Es el hombre que mantiene informada a la comunidad boliviana de Mendoza. Todas las madrugadas, y cuando termina la jornada laboral, Osvaldo Arce (51), transmite íntegramente en Quechua para todos sus hermanos de aquel país y para los argentinos también.
Por la 97.9 Radio Bolivia, Osvaldo transmite música típica e informa en el idioma aborigen todas las novedades que los 300 mil bolivianos que viven en nuestra provincia quieren conocer.
Su programa, denominado "Al que madruga Dios lo ayuda" -una frase que su padre le decía cuando era un joven obrero rural- y que lleva 12 años en el aire, sale de 6 de la mañana hasta las 8 cuando es la hora de ir al trabajo.
"La radio nació para que no nos olvidemos el idioma quechua y la música de Bolivia. Nos conocen como trabajadores humildes, pero no por nuestra identidad. Y eso es lo que quiero hacer con la radio", dice Osvaldo agregando que todas las mañanas saluda preguntando como han amanecido, que han soñado y que hay que darles de comer a los animales.
"La idea es explicarles cómo deben ser para el trabajo", agrega el hombre que comenzó su "aventura" por Argentina pelando cañas en Jujuy y tomando helados que le vendía el presidente de Bolivia, Evo Morales.
Charangos y zampoñas
A Mendoza llegó, como muchos de sus compatriotas, para la cosecha de la uva. Osvaldo cuenta que cuando se desplazaba de un lugar hacia otro, por la provincia, observaba que había referencias a Italia, en las farmacias, a España, con el hospital y así con otros países.
"Siempre pensaba que de Bolivia no había nada, ni una referencia", cuenta. Así, allá por los finales de la década del 80 y con su mochila cargada de música boliviana, empezó a frecuentar las radios de Guaymallén.
"Probé suerte en FM Cóndor, pero me dijeron que mi lengua no era comercial. Que de todas maneras me dejaban un espacio entre las 5 de la mañana y las 6", describe el hombre que es padre de 7 hijos cuya diferencia de edad, entre el más grande y el más chico es de 20 años.
Hace 12 años, comenzó a trabajar con Radio Bolivia, la cual transmite 24 horas al día tanto por el éter como por Internet. "Tenemos mucha llegada en la zona rural, en la zona de Ugarteche, Tres porteñas, Costa de Araujo, Beltrán, San Roque y en general en departamentos como San Martín, Maipú y Guaymallén, que es donde más fuerte llega la radio. Ayudo a levantar la moral de los hermanos de Bolivia", dice.
Cuando Osvaldo no transmite, lo hacen los miembros de su familia. Así, de 19 a 21 su hijo, Abel Arce, pone música actual de Bolivia y Perú. Antes, de 10 de la mañana hasta el medio día es su hija Magalí quien pasa -en castellano- información proveniente de los 9 departamentos del vecino país.
"Hay mucha cultura que conocer. Sacamos al aire llamados hablando en quechua y hacemos adivinanzas. Pero también transmitimos información sobre las fiestas patronales, encontramos familiares y traemos grupos de Bolivia. Cuando algún compatriota fallece, pasamos una música especial", describe Osvaldo quien fue voluntario para la guerra de Malvinas.
"Una vez al mes o cada dos meses organizamos un evento cultural boliviano que consiste en que las mujeres vengan disfrazadas de cholitas, y tienen entrada gratis. También sorteamos pasajes ida y vuelta a la frontera", comenta.
Los preceptos que rigen a Osvaldo en su desempeño y la que siempre busca transmitir en sus comunicados a sus compatriotas son tres: Ama Sua (No seas ladrón), Ama Llulla (No seas mentiroso), Ama Quella (No seas flojo). "Hemos agregado uno más indicado por Evo Morales: Ama Llunco, o sea, no seas servil", aclara.
Para terminar cabe mencionar que el hombre de radio también trabaja por la reelección de Evo Morales en Bolivia. Mendoza es un punto fuerte respecto de los votos que Evo suma desde el exterior.
Por ejemplo, en 2009 el representante del Movimiento al Socialismo (MAS) y ex sindicalista cocalero, obtuvo 98% de los votos en la provincia.
Voluntarios en la guerra de Malvinas
Aunque muchos no lo saben, eran miles los soldados de Bolivia que iban a luchar por Argentina en la guerra de Malvinas en 1982. Uno de ellos era Osvaldo Arce, quien cuando sólo llevaba un año de servicio militar voluntario fue convocado para pelear.
"Estaba en el regimiento de caballería 7 y ya era cabo a cargo de la estafeta de radio, por mis conocimientos. Recuerdo que el día que nos avisaron nos dijeron que nuestros hermanos argentinos estaban en guerra. De mi regimiento éramos 200 los que íbamos a viajar y se calcula que desde Bolivia iban a viajar 3 mil soldados", describe Osvaldo.
El miedo de la mayoría de los jóvenes soldados voluntarios de aquel país era el mar, ya que ninguno de ellos lo había visto en persona.
"Pensábamos que si nos tocaba pelear en el mar íbamos a ser comida de pescados. No habíamos estudiado nada de nada del mar", dice ahora evocando un recuerdo que probablemente nuca borre.
De todas formas, cuando ya estaban en Cochabamba, listos para salir en el avión que los iba a depositar en las islas, el 2 de abril, llegó el aviso de que la guerra había terminado.