincial, 156 de los cuales ya recibieron el dinero para iniciar el emprendimiento. El plan contempla ampliar el beneficio al resto de la provincia. El dinero puede ser destinado también a mejoras en el sistema de riego o instalación de malla antigranizo, pero lo cierto y lo concreto es que más de 350 hectáreas serán reconvertidas de uvas genéricas a varietales.

Los propios productores han advertido las bondades de la iniciativa y, en ese marco, uno de ellos señaló que reconvertirá dos hectáreas de uvas de menor calidad a bonarda; otro ha injertado la variedad ancellotta, mientras un tercero decidió reconvertir a malbec, tempranillo y bonarda. En todos los casos hubo coincidencia en señalar la importancia de la iniciativa gubernamental, con el aporte de la Coviar, destacando que se trataba de una ayuda fundamental para dar el primer paso en la reconversión.

El destino y el funcionamiento de la iniciativa oficial está dando los resultados esperados y constituye paralelamente un desafío en razón de que es necesario que se incentive una integración entre productor y bodeguero que permita terminar con aquel histórico peregrinar del finquero para establecer dónde "colocar" su uva y paralelamente ir limando las diferencias en lo que a precios se refiere.

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